Hace falta tener invertidos más de 34.000 dólares en el bono a cien años para quedar alcanzado por el impuesto a la renta financiera. Con esa colocación un individuo recibirá al finalizar el próximo año alrededor de 2694 dólares en materia de intereses que, al tipo de cambio promedio previsto en el Presupuesto 2018, equivalen a 52.000 pesos. Esa rentabilidad es el número elegido a partir del cual una persona comenzará a pagar el tributo previsto en el proyecto de reforma tributaria. La alícuota para ese tipo de colocaciones es del 15 por ciento. El impuesto a pagar se calculará sobre la diferencia entre el mínimo no imponible y la renta percibida. De esa manera, alguien que adquirió títulos centenarios por 40.000 dólares recibirá el año próximo intereses por una suma cercana a los 3200 dólares y, si se aprueba el proyecto, deberá destinar 70,5 dólares a cubrir su nueva obligación tributaria. Son apenas 1360 pesos a un tipo de cambio promedio de 19,3 pesos. Si la apuesta al instrumento que vencerá en 2117 fue más ambiciosa y la persona colocó 100.000 dólares su ganancia rondará los 7910 dólares. Con esos ingresos se vería obligado a cancelar 782 dólares, o 15.100 pesos.
Hacienda espera recaudar 20 mil millones de pesos por el impuesto a la renta financiera durante su primer año de vigencia. La cifra es equivalente al monto que cederán las arcas del Estado por la reducción anual prevista en las alícuotas a las retenciones del complejo sojero. Entre quienes deberán pagar el nuevo tributo figuran los titulares de plazos fijos en pesos. Con las tasas de interés que hoy ofrecen los bancos, alrededor del 22 por ciento anual, serían alcanzados por el impuesto los depósitos que superen 236.400 pesos. Inmovilizar ese monto ofrece a fin de año una rentabilidad de 52.000 pesos. La alícuota para esas colocaciones en moneda local llega al 5 por ciento. Por eso, si se aprueba la iniciativa, el impuesto a pagar será de apenas 50 pesos cada vez que el depósito supere en 1000 pesos ese piso. De esa manera, individuos con colocaciones de 300.000 mil pesos deberán abonar un total de 700 pesos en un año. Quienes tengan un depósito por un millón de pesos recibirán intereses por 220 mil pesos sobre los que deberán tributar 8400 pesos. Cuanto menor sea la tasa de interés mayor será el monto del depósito a partir del cual se pagará el impuesto. Con una tasa de 18 por ciento anual el plazo fijo mínimo para ser alcanzado serían 289 mil pesos.
Sin embargo, el aporte recaudatorio más relevante vendrá de los individuos que invierten en títulos públicos. Los últimos datos de Caja de Valores indican que tiene en custodia activos por 3 billones de pesos. Son millones de millones, doce ceros. El 90 por ciento, alrededor de 2,7 billones de pesos, corresponde a títulos públicos. Sobre ese total el 5 por ciento está en poder de personas físicas argentinas. El stock de títulos públicos que podrían ser alcanzados por el nuevo impuesto es de 135.000 millones.
Si el gravamen ya estuviera vigente pagarían el impuesto aquellos inversores con tenencias de Lebac mayores a los 185 mil pesos. Con el rendimiento anual del 28 por ciento ofrecido por el Banco Central esos inversores reciben una renta equivalente a los 52 mil pesos, piso de ganancia a partir del cual el Ministerio de Hacienda propuso que se empiece a pagar el impuesto. ¿Cuánto pagarían? El 5 por ciento sobre la diferencia. Un inversor con 200 mil pesos en Lebac obtiene, con las tasas vigentes, un rendimiento anual de 56 mil pesos por lo que la renta alcanzada será de 4 mil pesos. En ese caso el impuesto a desembolsar en el año ascenderá hasta los 200 pesos.
“Es un impuesto que existe en todos los países, no tenía sentido que no se aplique en la Argentina. No es verdad que va en contra de la expansión del sistema financiero”, sostuvo el secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, en una entrevista de Iprofesional. Quienes tengan inversiones de un millón de pesos en Lebacs ganarán en un año 280 mil pesos sobre los que deberán tributar 11.400 pesos. “Calculamos que este gravamen va a recaudar unos 20.000 millones de pesos el primer año, pero tiene mucho potencial porque estamos convencidos que el sistema financiero crecerá mucho. Se gravará a quienes obtengan una renta de más de 52.000 pesos por año. Pero además en una reforma que busca promover la inversión, es lógico gravar la rentabilidad que se obtiene por instrumentos financieros”, indicó el funcionario.
Otro caso son los nuevos plazos fijos UVA. Bajo esa modalidad lo que ajusta es el capital y la tasa de interés oscila entre 0 y 2 por ciento. Como el objetivo del impuesto es gravar la rentabilidad financiera y no un incremento patrimonial quienes quedarán alcanzados serán las personas con colocaciones por más de 2,6 millones de pesos. En el caso de los bonos regidos por ley extranjera los funcionarios todavía están definiendo los mecanismos a través de los cuales se va a cobrar el impuesto ya que algunos bonos disponen de cláusulas donde el emisor se compromete a pagar un monto adicional si se crean nuevos impuestos.