El gasto en electricidad de los hogares alcanzó en febrero de 2024 el valor más alto de los últimos 30 años, mostró un trabajo reciente de la Universidad Argentina de la Empresa (Uade). La canasta básica de 250 kilowatts (kWh) de consumo energético mensual representó el 3,45 por ciento de un sueldo promedio, batiendo un récord histórico. Pese a lo cual el Gobierno todavía prevé modificar el cuadro tarifario –tanto en luz como en gas-, si bien la fecha de este ajuste fue “postergada” y no se realizará en mayo. Los funcionarios temen por el impacto inflacionario de los servicios públicos con rápido impacto sobre otros precios de la economía.
El trabajo de la Uade, sigue a otro presentado por la Fundación Capital donde se medía la importancia de las tarifas de todos los servicios públicos –luz, gas, agua y transporte- sobre el ingreso promedio de los asalariados registrados (Ripte): la cual había pasado de un 4,6 por ciento en diciembre a 10,8 por ciento en la actualidad. Es decir más que se duplicó en los últimos cinco meses, y la administración de Javier Milei prepara nuevos aumentos.
Dentro de los servicios públicos, la electricidad tiene un peso destacado. Según la Uade, con datos actualizados a febrero de este año, el precio de la luz representó 3,45 por ciento del sueldo promedio desestacionalizado en el sector formal.
Desde el Gobierno parecen haber hecho una lectura similar cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió “no cargar más con gastos de momento a la clase media” y suspendió los aumentos en luz, gas, transporte en colectivo y combustibles: estos últimos se aplicarían en junio, sobre los restantes no hay precisiones. Todavía está en carpeta el monto de la quita del subsidio energético para los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3), e implementar el ajuste mensual por inflación que el Gobierno buscará extender hacia todos los servicios públicos.
Hasta febrero se recortaron subsidios, aplicaron subas estacionales e incrementos por devaluación cambiaria y otros costos dolarizados que llevaron a las tarifas de energía eléctrica a computar aumentos de entre 177 y 300 por ciento, según cálculos de la consultora especializada Economía & Energía, que encabeza Nicolás Arceo. Esta misma reveló que se prevén incrementos de hasta 550 por ciento en gas y de 210 por ciento en las tarifas de agua. Aumentos, de momento, “postergados”.
La Uade en su trabajo realizó una medición referente al peso de la energía eléctrica sobre la canasta básica total (CBT) medida por el Indec: con datos actualizados a marzo, la tarifa de electricidad representó el 21 por ciento de la CBT, mientras en enero equivalía al 10 por ciento.
Esta suba repentina del costo de los servicios públicos forma parte del ciclo volátil de las políticas públicas en Argentina, según esta casa de estudios. “Durante los primeros años de este siglo, post crisis de 2001, se aplicaron políticas de subsidios como respuesta a la caída de los ingresos de los argentinos. Con el paso de los años, Argentina comenzó una recuperación económica, pero el esquema de subsidios a las tarifas no se modificó. Se ‘pisaron’ los precios de las tarifas durante años, generando valores ficticios, totalmente alejados de los que surgirían si se consideran la estructura de costo de las empresas que brindan el servicio”.
El trabajo de la Uade también incorporó una comparación internacional del costo de la energía eléctrica para los consumidores, tomando como base una canásta básica de consumo energético de 250 kWh por mes, en línea con la propuesta por el Gobierno. Así, mostró que el costo de la luz en Argentina es de USD 0,11 por kWh –que hasta marzo del año pasado era de 0,04 centavos de dólar- y representa un gasto mensual de 27,5 dólares para una familia que consume por mes lo básico. El valor promedio de esta misma canasta en todo el mundo es de 42,5 dólares (USD 0,17 por kWh), estimó la universidad.
Europa es la región a nivel mundial con mayores tarifas de energía eléctrica. Dinamarca es el país con la electricidad más cara del mundo (con un valor de 0,54 dólares por kWh y una canasta de 135 dólares), seguido por Alemania y el Reino Unido (con 130 y 117,5 dólares por kWh por mes).
A su vez, dentro de América del Sur, el país con la tarifa más elevada es Uruguay (que paga 0,24 dólares por kWh y una canasta de 60 dólares mensuales para las familias). Luego le siguen Perú y Brasil (con canastas de 57 y 50 dólares mensuales respectivamente). Finalmente, Paraguay tiene energía más barata (con 0,06 dólares y una canasta de 15 dólares al mes). Antes de los recientes aumentos de tarifas, Argentina se encontraba por debajo de Paraguay con los valores más bajos, detalló la Uade.