Qué hay detrás de la prohibición de usar el lenguaje inclusivo en los medios de comunicación, de no poder hablar del 8M, del aborto legal, de educación sexual integral, qué perdemos los transfeminismos si nuestras reivindicaciones están fuera de agenda, si nuestras voces se silencian. Desde que asumió el gobierno de Javier Milei, las órdenes de quienes están al frente de algunos medios fueron claras: no hablar en contra del presidente, sacar las agendas de los transfeminismos y no usar más el lenguaje inclusivo.

“El sistema info-comunicacional tiene un fuerte predominio de empresas privado comerciales. Desde la lógica de estas empresas, se privilegia un tipo de comunicación orientado por la rentabilidad económica. O por la lógica del rating, del bait y del click. Por este motivo, muchas veces estas empresas tienden a privilegiar relatos o formas de representación del mundo que naturalizan sentidos comunes signados por las desigualdades que atraviesan a nuestra sociedad, como las desigualdades económicas, las de género o las que se expresan en el “porteñocentrismo”, dice a Las12 Larisa Kejval, militante de la comunicación popular, feminista y directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.

¿Qué calidad democrática construye una nación sin medios que propongan otras lógicas de comunicación que garanticen diversidad cultural y pluralismo informativo?, se pregunta Larisa: “los medios de comunicación públicos y comunitarios son fundamentales en este sentido. Pero los primeros están siendo vaciados y desguazados. Los segundos, ahogados económicamente. Históricamente los medios públicos y comunitarios han sido lugar de expresión de demandas, agendas y colectivos invisibilizados en la esfera pública. Han sido espacios de creación de potentes experiencias educativas y culturales. Han permitido que la comunicación llegue allí donde el mercado deja a la población sin alternativas info-comunicacionales, por el solo hecho de que no es rentable”, explica.

Y es que desde hace muchos años desde los feminismos, “venimos denunciando las desigualdades de género en los medios de comunicación. A modo de ejemplo, dos tercios de las matrículas de las Carreras de Comunicación y Periodismo de nuestro país está conformada por mujeres. No obstante, sólo un tercio de las plantas de trabajadores de los medios son mujeres. Con el fin de revertir esta situación, en el año 2021 se aprobó la Ley de Equidad de Género en los medios, con mayoría de ambas cámaras del Congreso. Esta Ley no sólo no está siendo aplicada, sino que a partir del gobierno de Javier Milei asistimos a muestras de claros retrocesos en términos de equidad de género en el sistema info-comunicacional”, explica Kejval.

El vaciamiento y el desguace de los medios públicos, y con ello el apagón de voces y pantallas con capacidad de expresar mayor diversidad y pluralismo, dice Larisa, es una clara muestra en este sentido: “sumado a esto, la prohibición de la utilización del lenguaje inclusivo en lo que queda del sistema de medios públicos constituye un ataque directo a la libertad de expresión que se suma a este diagnóstico”.

Corbatas y edificios de fondo. ¿Así soñábamos la televisión de 2024?

Streamings, ¿novedad o lo mismo de siempre en otro formato?

Algo que había ocurrido lenta pero sostenidamente en la televisión es la condena generalizada a los contenidos estigmatizantes. Tinelli hizo un mea culpa y dejó de cortar polleritas, muchos contenidos humorísticos que en otra época cosificaban mujeres o celebraban el acoso a niñas (es una nenaaaaaa), dejaron de ser centrales en el modo en que la tele construye su gramática y varios conductores tuvieron que salir a pedir disculpas por maltratos a personas de su producción, con terror a ser escrachados. 

También cambiaron las reglas para la radio, que tiene figuras que ya traspasan las tres décadas al frente pero al menos ya no persiguen, se burlan o minimizan las sexualidades diversas y han tenido que revisarse para no perder audiencia. Los streemings, que son un mix entre radio y tele y están teniendo mucha audiencia entre los más jóvenes, condenan abiertamente las cosificaciones del tipo decir que alguien es "mogólico" como insulto, pero repiten algunas fórmulas, como armar mesas de discusión entre hombres que, como nota de color, tienen a una chica que puede formar parte de la discusión. Pero son pocas las figuras no masculinas que están al frente de estos programas (tal vez la Negra Vernaci sea la única excpeción), siendo el modo agresivo de un Gastón Trebucq de los más festejados.  

El ícono de lo súper gracioso en los últimos tiempos es el humorista Julián Kartún disfrazado de mili pili rubia y tonta bajo el seudónimo de Caro Pardíaco, que se completa en su forma graciosa cuando otras chicas mili pilis de los medios y redes van e intercambian datos triviales con ella. Es gracioso para muchas personas, pero ¿otra vez un grupo de chabones que se ríen de una rubia es el must de la risa? Suena a déja-vú interminable.

