Desde Brasilia
Comenzó el despliegue militar en la Amazonia brasileña de cara a los ejercicios, incluso con simulación de combates, que la semana próxima contarán con la participación de efectivos de los Estados Unidos. Cerca de mil seiscientos miembros de las Fuerzas Armadas brasileñas junto con efectivos norteamericanos, colombianos y peruanos, realizarán maniobras conjuntas a partir del lunes.
Estados Unidos enviará un avión carguero Hércules C-130 y elementos pertenecientes al Comando Sur, donde despacha la ex embajadora en Brasil, Liliana Ayalde. También se espera el arribo de decenas de observadores de otros países, incluso de Europa. El teatro de operaciones estará en el extremo oeste de la Amazonia, en la Triple frontera con Colombia y Perú. Pero esta movilización de tropas a fin realizar eventuales “ayudas humanitarias” en el menor tiempo posible tiene su mira estratégica puesta en la frontera de más de 2.200 kilómetros entre Brasil y Venezuela, ubicada en el oriente amazónico. La paulatina militarización de la divisa con Venezuela ha sido impulsada desde hace meses por Michel Temer y el titular de defensa Raúl Jungmann.
El general Guilherme Cals Theophilo Gaspar de Oliveira, jefe de logística del Ejército, mencionó la importancia de las maniobras conjuntas Amazonlog 17 ante el creciente “número de refugiados venezolanos” que han ingresado a los estados norteños de Roraima y Amazonas. Según las autoridades brasileñas hay unos 30 mil venezolanos afincados en esas dos provincias.
El general Gaspar de Oliveira citó, asimismo, la posibilidad de que el proceso de paz en Colombia de origen a una oleada de guerrilleros de las FARC y el ELN que intenten ingresar a Brasil para desarrollar actividades ilícitas.
Una de las tesis subyacentes en la exposición del general es militarizar la “guerra al narcotráfico” en línea con los planteos del Departamento de Estado, la DEA y el Pentágono. En rigor este considerable movimiento de soldados, armamento y logística materializa una revisión drástica de las políticas de defensa y seguridad implementadas a partir de 2003 con el inicio del primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y continuadas hasta mayo de 2016 cuando Dilma Rousseff fue reemplazada, de facto, por Michel Temer.
Esta operación significará la negación del proyecto de armonización de las políticas propuestas dentro del Consejo de Defensa de Unasur a las que siempre se opusieron los gobiernos de Colombia, principal socio militar de Estados Unidos en el subcontinente, y Perú. Ahora, Lima y Bogotá, son los coprotagonistas del Amazonlog 17 junto a Brasilia.
En lo militar el Pentágono retoma una hegemonía que nunca llegó a estar seriamente amenazada pero sí limitada en la década pasada. El correlato diplomático de ese protagonismo norteamericano es la reinstalación de la OEA como vértice de la diplomacia hemisférica, angostando los espacios de acción autonomía conquistados por Unasur, Celac y el Mercosur. Precisamente el general Gaspar de Oliveira mencionó la importancia de la OEA, como marco de convergencia de los países de la región, al brindar detalles de las actividades que militares que se realizarán entre el 6 y el 12 de noviembre. Explico, además, ya está prácticamente montada la “base militar logística temporaria” en la ciudad de Tabatinga, separada por una avenida, de la colombiana Leticia y próxima a la ciudad peruana de Santa Rosa. Todas cerca del Rio Solimoes que desemboca en el Amazonas.
“¿La incursión de militares estadounidenses es algo preocupante?” consultó el portal UOL al general Gaspar de Oliveira, que fue jefe del Comando Militar de la Amazonia.
“ No, de ninguna manera, nosotros fuimos a Estados Unidos a convidarlos para que participen, las tropas vienen desarmadas (..) no hay ninguna preocupación (..) ellos están controlados y vienen para colaborar con la población carente (...) están trayendo su know hoy sobre desplazamiento rápido” sostuvo el general que antes de estar a cargo de la logística del Ejército fue jefe del Comando Militar de la Amazonia, donde no se recuerda un despliegue estadounidense de similar envergadura. Signo del nuevo orden.
“Brasil y Estados Unidos han sido fuertes aliados durante mucho tiempo, nosotros valoramos esta relación rica y multifacética que tenemos con Brasil, incluyendo nuestras fuerzas militares” señaló la Embajada norteamericana en Brasilia.