El segundo paro general contra el gobierno de Javier Milei se sintió con fuerza en Rosario. Sin colectivos, con poca actividad en las calles y con un panorama comercial dividido: algunos comercios pequeños cerrados, otros abiertos. Los diversos sectores de trabajadores de la ciudad realizaron distintas actividades durante la jornada que contemplaron movilizaciones, concentraciones, asambleas y ollas populares. Todas con un mismo mensaje: el rechazo al ajuste y el rumbo económico del gobierno nacional que impacta de lleno en el bolsillo de los trabajadores. “Los gremios más importantes han tenido un cese total de actividades y creemos que la respuesta al paro por parte de los trabajadores y la ciudadanía en general ha sido muy buena”, consideró Paulo Juncos, referente de la Intersindical Rosario, en diálogo con Rosario/12. En tanto, para el secretario general de Obras Sanitarias, Silvio Barrionuevo, la medida de fuerza en la ciudad fue contundente. “Este gobierno es un deja vu del 2001”, señaló a este medio.

Las actividades comenzaron por la mañana temprano, con una movilización de la Asociación de Empleados de Comercio (AEC) por los paseos comerciales del centro de la ciudad. Bajo la consigna “La patria no se vende, se defiende” en la bandera de cabecera, el gremio de los mercantiles movilizó desde su sede, en Corrientes al 400, hasta la peatonal Córdoba.

“Nos parece importante recorrer la ciudad y visibilizar cuál es la situación. Entendemos que los comerciantes, pequeños y medianos empresarios también deberían estar acá más allá de que sea un paro de trabajadores”, señaló Silvana Crocci, referente del gremio, en declaraciones por radio y recordó que los empresarios también sufren las políticas de ajuste y libre mercado. “Ellos mismos lo viven con la apertura de importaciones, el pago de alquileres, de luz. Es una situación muy compleja y lo que se está discutiendo en el congreso es fundamental: ley Bases, movilidad jubilatoria, son situaciones que nos aniquilan como pueblo. Habrá negocios que abren y otros que no. Pero va más allá de la coyuntura, los comerciantes, supermercados regionales, deberían estar reclamando lo mismo porque no van a estar ajenos a la situación”, consideró, antes de afirmar: “Acá no estamos discutiendo un día de ventas, estamos discutiendo un modelo de país”.

La movilización de Mercantiles se unió en peatonal Córdoba a los gremios nucleados en la CTA Autónoma de Rosario y movimientos como el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), el Partido Obrero (PO) y el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), entre otros.

Mercantiles y fuerzas de izquierda marchatron por el centro

Desde esa concentración frente a la Bolsa de Comercio de Rosario, algunos gremios partieron en caravana hacia la planta de Dreyfus, en General Lagos, para participar de una asamblea intersindical, encabezada por el gremio de aceiteros. En tanto, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) instaló ollas populares en distintos puntos de la ciudad para “visibilizar la Rosario del hambre” que tuvo como punto de concentración central la Avenida Presidente Perón a la altura de la Circunvalación. Desde la organización lo definieron como “una jornada histórica de lucha contra las políticas de ajuste y entrega del gobierno de Milei”. 

“Es un parazo histórico, nos ha unido Milei porque viene por todo”, sostuvo Eduardo Delmonte (CCC) ante la prensa y planteó que el gobierno se encamina contra los “derechos de los trabajadores”. “Viene la entrega de la Nación y la subordinación al imperialismo norteamericano”, lanzó.

Por su parte, la Intersindical Rosario, conformada por el Movimiento Sindical Rosarino (MSR) y el Movimiento Obrero Rosarino (MOR) –ambos integrantes de la Confederación General del Trabajo (CGT)– sumado a los gremios que forman parte de la CTA de los Trabajadores, implementaron la modalidad que se bajó desde la CGT a nivel nacional: paro sin movilización. En ese marco, concentraron cerca del mediodía frente al Correo, en la zona de la Plaza 25 de Mayo, donde realizaron una conferencia de prensa en conjunto, donde coincidieron el acatamiento al paro en la ciudad fue contundente.

