Dos hombres a bordo de una moto balearon ayer a las 8.30 la estación de servicios de GNC ubicada en Uriburu y Flammarion, del barrio La Guardia. El ataque no causó víctimas, pero sí dejó huellas en el frente vidriado del minimarket. La estación estaba atendiendo en esos momentos, a pesar del paro general. Una moto Honda Wave de color blanca arribó entre las islas de surtidores y frenó frente al local comercial. El acompañante entonces esgrimió una pistola y abrió fuego contra el blindex. Más tarde, la policía encontró una nota con amenazas por las políticas del gobierno provincial de restricciones en el régimen penitenciario para los presos de alto perfil.
Tras los balazos, los pistoleros escaparon raudamente. Luego llegaron policías del Comando Radioeléctrico y de la PDI para desplegar el peritaje de rigor y tomar algunos testimonios. Enseguida descartaron una vinculación con la huelga general, y luego encontraron una nota escrita con amenazas.
La balacera generó conmoción en el vecindario. Los comercios aledaños bajaron sus persianas por el temor y la incertidumbre, ante un ataque del cual se desconocían los motivos. El mensaje que dejaron los autores del hecho indica que se trata de un conflicto con trasfondo narco, y no tiene que ver con el rubro de los playeros.
El hecho ocurrió cuando la ciudad comenzaba a moverse parcialmente por el paro general. Una medida de fuerza a la que incluso adhirieron las estaciones de servicios, que comenzaron la jornada atendiendo con guardias mínimas.
Una versión preliminar del ataque indica que dos personas llegaron a la estación de servicios en una moto Honda Wave blanca y efectuaron tres disparos contra el minimarket del local. Los peritos trabajaron en la escena del ataque, recogieron las vainas y relevaron las cámaras de vigilancia públicas y privadas de la zona. “Yo vivo acá enfrente. Mi señora trabaja acá en el turno tarde. Fue una moto que entró, pegó los tiros y se fue. Esto acá no había pasado nunca”, dijo un vecino en diálogo con Canal 3.
Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, la estación de servicios fue el blanco elegido para generar conmoción y lograr que se difunda el mensaje que dejaron, en referencia a personas que están privadas de la libertad en causas relacionadas a bandas criminales.
El texto se centraba en dos personas vinculadas a una de las principales organizaciones criminales de la ciudad. Contenía un reclamo sobre el presunto arreglo de una banda con autoridades para “hacer confinar” a otro grupo.
Desde el Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio de Rosario habían descartado que el hecho tuviera algún tinte sindical, por la falta de adhesión al paro general. Y quedó demostrado que no tenía relación con la jornada de huelga a partir de la nota que dejaron los atacantes para requerir mejores condiciones de detención a algunas personas.