-Todas las mujeres son re putas.

–¿Eso es lo que pensás sobre tu madre?

–No.

Este ejemplo se repite muy seguido entre los jóvenes que no son cuestionados sobre muchas de sus actitudes o no tuvieron un espacio donde debatirse y repensarse. Lo que se observa es la inconsciencia por parte de ellos porque en el secundario, mayormente, la educación sexual se la ve en materia de riesgos o en temas biológicos y no como una forma de pensar la libertad sobre la sexualidad. Esto se replica en micromachismos, que no van más allá de comentarios que creen inofensivos. También suelen hacer competencias entre ellos al contabilizar las parejas sexuales que tuvieron o discutir quien es más macho y, lo más común, debates al respecto de cómo tiene que ser un “hombre”. 

Durante las tomas –siempre hablando sobre el colegio donde estuve, porque en cada establecimiento puede que se replique de maneras diferente– era más visible el machismo en la noche, cuando comienzan a escucharse los comentarios de “hoy voy a coger con tal”, comentarios así, sin cuestionarse si la otra persona quiere o no, como si ellas estuviesen dispuestas a tener relaciones sexuales cuando se lo pidan. Las peleas entre varones y mujeres, decir que ellas deben cocinar por ser mujeres, que la voz de los varones sea más respetada que la de las mujeres. A pesar de todo, el machismo en los adolescentes solo era en palabras porque había una cierta hermandad y cuidado entre varones y mujeres.

–¿Qué les propondría a los varones para interpelarse sobre el machismo, los abusos y demás?

–Antes de proponer una propuesta concreta de interpelación yo los interpelaría de otra forma, ya sea ejemplificándoles algo desde un lugar que los toque de manera personal, que los haga sentir identificados o haciéndolos sentir vergüenza. Al ser más por el lado de “no te gustaría que te lo hagan” me ayudó a que reflexionen sobre sus acciones. He hablado con algunos cuando sueltan un comentario condescendiente y los hice enojar, pero así les llega el comentario de “si a vos te molestó, ¿creés que al otro no?” A los que ya tienen una conciencia más formada, un criterio mayor y un interés por la igualdad de condiciones entre varones y mujeres se les puede enseñar el diálogo es más fluido, aun así, siempre surgen, al principio, preguntas conflictivas de pensamientos impuestos desde lo que le dicen los que se creen “superiores a”. Como propuesta les llevo la pregunta más molesta: “¿Por qué?”. Preguntarles por qué las mujeres si y los varones no; por qué las mujeres no y los varones sí. Por qué si una mujer tiene relaciones sexuales con varios varones es malo, pero si un varón tiene relaciones sexuales con varias mujeres está bien; por qué los padres al llegar a la casa después de trabajar se tiran en el sofá a ver la televisión, pero si una mujer llega a la casa después de trabajar se debe poner a limpiar; preguntas básicas, pero que muchos no se han cuestionado.

* Ex alumno del Colegio Nº 33, en Nueva Pompeya. Tiene 20 años y es periodista de La Garganta Poderosa.