Las noticias también tienen su predominio de testosterona: La Nación+ y su exclusividad de figuras masculinas arrasa con una audiencia que, desgraciadamente, llevó a un gobierno que hizo de su odio al feminismo una bandera permanente. Sin la presencia de personas trans (Flor de la V y Lizy Tagliani son las únicas que tienen un nombre y no lideran noticieros), hay temas, voces, posturas que no están en la agenda mediática, siendo las conductoras femeninas las preferidas para conducir programas de chismes o, como en el caso del programa mas visto de América, custodiar al conductor en sus roles de "ángeles". Todas ellas, dicho por él, son descartables, el único que nunca cambia es el conductor. 

Santiago del Moro dice cada noche que Gran Hermano todo lo ve, y esa sentencia confirma el machismocentrismo desde el momento en que, obviamente, el Big está representado por la voz de un varón hegemónico. El reality más visto de la tele tiene a figuras más variopintas que en el pasado pero ya es un chiste bastante deprimente que cada vez que el conductor se refiere a alguna de las chicas de la casa y dice "la rubia", puede ser cualquiera de ellas la señalada. 

Cuando quien gobierna organiza un plan sistematizado de exterminio de las minorías y sobre todo de los sectores vulnerables, ¿quién los respresenta? ¿Cómo se da lugar a ciertos relatos sin caer en la victimización, la lástima o el señalamiento? El colmo del síntoma tal vez sea la vuelta de un formato despreciable como el de Cuestión de Peso, que pronto vuelve a la pantalla con la conducción de Mario Massaccesi. 

Todas rubias: Gran Hermano 2024, cuerpos perfectos con excepciones para no romper la regla. 

 

Télam no se cierra

Cae la noche en el centro porteño y las trabajadoras y los trabajadores de Télam se abrigan y se preparan para pasar la noche. Desde que se les comunicó la primera dispensa, hace ya 3 semanas, prohibiéndoles la entrada a sus puestos de trabajo, montaron dos carpas en los dos edificios que tiene la Agencia (el de Belgrano y el de Bolívar) y desde allí, con sus propias computadoras, cámaras y herramientas de trabajo producen a diario noticias, cables e imágenes que siguen siendo utilizadas por los grandes medios de comunicación. 

Desde el acampe, Carla Gaudensi, trabajadora de Télam y secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores y Trabajadoras de Prensa (Fatpren) dice: “el gobierno de Javier Milei está dando un claro ataque a la libertad de expresión enfrentando a los medios públicos de comunicación con un intento de silenciamiento, de vaciamiento que no es propio de este gobierno, sino que ya otros gobiernos han intentado silenciar a la agencia pública de Noticias, al canal público y a Radio Nacional. La política general de este gobierno es un ataque a toda la clase trabajadora, pero además intentan construir un relato en el que los trabajadores y las trabajadoras somos lo que ellos dicen, no se interiorizan en el trabajo que se realiza y en lo que garantizan los medios públicos en nuestro país, en la región y en el mundo: la pluralidad de voces y que esa información llegue a todos los rincones y puntos del país”.

La Agencia Telenoticiosa Americana (Télam) fue creada en 1945 por Perón para que la Argentina pudiera informarse con noticias propias y no con las producidas por las agencias estadounidenses. Fue la primera agencia de noticias estatal de América Latina y es la segunda en habla hispana después de la española EFE. Difunde 500 cables por día a más de 800 medios de comunicación (radiales, televisivos y gráficos), además de 200 imágenes diarias de todo lo que pasa en el país. La agencia tiene 760 trabajadores y trabajadoras en toda la Argentina, lo que garantiza el federalismo de las noticias y de las coberturas, incluso en la Antártida. “Lo que viene a cuestionar este gobierno es que la sociedad esté informada porque si una sociedad está informada sabe y tiene distintas voces con las cuales informarse. Creemos que la política que lleva adelante el gobierno de Javier Milei contra los medios públicos de silenciamiento tiene un claro sentido de ataque y de silenciar muchas voces en nuestra patria”, explica Gaudensi.

Cuando cuenta sobre el acampe, Carla dice también que no es sólo en defensa de sus puestos de trabajo y de la libertad de expresión sino para “resguardar el patrimonio de todos los argentinos y argentinas porque contamos con un archivo fotográfico y periodístico que tiene la antigüedad que tiene la agencia, 79 años de existencia, y además porque queremos mostrarle a la sociedad la importancia que tiene un medio público y eso también lo estamos haciendo a través del portal de Somos Télam, reflejando parcialmente lo que se realizaba en la agencia de manera federal como una forma de mostrar que queremos trabajar, que queremos volver a nuestros puestos y que sabemos perfectamente cómo hacerlo, no solamente desde la materia periodística sino también publicitaria”. La trabajadora explica que en el caso de la epidemia de dengue, por ejemplo, no existen campañas de bien público para evitar la propagación y los contagios, tampoco existen campañas de visibilización de las violencias de géneros o de educación sexual integral que sí estaban garantizadas por los medios públicos.

