El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cargó en su editorial por AM750 contra el Presidente Javier Milei y la canciller Diana Mondino. Aseguró que ya nadie entiende “el cuento” que quieren hacer con los viajes del exterior del mandatario en la supuesta búsqueda de inversiones y aseguró, con ironía, que están, cada día, más cerca de ser promotores de un circo desopilante.
El editorial de Víctor Hugo Morales
Es claramente alguien necesitado de mimos. Que lo palmeen, lo acompañen, lo aplaudan. Tiene un tema con eso. Él va a lugares donde lo van a tratar muy bien. Y va a buscar ese consuelo del alma que nunca será completado. Porque todo lo que viene como herida de la niñez, como desatenciones amorosas, es lo que empuja la psiquis del personaje.
Milei viaja por cuarta vez a Estados Unidos con el pretexto de las inversiones. Se para como promotor en la puerta del circo. Le promete a los ricos del mundo ganancias si invierten acá.
Pasen y miren, dice. Chinos que son todos iguales, gorilas votando, no dejen de ver el circo de Conan y los clonados. Moisés que ha vuelto. Y hay piñatas y el viaje en el avión.
El viaje con el pretexto de conseguir inversiones se va a hacer en el avión del presidente. Ahora que se sabe que la foto con Trump aquella, donde lo apartaba de él, costó cerca de 40 millones de pesos. Uno advierte la mentira de las medialunas que ya no se compraban para ahorrar o lo del asado pagado entre todos.
Y cuando Mondino dijo que los chinos son todos iguales y, por lo tanto, chinos, cabe reconocer que no había ningún militar. Eso es lo que quiso señalar. A mí me sonó 'son todos chinos, todos pobres, todos piqueteros, todos zurdos, toda esa cosa que a ella no le interesa, no le gusta, todos lo que no acompañan a esa servidumbre internacional'.
Por lo tanto, le dan la misma importancia que a los chinos. A todos ellos que venimos a ser nosotros. Cuando Milei dice que no va a la feria no le dan 5 mil entradas. Cuando miente en la razón de su ausencia, estigmatizando un hecho cultural que es orgullo del país. Cuando denigra a los visitantes de las ferias por marxistas. Cuando deniega apoyo económico pero manguea miles de entradas. Y cuando, despechado, alquila el Luna Park para presentar un libro para que canten contra la feria.
O cuando anuncia que viajará a otra condecoración de la derecha de Estados Unidos, no se sabe de quién ni por qué. En el afán adolescente de ser una figura del mundo, él, como Mondino, le habla los chinos. Porque acá nadie se entiende el cuento.