Los trofeos ocupan un lugar especial en el bufet del club Parque Telmo, anclado en el barrio porteño de San Telmo. Las banderas naranjas con trazos blancos decoran la fachada y suena una variada playlist de rock nacional. La previa le da marco a la presentación del proyecto de ley por la emergencia en los clubes de barrio, que consta principalmente de la excepción de las tarifas correspondientes a los servicios de gas, energía eléctrica y agua, durante 12 meses. El documento lo firma Gisela Marziotta, diputada nacional por Unión por la Patria, y está enmarcado en seis artículos que pretenden ser el escudo ante los tarifazos que ponen en jaque su continuidad social.
La diputada se hizo presente en este club porteño para darle voz al proyecto. En la mesa estuvo acompañada por Nicolás Mantegazza, intendente de San Vicente y fundador del club Estrella del Sur -compite en la nueva categoría de AFA, Promocional Amateur-; Verónica Scarpato, líder de la Secretaría de Deportes de la Confederación General del Trabajo (CGT), y Marcos Ciani, director provincial de Deporte Social, entre otros dirigentes que se hicieron presentes al evento.
“Un club no es solo una entidad deportiva, un lugar de ocio y recreación o un ámbito de socialización. Los clubes de barrio son todo eso y mucho más. Generan identidad, pertenencia, inciden en la formación integral y permiten ser un lugar de convivencia entre personas diferentes”, dice una parte del texto del proyecto. Según el relevamiento Nacional de Clubes y Entidades Deportivas, confeccionado por la Federación del Deporte Universitario Argentino (FeDUA), junto a las Universidades Nacionales a pedido del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, en todo el país hay aproximadamente 12 mil clubes de barrio.
En medio de la reunión del mandatario Javier Milei con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para hablar sobre diferentes modelos de negocios y financiación de los clubes de fútbol, la contracara es esta ley que promueve poner en agenda una discusión que se pasa por alto y resaltar la importancia de las actividades sociales, además de las deportivas, que son parte de los clubes de barrio. Y defender los artículos de un proyecto que pone al descubierto el posible arribo de las sociedades anónimas, anclada en si los clubes sin fines de lucro pueden afrontar o no las cuentas, y su conducción, y justificar la necesidad de que dejen de estar en manos de los socios para que las decisiones sean de terceros o de grupos accionistas.
“Es una garantía para la continuidad de la gran labor que están haciendo los clubes de barrio”, dijo Scarpato sobre la ley y resaltó que los artículos que la componen “son extremadamente importantes para las instituciones deportivas”. “Este proyecto permite que los clubes no cierren sus puertas y sigan cumpliendo con su rol fundamental”, concluyó.
La diputada de Unión por la Patria, al momento de hacer uso de la palabra, agradeció la respuesta de la gente que se acercó hasta Parque Telmo y lamentó tener que llevar esta discusión al Congreso. “Es un proyecto que hubiera preferido no presentar porque indica que lo que está pasando es horrible”, dijo y reforzó que esta pretensión de ley “es para contener las consecuencias de un gobierno del odio a todo: educación, música, cine, deporte, a los deportistas. Todo se traduce en políticas de odio. Quieren destruir con ensañamiento”.
“Este es un proyecto de amor a los clubes, de amor al deporte. Que intenta dar una mano para que puedan seguir haciendo y cumplir con esa función en cada barrio. Tenemos la responsabilidad de militar el amor. Por ahí tenemos que reordenarnos”, finalizó.