“Este borrador de reforma laboral no fue hecho por asesores jurídicos ni laborales; fue escrito por empresarios. Está hecho directamente en la jefatura de alguna de las empresas que se habrán encargado de aportarle al gobierno el articulado del proyecto de ley. Los diputados y senadores deben saber que si la piensan votar, va a ser una ley con los pies de arena, que caería hecha pedazos ante una presentación en la justicia. Es un proyecto que viola en prácticamente en todos sus artículos el principio de la no regresividad del derecho laboral, violatorio de la Ley de Contrato de Trabajo, del artículo 14 bis de la Constitución Nacional y de los Convenios Internacionales con su mismo rango”. Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, anticipó ayer en estos términos la respuesta que la central, junto con la CTA Autónoma que encabeza Pablo Micheli, dará frente al proyecto de modificación de la Ley de Contrato de Trabajo. Las dos CTA pedirán reunirse con todos los bloques parlamentarios buscando que el mayor número desista de apoyar al proyecto. Convencidos de que se trata de una pelea a dar no sólo en el recinto, sino con la puesta en alerta del entramado social, las CTA convocaron a plenarios intersindicales en todo el país para “discutir y difundir el rechazo, las razones del rechazo y generar acciones en contra de esta iniciativa del Gobierno”.
Los dirigentes hicieron los anuncios en una conferencia de prensa que ofrecieron tras de reunirse con representantes de la CUT –la central obrera más grande de Brasil– y la CGT francesa. “No es casual, porque son las organizaciones obreras de dos países donde se están realizando reformas laborales tan duras como este proyecto del Poder Ejecutivo”, señaló Micheli. Agregó que la reforma impositiva, la previsional y la laboral se complementan y apuntan a generar mayores ganancias para los sectores concentrados de la economía, deteriorando las condiciones laborales” .
Micheli puso como ejemplos “la propuesta de una pensión universal, que terminará siendo del 75 por ciento de la jubilación mínima, cuando la mínima hoy no alcanza para comprar ni la mitad de la canasta del jubilado”; advirtió que las PyMEs, principales creadoras de empleo, deberán afrontar “aún mayores dificultades con la reforma impositiva” y advirtió que en el plano laboral, con la rebaja en las indeminizaciones por despido combinada con la nueva modalidad de contratación por tiempo determinado, “los empresarios van a despedir a los trabajadores con antigüedad y a reemplazarlos por trabajadores jóvenes y precarizados por un cuarto de lo que les pagaban”.
También hubo un llamado a la CGT y las organizaciones sociales a coordinar un plan de acción. Aunque la lectura es que Cambiemos va a ir “por todo” en su ofensiva, los dirigentes evalúan que al gobierno le va a ser más difícil de lo que cree imponerse. ¿Por qué no si ya pasó en los ’90? Para Yasky, “porque estamos parados sobre otro piso. En los ’90 veníamos de un proceso devastador como la hiperinflación, el movimiento sindical estaba más desarmado, no había organizacinoes sociales. Dentro de la CGT no había una fuerte corriente que cuestionara la pasividad de sus dirigentes”, agregó aludiendo a la Corriente Federal que lidera el bancario Sergio Palazzo. El titular de la CTA también rechazó equiparar la situación en Argentina con la Brasil, “donde ha habido un golpe de estado institucional y el Congreso funciona prácticamente como la escribanía de un presidente deslegitimado”.
“En la Argentina, la reforma de Mauricio Macri pretende ir hacia una especie de ordenamiento legal laboral pre peronista. Esto no tiene posibilidad de ser aprobado en el Congreso, como sí la tuvo la reforma en Brasil. Tenemos una Constitución que desde el ‘94 incorporó a los tratados internacionales y que mientras no sea derogada, garantiza la progresividad del derecho social. Vamos a ir a ver a los jefes de bloque porque estamos casi convencidos de que no es fácil tirar por la borda todo lo que este país avanzó en terminos sociales del ‘45 en adelante, incluso antes del peronismos, porque muchos de los derechos que el peronismo puso en práctica se asentó sobre iniciativas previas del socialismo”.