El Gobierno amplió el alcance del impuesto PAIS, que es prácticamente el único tributo cuya recaudación sube en medio de un desierto producto de la crisis económica. El decreto 385/2024, publicado este lunes en el Boletín Oficial, establece la aplicación del impuesto PAIS para la compra de divisas destinadas a giros de utilidades y dividendos y para los suscriptores del Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), que el Gobierno ofrece para sacar fuera del país beneficios que en los últimos años quedaron "trabados" a partir del control del cepo cambiario.
De acuerdo a la norma que lleva la firma del presidente Milei y del ministro Luis Caputo, la medida afecta a las operaciones de repatriación de utilidades generadas a partir del 1° de septiembre de 2019, inclusive. Tanto para el giro de dividendos a partir del acceso al mercado de cambios como vía Bopreal, la alícuota del impuesto PAIS es del 17,5 por ciento. La expectativa del equipo económico es poder recaudar plata asociada a las utilidades que están contenidas desde aquel entonces.
El giro de utilidades y dividendos se encuentra bajo control del grifo que establece el cepo cambiario y que maneja el Banco Central de acuerdo a la disponibilidad de divisas. Si bien esa normativa sigue vigente, la aplicación del impuesto PAIS sobre el giro de utilidades se puede interpretar como un paso previo a la "liberación" de esas operaciones, que ahora quedan sujetas a un tipo de cambio más alto, equivalente al que enfrentan las importaciones.
Impacto
Según el decreto, la decisión responde a la necesidad de “continuar profundizando los incentivos a la inversión nacional que estimulen la producción y la realización de actividades económicas en el país, garantizando un sendero fiscal sostenible”. Para el Gobierno, se trata de dar un cuadro de certezas sobre el giro de utilidades.
Sin embargo, la medida tiene una lectura secundaria. Como resaltó semanas atrás al economista Gabriel Caamaño, "a medida que el superávit primario y financiero se fue reduciendo con el correr de los meses como consecuencia de la propia estacionalidad fiscal, pero también porque la licuación y la acumulación de deuda flotante se van agotando, la importancia del impuesto PAIS para el sostenimiento del ancla fiscal fue en ascenso". Según los datos de la consultora Outlier, que dirige Caamaño, en marzo, la totalidad del superávit primario la explicó el incremento de la recaudación del impuesto PAIS, mientras que respecto del superávit del primer trimestre, el 42 por ciento se explica por la dinámica de este tributo.
A partir de estos datos, Caamaño concluye que la dependencia del ancla fiscal respecto del impuesto PAIS implica un problema para el Gobierno, porque refuerza la relación con el cepo cambiario, cuyo levantamiento es uno de los grandes objetivos de gestión, o eventualmente respecto de una especie de desdoblamiento cambiario.
A nivel productivo, también se consolida un problema, ya que el impuesto PAIS encarece los insumos de las empresas que fabrican a nivel nacional. Al mismo tiempo, el gobierno reduce aranceles de importaciones de productos que vienen desde el exterior. Es una protección inversa de la industria local que amenaza de lleno al empleo.