Hay algo que va quedando poco a poco más claro y es que la resistencia al modelo que representa Javier Milei la están protagonizando los trabajadores. Son los despedidos, los precarizados y los organizados en sus sindicatos. La representación de este movimiento quedó expresada en la masiva marcha que protagonizó principalmente la CGT este 1º de mayo, pero también las dos CTA y los trabajadores de la economía popular organizados en la UTEP. Todos, como hacía años no sucedía, marcharon por el día del trabajador y de la trabajadora y le avisaron al Presidente que están dispuestos a hacer fracasar su plan para destruir el Estado y los derechos laborales.  

Desde el 10 de diciembre a la fecha, la CGT se ha convertido en uno de los pilares de esta resistencia. Por convicción y por necesidad su conducción se zambulló en esta pelea a pesar de la desconfianza que le dedicaron y todavía le destinan propios y extraños. Un protagonismo que le otorga una potencia política que sobresale por encima del Partido Justicialista, donde todavía prevalece la ausencia de una conducción indiscutida. 

Esa fortaleza que va adquiriendo se expresa también en el comunicado de la central obrera. Ahí advierten su decisión de "participar en el diseño de la sociedad a la que aspiramos". Todo un debate que se irá desarrollando, en lo posible, en un carril paralelo. La CGT llamó a la "construcción de un programa de consenso multisectorial" que tienda a generar una Argentina del "desarrollo, la producción y el trabajo, solidaria, inclusiva y con igualdad de oportunidades".

Ahora, como última etapa del segundo plan de lucha que elaboró la central sindical desde el desembarco libertario en la Casa Rosada, se avecina el nuevo paro nacional. El del 9 de mayo, a diferencia del realizado en enero, no tendrá una marcha. Desde los años del macrismo, la CGT nunca estuvo tan en la calle como en estos meses. Por caso, fue parte de las movilizaciones del 8 y del 24 de marzo. También participó de la multitudinaria marcha en defensa de la universidad pública del 23 de abril y este miércoles, por todos los y las trabajadoras protagonizaron una marcha que superó en magnitud lo que habían imaginado.