Trabajadores de Télam en lucha por sus puestos de trabajo.

 

Radio Nacional: más voces silenciadas

La política del Gobierno respecto de los medios públicos, explica Micaela Polak, trabajadora de Radio Nacional y secretaria de Géneros y Diversidades del Sipreba, es el vaciamiento: “No quieren escuchar voces que no sean las del mercado y los medios públicos garantizan la soberanía informativa, que la información que se brinde, que se recibe sea en virtud de los intereses de la patria y del pueblo y no de los grandes grupos del poder económico concentrado”. Micaela dice además que el vaciamiento en Radio Nacional incluye ofrecimientos de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas: “en la televisión pública empezaron con un retiro de su programación en los seis días que tuvimos entre feriados y fin de semana y Radio Nacional solo emitió boletines por hora. Esto es algo inédito, que nunca pasó. Hemos logrado a través de la discusión con la empresa que se retomaran los mensajes al poblador, que es una función social muy importante que tienen las radios nacionales sobre todo en la cordillera y en el sur de nuestro país donde no hay señal de celular y por lo tanto la gente se sigue comunicando a través de la radio”. El caso de la televisión pública no es diferente: el vivo se redujo solo a dos noticieros, el del mediodía y el de las 7 de la tarde.

“Creemos que lo que están haciendo es lo mismo que en Télam, es decir, pagar a trabajadoras y trabajadores por un servicio que no están brindando y entonces sí, lograr la profecía autocumplida de que seamos ñoquis y de que cobremos sin trabajar, pero privando sobre todo a nuestro pueblo de un servicio esencial como es el de la comunicación y en el caso de Télam, además privarnos de brindar cables y noticias que es tan imprescindible para quienes trabajamos en los medios”, agrega Mica.

Como Carla, Micaela señala lo peligroso de que no existan campañas públicas para prevenir el dengue y otras campañas de vacunación. Y en relación al acallamiento de las voces transfeministas, Polak señala: “hay menos voces feministas y transfeministas en los medios públicos desde que llegó Milei porque hay menos programas en vivo y muchos columnistas y conductores que espera contratar la dirección de la radio van a ser varones”. Pero además explica que si bien en la gestión anterior había algunas voces de personas trans, como el caso de Diana Zurco en la TV Pública o Susy Shock en Radio Nacional, “existía una especie de vidriera que se quería mostrar pero no se cumplía con el cupo laboral travesti trans porque no había personas trans fuera de aire y además porque la modalidad de contratación era tan precaria que hizo que se den de baja los contratos y este nuevo gobierno no tuviera que dar por parte del Estado ningún tipo de respuesta. Ahí tenemos una cuestión que ya es más difusa porque no tiene que ver solamente con una decisión que obviamente este gobierno tiene de que no existan esas voces en los medios públicos sino que además, la gestión anterior dejó en una situación de precariedad tal que ahora no hay manera de revertirlo pero estamos peleando por eso también”

Uno de los argumentos del Gobierno de Milei en relación al cierre de los medios públicos es que son un gasto para el Estado, sin embargo, como explican Micaela y Carla, la inversión en el total de los medios públicos (Télam, Radio Nacional, la Televisión Pública y Contenidos Públicos RSE -PakaPaka, Encuentro, Deportv y Cont.ar- es del 0,017 por ciento del PBI.

En la TV Pública ya no se permiten el lenguaje inclusivo, ni hablar del Día de la Memoria, del aborto legal ni habilitar ninguna voz que cuestione al presidente o sus actos. 

 

Contenidos públicos en lucha

Lorena Tapia trabaja en la Televisión Pública y es delegada gremial por el Sipreba: “en el noticiero estamos denunciando censura porque no puede salir ninguna voz que sea contraria al gobierno de Javier Milei, no importa de qué signo político sea. Cuando pasó todo lo del conflicto con Chubut, sólo podía salir Milei y Francos, no podíamos poner la voz del gobernador. Y lo mismo nos pasó el 8M que no nos permitían nombrar nada relacionado con la movilización, ni vinculado a la defensa del aborto legal pero tampoco ninguna de las consignas que se hacían desde los feminismos contra el gobierno, no pudimos hablar ni de ajustes, ni de hambre, ni de miseria planificada”. Y el 24 de marzo fue peor: “directamente nos sacaron del aire, se decidió que no iba a haber más noticieros los fines de semana, mientras en Radio Nacional quitaban todos los móviles y Télam permanecía todo vallado. Pero además, cuenta Lore, bajaron la columna de pueblos originarios que hacía una compañera y todo lo relativo a géneros y diversidades.

