“Tenemos el deber de cuidarnos los unos a los otros” es el pedido formulado desde las autoridades del Instituto del Diálogo Interreligioso de la Argentina en un documento firmado por sus autoridades y en ocasión de la reciente celebración del Sagrado Ramadán, la Pascua y el Pesaj, conmemoraciones de las comunidades musulmana, cristiana y judía.
El Instituto del Diálogo Interreligioso (IDI) es una asociación civil que tiene como misión “promover el entendimiento de los hombres de fe, fomentar el diálogo y la convivencia pacífica”. Según lo declara el IDI “nuclea a las tres grandes religiones monoteístas, pero está abierto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad” e “inspirado en las enseñanzas y la conducta del Papa Francisco, procura impulsar en todos los ámbitos la cultura del encuentro”. Son co-presidentes el sacerdote católico Guillermo Marcó, el profesor musulmán Omar Abboud y el rabino Daniel Goldman.
A partir de su experiencia y del espíritu común desde el IDI sostienen que “la vocación de diálogo interreligioso reafirma y asevera la voluntad de las colectividades de convivir en armonía” y que “el diálogo desde nuestras propias identidades y desde los valores religiosos ha enriquecido al conjunto del tejido social argentino, aportando opiniones apreciables y recomendaciones relevantes”.
En virtud de ello, se sostiene en otro punto de la declaración, “quienes habitamos este país hemos sabido dar testimonio de coexistencia y de cooperación pacífica y armoniosa entre diferentes culturas y tradiciones religiosas” y, en consecuencia, “la divergencia de opiniones sobre conflictos en otras latitudes no debe modificar las armónicas relaciones entre vecinos y comunidades en nuestro país”.
En la misma declaración se afirma que “tanto en nuestra historia como en nuestro presente, la figura conformada por la multiplicidad de perspectivas culturales y sociales del ser argentino incluyen el sentido profundo de la dimensión de la fe” y que “la particularidad de la construcción del diálogo interreligioso de nuestro país es parte del patrimonio intangible de nuestra sociedad y ha trascendido nuestras fronteras”.
Agregan los líderes religiosos que “la amistad y el respeto se perfeccionan en el amor al prójimo, siendo que nuestro devoto compromiso se traduce en una inquietud genuina por la dignidad del hombre, oponiéndose de manera absoluta a toda violencia como medio de resolución de conflictos”.
En virtud de ello se hace una convocatoria a “todas las organizaciones religiosas, dirigentes, medios de comunicación y la sociedad en general a fortalecer todos los caminos de diálogo que conduzcan a una mayor concordia y solidaridad entre todos los habitantes de esta nación” para “seguir creando instancias de diálogo que fortalezcan nuestra convivencia; profundizar en el conocimiento mutuo desde la educación” y “compartir, informar y brindar opinión desde nuestros valores en común al conjunto de la sociedad”.