El alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, afirmó que la cárcel de Rikers Island está preparada para recibir al expresidente estadounidense Donald Trump si éste fuera sentenciado a pena de prisión por violar la "orden mordaza" a la que se enfrenta en su juicio penal en Manhattan.
Adams se refirió también a su comisaria del Departamento de Correccionales de Nueva York, Lynelle Maginley-Liddie, y a su equipo, de quienes dijo que estarán listos si llega el momento. "Cuando se trata de aplicar la ley, tenemos que adaptarnos a lo que venga. No queremos hablar de hipótesis, pero tenemos profesionales allí y están preparados para recibir a todo el mundo", afirmó el alcalde en una rueda de prensa.
La orden mordaza
Trump está acusado, con 34 cargos, de haber disfrazado como gastos legales de la Organización Trump, la empresa familiar, el pago de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels a través de su exabogado Michael Cohen Cohen para que se mantuviera en silencio sobre una presunta relación sexual en 2006, poco después de haber contraído matrimonio con su actual esposa, Melania Trump, y de que naciera el hijo que tienen en común, Barron. El magnate habría hecho esto para proteger su campaña por las elecciones presidenciales 2016, que finalmente ganó contra la demócrata Hillary Clinton. Esta acusación puede acarrearle una condena de hasta cuatro años de cárcel.
En el marco del juicio penal, el juez Juan Merchan multó en dos ocasiones al político por violar la "orden mordaza" que le prohibe referirse a los testigos del caso y le advirtió sobre la posibilidad de encarcelarlo. La última de las sanciones se estableció el lunes, con 1.000 dólares por desacato, debido que el exmandatario continuó cargando públicamente contra los testigos implicados en el proceso abierto en Nueva York. "Lo último que quiero es meterlo en la cárcel. Usted es el expresidente de los Estados Unidos y posiblemente el próximo presidente también, pero tengo un trabajo que hacer y parte de ese trabajo es proteger la dignidad del sistema judicial", le remarcó Merchan el martes.
A la salida de la corte el lunes, el magnate se refirió a las multas que recibió y las advertencias de Merchan. "Este juez me puso una orden mordaza y dijo que iré a la cárcel si la violo, pero nuestra Constitución es mucho más importante que la cárcel. Haré ese sacrificio", expresó.
El juez ya multó a Trump con 9.000 dólares la semana pasada, al considerar punibles varias declaraciones públicas en su red social, Truth Social, y en el sitio web de su campaña, en las que atacaba a algunos de los testigos. Esa semana, el exmandatario expresó su descontento, calificando su situación como una "caza de brujas" en su contra y diciendo que Merchán le había quitado su "derecho constitucional a la libertad de expresión". "Soy el único candidato presidencial en la historia amordazado", mencionó en redes sociales.
Juicio aplazado
De ingresar en prisión, Trump se convertiría en el primer expresidente entre las rejas, como ya es el primero acusado penalmente, al enfrentarse a 88 cargos criminales por diversos procesos legales abiertos en tribunales de varias ciudades y por diferentes delitos. Sin embargo, no todo son malas noticias para el republicano. La jueza Aileen Cannon aplazó el martes indefinidamente la fecha del juicio en Florida por el mal manejo de documentos confidenciales hallados en su poder tras abandonar la Casa Blanca. La decisión de la jueza hace improbable que el juicio se realice antes de las elecciones presidenciales de noviembre próximo. Originalmente, el comienzo del juicio estaba previsto que tuviera lugar el próximo 20 de mayo.
En su orden, Cannon sostuvo que hay muchas reglas legales complicadas y plazos relacionados con el uso de evidencia clasificada en juicios penales públicos que deben considerarse antes de elegir una nueva fecha para la audiencia. Los casos que involucran documentos secretos deben seguir las reglas y procedimientos legales requeridos bajo la Ley de Procedimientos de Información Clasificada, o CIPA, y generalmente avanzan más lentamente que los casos estándar.
La decisión representa un golpe para el fiscal especial Jack Smith, quien acusó a los abogados de Trump de intentar utilizar erróneamente los otros tres casos penales en su contra como una forma de desorientar y retrasar los procedimientos legales en Florida. Los abogados defensores argumentaron que celebrar cualquier juicio demasiado cerca de las elecciones equivaldría a una interferencia electoral, y que si Cannon no puede retrasar el caso de documentos clasificados hasta después de noviembre, debería programarlo para agosto.
De acuerdo al diario The Washington Post, si Trump regresa a la Casa Blanca podría nombrar un fiscal general que esté dispuesto a retirar los cargos federales en su contra. A su vez, la política del Departamento de Justicia prohíbe el procesamiento penal de un presidente en ejercicio.
Además de los casos de Nueva York y Florida, Trump tiene otras dos causas judiciales entre manos: afronta en Washington y Georgia juicios por su intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020, en las que perdió contra el actual mandatario, el demócrata Joe Biden, y por haber instigado el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.