Cuando la cámara se enciende, al otro lado del zoom aparece Robert Bell, bajista, compositor y líder de Kool & the Gang. Pero no está sólo. Detrás de él, a la izquierda, hay una guitarra acústica alegórica a los 50 años de la creación de la banda. El músico, cuyo apodo, “Kool”, inspiró el nombre de esta máquina del baile, es el único miembro fundador que sigue en actividad. El resto de los integrantes que erigieron en Jersey City a esta institución del ritmo -entre los que destacó su hermano, el saxofonista Ronald Bell- ya fallecieron. Todos partieron mientras seguían de gira y grabando. De hecho, los discos de platino que cuelgan por encima de la viola dan constancia de su prolificidad. Sin embargo, hay más información en ese rincón. A la diestra del artista de 73 años, figuran tres botellas de su propia marca de champán, Le Kool Champagne, que en 2021 añadió a su colección el champán rosa.
“En este instante estoy en la ciudad de Orlando, aunque no veo el momento de regresar a Buenos Aires”, confiesa el músico estadounidense, quien en su rol filantrópico lleva adelante la Fundación Kool Kids (ayuda a niños con economías precarias a tener formación musical). “Ustedes son un público maravilloso”. Su desembarco más reciente sucedió en 2022, en el mismo lugar que los recibirá en esta oportunidad: el estadio Luna Park. Es cierto que el adjetivo “fiesta” está tan desgastado y vilipendiado (al igual que otros como “genio”) que se lo adjudican hasta para lo más simple. Pero el show que brindó Kool & the Gang esa noche de abril reivindicó de vuelta el contenido de la palabra, apoyado además por un arsenal de himnos que no tienen fecha de caducidad. O al menos eso fue lo que dejaron por sentado estos cultores del funk, el jazz, el soul, el R&B y la música disco.
Si bien Bell adelanta que el espectáculo que traerán este jueves 9 a las 21 tendrá algunas variantes con respecto al que hicieron dos años atrás (una de ellas será la introducción de su nuevo baterista, tras la muerte en noviembre de 2023 del también miembro fundador George “Funky” Brown), esta vez la banda compartirá programa con sus compatriotas de Village People y con el histórico DJ argentino Alejandro Pont Lezica. Pese a que el evento que los reúne apela por la nostalgia de una época que tuvo a ambos grupos como referentes generacionales, a fines de los años '70, el bajista reconoce que esto es algo que suele pasarle cuando se promocionan sus shows. Y contrasta con el rango etario de quienes los siguen en la actualidad. “Puedo entender que nuestras canciones generen un efecto en la memoria de mucha gente, pero también nos vienen a ver chicos de 20 años”, asegura.
Al mismo tiempo que disfruta de su glorioso pasado, Kool & the Gang se ocupa de su vigencia. De eso puede dar fe el repertorio de People Just Wanna Have Fun, lanzado en julio de 2023 y devenido en su 26° álbum de estudio. Por lo que adelanta el músico, parece que será el último de su carrera. “Creo que ya no sacaremos más canciones nuevas. El disco gustó. Pero, por más que sigamos creando y componiendo, la gente aún está muy aferrada a temas de los años '70 u '80 como ‘Jungle Boogie’, ‘Hollywood Swinging’, ‘Ladies Night’, ‘Get Down on It’ y ‘Joanna’. Esa es la verdad”, se resigna. “Si algo rescato de ese disco es que su título sintetiza muy bien lo que desea el público (en español, el nombre sería 'La gente sólo quiere divertirse'). También ésa fue la intención de la banda a lo largo de su historia. Me alegra que todavía podamos hacerlo”.
-Por si no fuera suficiente con su legado, aún defienden su título de “pesos pesados del groove”. Lo evidenciaron no sólo en People Just Wanna Have Fun, sino también en su álbum anterior, Perfect Union (2021). ¿Cómo hacen para que una canción nueva no compita contra su pasado?
