Hace varios años que la artista Marina Olmi trabaja con la figura de Eva Perón en su arte. Pero lo hace de la manera menos tradicional posible. O no, si acaso puede ser tradicional un mundo donde una avioneta viaja sobre el fondo de un cielo rosado que enmarca una playa, y con el pelo suelto, la mano izquierda haciendo la V y uno de esos trajes de baño enterizos de los cuarenta, Evita sonríe victoriosa entre focas y pingüinos. "El amor vence", se lee en el pasacalles que transporta la avioneta. La expresión del rostro de aquella Eva no conoce de resentimientos, dolores o traiciones. Es la Evita joven, la de rostro franco y el corazón repleto de sueños. 

"Evita en Mar del Plata" es, junto con “Malvinas Argentinas”, “Eva y el Mundo”, “Eva en su nave de Aerolíneas Argentinas”, “Socorro”, “La Secretaria”, “El Origen” y “El Renacimiento” parte de los cuadros de Marina Olmi que a partir de hoy pueden visitarse en el Museo de los y las Trabajadores Evita (Av. 51 nro 417, entre calles 3 y 4, de La Plata). A los cuadros se los englobó bajo el nombre "¿Queda alguna duda?", provocador título que acompaña una obra que en su momento supo generar su controversia. 

A los 14 años, Olmi partió hacia Europa a estudiar artes plásticas y retornó en 2011 con el propósito de contribuir desde su perspectiva como artista visual a una noción de Argentina colectiva y peronista. Desde entonces, sus pinturas dedicadas a Evita han estado presentes en diversos espacios, al mismo tiempo que reubican a estas figuras en diferentes sitios tradicionalmente argentinos, cotidianos, o haciendo referencia a contextos más contemporáneos.

El origen.

Decir que los entornos de los cuadros son lúdicos es quedarse corto. Los ambientes y los objetos que esta Evita frecuenta dejan atrás cualquier tipo de solemnidad que puediera estar atada a su figura. Por el contrario, le permiten entender a la política como algo más que humana. Y para Olmi, en ese momento eso es profundamente necesario. "El criterio fue sentir y pensar el momento que estamos atravesando ahora y cuáles son las mejores Evas que pueden dar espacios para que hablemos de todo lo que cuenta cada cuadro", declaró Marina sobre el criterio para armar la muestra.

"En la inauguración, todos pudimos hablar de lo que significó o significa Eva para nosotros, y Eva en este momento histórico que estamos atravesando, donde todo lo que nos enseñó, todo lo que nos transmitió, está no solo vigente, sino es necesario recordar en este momento", afirma. 

Una Evita cocinera.

Porque en el evento que tuvo lugar ayer en el museo de la CGT no fueron los cuadros los protagonistas del evento. En palabras de la propia Olmi, ocurrió un "encuentro profundo" entre los asistentes. En sus inauguraciones, la pintora busca darle un espacio de conversación y debate entre quienes van a disfrutar de los cuadros, cosa anormal dentro de lo que se estila en las galerías de arte y museos. A pesar de no conocer a la mayoría de los asistentes, Marina describió a quienes estaban en la muestra como "una gran familia", ya que muchos aprovecharon ese momento para encontrar consuelo por el difícil momento que atraviesa la cultura a nivel nacional.  

"Creo que tenemos que reconectar a las personas con lo bueno que somos, que tenemos y que fuimos. Estamos todos un poco como cuando tiras agua en el hormiguero, que las hormigas no saben muy bien qué hacer y van cada una para su lado, un momento de dispersión. Nosotros estamos perdidos, no sé si es el miedo o la sorpresa, pero supera los límites de lo imaginable. Hay que tener mucha imaginación para afrontar esta realidad, y al mismo tiempo mucha conciencia, tener los pies muy en la tierra", concluye Olmi, que cree que el arte puede ayudar a que funcione mejor esa dicotomía.

Los cuadros podrán visitarse hasta el 22 de mayo en el Museo de los Trabajadores Evita (Av. 51 nro 417, entre calles 3 y 4, La Plata). La entrada es libre y gratuita.