“Una de las primeras cosas que me preguntó el gerente cuando llegó y se empezó a reunir con distintos trabajadores de las distintas áreas es si los redactores, que además de entre otras cosas escribimos los zócalos, usábamos el lenguaje inclusivo y me dijo y advirtió que eso no era posible. Por supuesto que hay menos voces feministas, no pudimos sacar nila convocatoria, un solo día sacamos una nota bien lavada y cortísima de 40 segundos de una de las organizadoras de la marcha del 8m y ahora directamente no tenemos voces ni entrevistadas transfeministas”, detalla Lorena.

Contenidos Públicos SE es la empresa estatal integrada por las señales Encuentro, PakaPaka, Deportv, Cont.ar y el estudio de animación MoCap. CPSE funciona en uno de los edificios de la Ex Esma, excepto el estudio MoCap que está montado en Tecnópolis. Desde que nació durante el gobierno de Cristina Fernández, los canales de Contenidos Públicos son educativos, federales e inclusivos, trabajan con los especialistas más destacados y reconocidos del país: científicos y académicos, en las diferentes áreas de contenido. Realizan producciones de calidad articulando formatos y contenidos diversos con una propuesta narrativa y estética atractivas (quizás los más conocidos sean Zamba y Nina, que conquistaron a todos los hogares argentinos). 

Pero además, los canales aportan al desarrollo de la industria audiovisual generando miles de puestos de trabajo y promoviendo que pymes, universidades y otros centros audiovisuales formen parte de las industrias culturales nacionales e internacionales. Además, a través de acuerdos y convenios con ONGs, fundaciones y organismos nacionales e internacionales, producen contenidos de relevancia y actualidad, integrando de esta manera al país a la agenda de temas internacionales. E incorporan plataformas virtuales que permiten un diálogo democrático e inmediato con las audiencias y las escuelas, posibilitando también la experimentación de nuevos formatos y estéticas y permitiendo que contenidos como los de la ESI lleguen a miles de escuelas y los y las maestras usen sus contenidos para explicar en las aulas.

“Desde el primer momento en que asumió el nuevo gobierno planteó la privatización y/o el cierre de los Medios Públicos. Tanto en el DNU como la Ley Bases incluían los medios estatales como empresas disponibles a privatizarse (RTA, TELAM, CONTENIDOS PÚBLICOS y EDUCAR). Y fueron sostenidas las declaraciones públicas en contra de los medios y sus trabajadores/as, aduciendo que solo servían para adoctrinar y pagar sueldos a gente que no trabajaba. No sólo es falaz (no han demostrado nada de esto) sino que deciden ignorar el rol que los Medios Públicos cumplen en una democracia (acceso a la información, a la educación, a la cultura, al deporte, a nivel realmente federal)”, dice a Las 12 Lu Ruiz, trabajadora de Encuentro y delegada de SAT SAID.

En relación a la lucha, Ruiz dice que hay dos niveles: “como conjunto de Medios Públicos, estamos en permanente contacto, informándonos, acompañando, pensando acciones en común y articulando entre los diferentes sindicatos. Luego, cada mediolidia con su situación particular. En CPSE no tenemos a nadie en la Gerencia, es decir que, por ahora, la autoridad a cargo es el interventor. El problema de esto es la incertidumbre que genera no tener perspectiva en un marco de creciente conflictividad, despidos masivos y una situación económica acuciante. Y además del peligro que corren las fuentes laborales, nos preocupa el sostenimiento de los Medios Públicos como agentes indispensables para garantizar que información de calidad llegue a todos los puntos del país sin que el dinero ni las lógicas de mercado sean condicionantes”.

En sus palabras: “hay menos voces en general debido al inicio de un gran desfinanciamiento, y, como suele suceder en todos los niveles en contextos de crisis, las mujeres y disidencias perdemos más. Perdemos visibilidad, perdemos espacios y perdemos derechos. Este gobierno ha sido explícito en contra de la equidad de género, niega la brecha salarial de género, amenaza con derogar la Ley IVE, ha desmantelado los organismos y oficinas dedicados a las políticas de género, no sólo omite el rol estatal para erradicar la violencia de género, sino que fomenta la violencia a todo nivel. El panorama en relación a lo comunicacional sobre derechos de las mujeres, disidencias, feminismos y desigualdad parece poco alentador, con todas las consecuencias que eso conlleva para la sociedad”.