-Teníamos más o menos 10 años sin sacar un disco nuevo cuando decidimos hacer Perfect Union. A mi hermano, que era el productor, lo perdí en 2020. Para People Just Wanna Have Fun llamamos a George Brown para que se encargara de la producción. Así que fueron dos maneras de comprender la misma intención. Lo que deseábamos era que el público se identificara con estas canciones, de la misma forma que lo hizo con nuestros hits. Quizá por esa razón la grabación del último disco nos llevó seis meses.
-Esta vuelta al país coincide con la celebración de sus 60 años. Si The Rolling Stones es la banda de rock en actividad más antigua, ¿se podría decir lo mismo de Kool & the Gang para con el funk y géneros afines?
-No lo sé. Lo cierto es que tenemos 60 años en el negocio de la música. Comenzamos en el jazz y en 1969 grabamos el primer disco como Kool & the Gang. Desde entonces, atravesamos diferentes periodos. Fuimos un grupo instrumental de jazz y funk hasta finales de los años '70. Tras sumar a “J.T.” (se refiere a su primer cantante, James Taylor), en el disco Ladies Night dimos un giro musical que nos acercó al R&B, al igual que a otros públicos. Eso nos convirtió en un grupo popular. Hace unos días ingresamos al Salón de la Fama del Rock and Roll. No te imaginás lo feliz que me puso.
-En septiembre próximo se cumplirán 50 años de la aparición de Light of Worlds, disco que incluye “Summer Madness”, una oda a la psicodelia desde la perspectiva afrodescendiente. Nunca falta en sus shows.
-La locura musical fue creciendo en la banda. Intentamos orientar toda la energía que teníamos hacia otro lado. Esa canción era un viaje mucho más largo, por lo que el reto era sintetizar esa intensidad en casi la mitad del tiempo. Pese a que parezca un tema psicodélico, nunca se aleja del jazz. Mi hermano era como un científico del sonido. Le gustaban los experimentos.
-A propósito de lo que contás, ¿en qué contexto hicieron ese disco?
-Éramos muy chicos cuando comenzamos en el negocio de la música. Teníamos 14 o 15 años, y nuestra mayor influencia era el jazz. A medida que evolucionamos, probamos con otros estilos musicales. En ese sentido, pusimos la mirada en el sello Motown (caldo de cultivo y bastión de la música afrodescendiente estadounidense en los años '60 y '70, principalmente). Nuestra otra referencia era James Brown. Desde ese entonces, nos volvimos más divertidos. Pero antes de llegar a ese punto, en Light of Worlds demostramos que la música instrumental también podía ser comercial y popular.
-“Summer Madness” fue incluida en la banda de sonido del film Rocky.
-Así es. Funcionó tan bien, así como el álbum (obtuvo el disco de platino), que abrió las puertas para que el tema “Open Sesame” fuera parte de banda de sonido de Saturday Night Fever.
-Esa música erudita y celebrativa que los distingue encierra un mensaje social potente. Luego de que la comunidad afrodescendiente de tu país avanzara en materia de derechos civiles, la actual generación de artistas pareciera haberse aburguesado. ¿Qué opinión te merece lo que pasa?
-Cuando Biden se postuló para presidente, su tema de campaña era “Celebración”. Y cuando ganó volvió a usar “Celebration, lo que la convirtió nuevamente en una de las canciones más escuchadas. Sigo creyendo que la música es una vía para mejorar como sociedad, pero aceptar que las cosas cambiaron también es parte del crecimiento. Nosotros nunca bajamos los brazos al respecto. Durante la segunda campaña de Obama, mi hermano compuso el single “Pursuit of Happiness” (tiene dos versiones, una de ellas en clave de rap a cargo de Keith Murray). Si en esa época intentaba brindar una mirada esperanzadora del mundo, el tema cobró más fuerza tras el covid. A pesar de que millones de personas murieron, seguimos adelante. El amor, la comprensión y la diversión nunca pasarán de moda.