Lo que en la Casa Gris opinan del gobierno nacional en materia de obra pública es mucho menos amable que la gacetilla y las fotos que difundieron hace diez días sobre el acuerdo arribado con la administración Milei para reactivar algo de las 189 obras públicas que el Presidente decidió paralizar. La Provincia asumió varias de esas a su costo, porque desde Buenos Aires las cancelaron. La comitiva santafesina fue a plantearle ya no un pedido de recursos o un proyecto nuevo, sino que cumplan con lo mínimo vital como el mantenimiento de las rutas nacionales cuyo deterioro implica una trampa mortal y propicia siniestros viales. "No se dan recursos ni para cortar el pasto. Al director de Vialidad lo nombraron recién en marzo", se exasperó el ministro de Obras Públicas santafesino, Lisandro Enrico, en diálogo con este diario.
El desencuentro arranca desde lo ideológico. "Nunca hubo un gobierno que plantee la obra pública como un concepto negativo, como demuestra éste. Es lo que la gente eligió y lo dijo durante toda la campaña: al gobierno nacional no le interesa cortar cintas, sólo ordenar el país", razonó Enrico. Pero objetó: "El punto es que reparar una ruta no es una opción, es una obligación legal de mantenimiento inexcusable, es responsabilidad de los funcionarios".
Enrico y equipo viajaron el 25 de abril a una cita con autoridades de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, el ex ministerio. Puntearon las prioridades sobre un universo de 189 obras paralizadas. Lo primero: el mantenimiento de las rutas nacionales, que suman 2.500 kilómetros por territorio santafesino, y que han quedado abandonadas por falta de inversión federal.
El secretario de Obras, Luis Giovani, acordó ceder en parte el efecto motosierra que Milei decretó para el área allá por diciembre. Convino en ordenar la reparación de las rutas 9 y 34. Enrico le pidió que también se acuerden de hacer lo mismo con la 11, la 33 y la 178. Asimismo, Giovani prometió concluir la planta de agua potable en la ciudad de Santa Fe, y ampliar la planta de Granadero Baigorria para el acueducto Gran Rosario, y también terminar la planta de tratamiento de líquidos cloacales en Rafaela.
Además, se comprometió a reanudar las tareas de infraestructura para evitar la erosión de la cascada del arroyo Saladillo en Rosario. Pero en este proyecto la provincia se involucrará dado el riesgo que corre el puente que une la ciudad con Villa Gobernador Gálvez si la obra sigue en stand by.
El trámite no es sencillo porque, inflación mediante, en muchos casos habrá que licitar de nuevo y redeterminar contratos.
"De nuestra parte, quedamos en afrontar la culminación de algunas obras nacionales inconclusas, como la terminación de nueve centros de infancia (CDI), la culminación de unas 180 viviendas nacionales, obras de defensas hídricas y parte de la obra del puente de la cascada del Saladillo, entre otras que requieren ser reactivadas. Lamentablemente, la situación es compleja, y sin nuestra ayuda, estas obras no podrán ser terminadas porque los esfuerzos de Nación hoy están destinados a otros objetivos", aceptó Enrico.
El ministro de Pullaro entiende que le toca convivir con la retirada del Estado nacional de la agenda de obras. "Tenemos diferentes miradas, para nosotros la obra pública es parte integral de la política, para ellos no", distinguió.
"Nación es un problema aparte: aún hoy no han activado nada, y en rutas es tremendo, no tenemos más que un OK para empezar algunas. Hay rutas nacionales en estado deplorable, como la 178, la 11, la 33. Ninguna reactivaron, y no logramos que tengan una estrategia ni para cortar el pasto de la banquina. La relación es buena, somos la primera provincia que consiguió un acuerdo en este sentido, pero hace falta que reactiven y liciten, para evitar por lo menos que la gente se mate por esquivar un pozo", se alarmó.
Enrico habló con Rosario/12 luego de la apertura de sobres en la licitación para ampliar el Complejo Penitenciario de Rosario, a 790 millones de pesos de presupuesto. Aceptó también que la red vial provincial carece de mantenimiento. "Sí, queda mucho por reparar y repavimentar, cosa que se hace difícil en este contexto económico, tenemos 4.270 kilómetros de rutas y las recibimos sin que hubiera un plan de obras", dijo en un palo hacia la gestión de Omar Perotti.
Según el ministro, el parate no es asunto exclusivo de Milei. Viene de antes. "Las obras venían paradas desde el gobierno de Alberto Fernández, es la verdad, ya en 2022", aseguró.
El caso de la ruta nacional A008, la Circunvalación de Rosario, es el paroxismo: tuvo noches a oscuras en varios tramos por no reponer luminarias vandalizadas. La administradora Corredores Viales SA es una empresa estatal a cargo de mantener esa y otras rutas nacionales que pasan por Santa Fe como la 34, 9, 19, 8, 7 y A012. "No tenían con qué reponer las luces que les fueron robando. No tenían fondos ni para comprar combustible y cortar el pasto. Increíble", marcó Enrico.
"El Presidente decidió paralizar la obra pública en todo el país, es un concepto ideológico. Los primeros dos meses tuvo esa postura, y ahora accedieron a retomar alguna, pero pidieron que las provincias terminen otras porque ellos no lo van a hacer", advirtió el ministro provincial. Entre las que Nación aceptó terminar figura la restauración del Monumento a la Bandera, pendiente desde hace años.