El gobierno de Michel Temer presentó ayer una de sus más ambiciosas iniciativas, la reforma jubilatoria, que obliga a los trabajadores a trabajar 49 años para cobrar la jubilación integral, aumenta a 65 la edad jubilatoria para las mujeres y excluye de esta nueva normativa a los militares.

Temer explicó los planes de la reforma en una reunión con sus aliados políticos del Senado en la noche del lunes, horas antes de que el proyecto de ley fuera enviado al Congreso. “Reformar hoy la Seguridad social es la única garantía (...) para la Seguridad social en el futuro”, sostuvo el presidente. El mandatario conservador anunció la medida como una de sus principales apuestas para reducir el déficit público desde que asumió formalmente el gobierno, tras la destitución de su predecesora Dilma Rousseff.

La medida apunta a evitar el “colapso” del sistema dentro de las próximas cuatro décadas, dijo el secretario de la Previsión Social, Marcelo Caetano, quien detalló la iniciativa presentada por Temer ayer ante la Cámara de Diputados.

Los brasileños se jubilan hasta ahora de acuerdo con los años trabajados, a menudo mucho antes de llegar a los 65 años. Las nuevas reglas propuestas por el gobierno Temer serían válidas para los hombres de menos de 50 años y para mujeres menores de 45 años. El sistema estatal de pensiones brasileño es en estos momentos altamente deficitario en medio de la dura crisis económica que vive el país más grande de América latina.

Pero lo más novedoso fue que el gobierno de Temer decidió que para una jubilación integral, tanto para el sector privado como el público, habrá que contribuir 49 años, caso contrario, se cobrará un proporcional.

La jubilación integral básica es de unos 1526 dólares (5189,82 reales, se actualiza por inflación anual).

La reforma constitucional prevé entre otras medidas también un mínimo de 25 años de cotización antes del retiro, así como un aumento gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años en el año 2060, según detalló el secretario de la Seguridad social en el Ministerio de Hacienda, Marcelo Caetano. En ese marco, sube de 60 a 65 la edad mínima para que las mujeres se jubilen y se equiparan a los hombres.

El gobierno pretende ahorrar con el pago de jubilaciones y pensiones hasta 2027 unos 217.000 millones de dólares, según había anunciado el ministro de Economía, Henrique Meirelles.

Temer envió al Congreso, para la reforma jubilatoria, un proyecto de enmienda constitucional en momentos en que el oficialismo ha perdido el control de la presidencia del Senado, ya que destituido del cargo por una medida cautelar de la corte suprema el senador Renán Calheiros, procesado por corrupción.

El gobierno también apuesta a otra reforma constitucional a ser votada en el Senado el próximo 13 de diciembre, sobre el congelamiento por dos décadas del gasto público, una medida que puede ser afectada por el control de la presidencia de la Cámara alta que heredó con la salida de ese cargo de Calheiros el vicepresidente del cuerpo, Jorge Viana, del Partido de los Trabajadores, opositor.