¿Queda alguna duda? Para Marina Olmi, ninguna. Ni de la situación que atraviesa la Argentina ni de las figuras históricas del país que debieran ser referentes para reencauzar el rumbo. Tampoco duda del camino espiritual y artístico que tiene la sociedad por delante. Por eso propone nuevamente una exposición de sus cuadros en torno a la figura de Eva Perón. Esta vez la cita es en el Museo de los Trabajadores Evita (Av. 51 nro 417, entre calles 3 y 4, de La Plata) este martes 7 a las 18. Allí podrán verse, entre otros, sus obras “Malvinas Argentinas”, “Eva y el Mundo”, “Eva en su nave de Aerolíneas Argentinas”, “Evita el Mar del Plata”, “Socorro”, “La Secretaria”, “El Origen” y “El Renacimiento”.

Olmi se fue de muy joven a Europa y volvió hace unos años a su tierra natal, con la intención de aportar desde su mirada de artista visual a una idea de Argentina colectiva y peronista. Desde entonces sus cuadros dedicados a Evita –también a Juan Domingo Perón y a Néstor Kirchner, en menor medida- recorren distintos espacios, al tiempo que relocalizan a sus figuras-personajes en distintos entornos. Hace tres años su nombre circuló en los medios por un guiño del destino: la entonces vicepresidenta Cristina Fernández le regaló a Lula da Silva –a la sazón reelegido presidente de Brasil- un cuadro de Olmi.

-¿Cuál fue el criterio curatorial para ¿Queda alguna duda??

-El criterio fue sentir y pensar el momento que estamos atravesando ahora y cuáles son las mejores Evas que pueden dar espacios para que hablemos de todo lo que cuenta cada cuadro. Cuadros que tienen que ver con cosas que serían útiles y hermosas de hablar con la gente, o capaces de despertar en las personas algo para pensar. Y si no se piensa y no se habla, no importa: se siente en el cuerpo.

-¿Por qué te interesaba presentar estos cuadros en particular?

-Porque me representan a mí también. Es mi aporte, es lo que sé hacer y creo que ayuda a los demás. Eso me hace feliz, me da sentido a mí.

-Señalás el momento que atraviesa el país. ¿Cuál es tu mirada personal sobre la coyuntura política?

-Creo que estamos por primera vez en nuestras vidas frente a una dificultad que nos rompe los esquemas las creencias. Es desesperante nos paraliza, nos da miedo porque con las herramientas que conocemos no podemos encontrar la forma de resolver y eso nos dispersa en vez de unirnos. No creo que sea (Javier) Milei, ¡él es solo la cara de la oscuridad que está detrás! Esta realidad nos obliga a repensarnos y vernos como humanidad, única especie en el planeta que destruye, que vive sin respeto ni por el otro ni por la tierra con el afán de adueñarse y destruir, alejados del profundo sentido de lo que somos. La humanidad debería unirse en una única lucha. Nos tienen separados y lo peor es que nos sentimos separados, creemos esa película. Llegó la hora de comprender que somos todos iguales y así podremos enfrentar a todas las estructuras oscuras que manejan el mundo. El verdadero poder económico que es quien manda.

-La propuesta de las figuras de tus cuadros está en las antípodas de este gobierno, ¿no?

-¡Este gobierno es impresentable! ¡No tengo palabras! Siento vergüenza y dolor. ¡Es lo que el pueblo votó! ¡Eso es lo más loco! Tenemos que volver al pasado para llegar al futuro. Los pueblos originarios lo sabían y los mataron a todos. Esta gente destruye todo lo que está bien sin ningún respeto por la vida y sin ninguna vocación de hacer el bien.

-¿Cómo ves la situación del arte, ante estas circunstancias?

-El arte es fundamental en la historia de cada pueblo, es la memoria, educa, construye da identidad. Como artista y persona, la tristeza es enorme por el abandono que sufrimos. Por supuesto es un arma para dominarnos y que no evolucionemos, pero en lo personal siento que es un desafío y oportunidad para crecer, para acceder a un lugar superior con mi intuición, para seguir creando con dolor y amor una verdad, en la forma artística que me salga.