Las fuertes lluvias en el sur de Brasil desencadenaron una tragedia con consecuencias devastadoras. Según las autoridades regionales, ya se registraron 100 muertes y 1,5 millones de personas se vieron afectadas. Además, se reportaron un centenar de desaparecidos y otro tanto de heridos a causa de las inundaciones sin precedentes que azotan principalmente al estado de Rio Grande do Sul.
El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, señaló que hasta ahora 401 municipios han sido afectados, lo que representa prácticamente la totalidad del estado. La situación se agravó con la llegada de nuevos temporales pronosticados para esta semana, que se espera sean más intensos entre el viernes y el domingo.
Las imágenes de las inundaciones son desgarradoras. Se observa a personas improvisando medios de transporte para moverse en áreas afectadas. Los equipos de rescate trabajan hace días incansablemente para llegar a las zonas más remotas y asistir a las personas atrapadas.
Las imágenes aéreas muestran la magnitud de la devastación, con barrios enteros sumergidos bajo el agua. En este contexto desolador, la solidaridad y la ayuda humanitaria son fundamentales para ayudar a Brasil a recuperarse de esta tragedia.
El gobernador de Porto Alegre instó a los habitantes de los municipios afectados a permanecer en albergues y esperar a que las autoridades confirmen la seguridad para regresar a sus hogares.
Los expertos en salud pública dicen que también existe un riesgo creciente de enfermedades ya que gran parte de la región permanece sumergida, y advierten que en particular los casos de dengue y leptospirosis -una enfermedad bacteriana- podrían aumentar drásticamente en unos días.
Las consecuencias económicas también son preocupantes. Las inundaciones dañaron los cultivos, especialmente el arroz, y Brasil planea importar un millón de toneladas de arroz para compensar las pérdidas.
El Instituto Nacional de Meteorología (INMET) advirtió sobre la llegada de fuertes lluvias y tormentas en los próximos días, especialmente en el área más al sur de Rio Grande do Sul y en la zona fronteriza con Uruguay, debido a un frente frío en camino.