“Solamente algunos comercios que son atendidos por sus dueños han estado abiertos, pero en términos generales el acatamiento ha sido muy alto. Los gremios más importantes han tenido un cese total de actividades y creemos que la respuesta al paro por parte de los trabajadores y la ciudadanía en general ha sido muy buena”, manifestó Juncos en diálogo con este medio. “Este paro canaliza el rechazo a las políticas de ajuste del gobierno nacional y del gobierno provincial”, añadió.

El secretario gremial de Amsafé consideró que la situación que vive el conjunto de los trabajadores es “muy delicada” y resaltó la cantidad de despidos que está generando la recesión: “Sabemos que hay una parte importante de despidos en el ámbito estatal, con el cierre de un montón de organismos del Estado. Pero también empieza a haber un nivel muy alto de desocupación en el sector privado. Hay muchas empresas que ya empezaron a suspender personal, a recortar turnos, y a despedir o no renovar contratos. Las políticas de ajuste empiezan a tener un impacto muy alto en términos de ocupación”.

Asimismo, el dirigente gremial se refirió al conflicto que mantienen los sindicatos docentes con el gobierno provincial, en reclamo por una recomposición salarial que le gane a la inflación. “Venimos peleándole a la devaluación y el deterioro del salario de los docentes de la provincia y enfrentamos el intento del gobierno provincial de ajustar y reformar el sistema previsional santafesino. Eso también es un motivo por el cual los docentes, y todos los empleados estatales de la provincia, adherimos fuertemente al paro”, explicó.

Desde el sindicato de Trabajadores municipales,  el subsecretario gremial, Juan Manuel Basso habló de los motivos de la medida de fuerza de ayer: “Ahora nos motiva el rechazo a la ley Bases y la reforma laboral que no tiene un solo inciso a favor del trabajador. Eso es volver 100 años atrás en muchas cosas”, dijo.

El titular del sindicato de Luz y Fuerza, Alberto Botto, aseguró que "el acatamiento fue alto, es cierto que hubo algunos comercios que estuvieron abiertos, a lo mejor por sus dueños, pero había bastante menos actividad, había poca gente". Y aseguró que no sólo fue un paro de trabajadores. "Un industrial amigo me hacía notar que él mismo decidió cerrar su fábrica porque no está de acuerdo con las políticas que lleva adelante el gobierno nacional, él tiene una pyme y está muy preocupado por la situación". El sindicalista subrayó que "el modelo del gobierno ha fracasado muchas veces en la Argentina. Sistemáticamente vuelven con recetas que ya han fracasado, aunque Milei diga que son lo nuevo. Siempre ajustan a los mismos, no se meten con los poderosos. Siempre es más fácil atacar y estigmatizar al pueblo". Y recordó que muchos trabajadores no pudieron parar, simplemente, porque ya no tienen empleo. "La desocupación sigue creciendo día a día. Este modelo se basa en generar desocupación alta", concluyó. 

También paró la docencia universitaria. “Los trabajadores venimos perdiendo adquisitivo, con mayor rapidez desde diciembre. Y los aumentos que nos dan no alcanzan el ritmo de la inflación”, dijo Beatriz Introcaso, de Coad, en Radio Sí. 

Desde el sector industrial, los metalúrgicos trazaron un panorama desesperante, tal como contó Página/12 esta misma semana. “La actividad se ha desplomado abruptamente en este cuatrimestre, acompañado de una pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. El escenario es muy complicado: no hay actividad y los trabajadores se han empobrecido”, expresó Pablo Cerra, abogado de la UOM.

“Un deja vu del 2001”

La otra actividad fuerte en la ciudad transcurrió frente a la histórica sede de la CGT en calle Córdoba 2061. Un grupo de gremios cortaron la cuadra frente a la zona de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y concentraron en el lugar. Allí hablaron con la prensa, resaltaron el alto grado de acatamiento a la medida de fuerza y llamaron la atención sobre el rumbo económico del gobierno. “Este gobierno es un deja vu del 2001”, dijo Barrionuevo en diálogo con Rosario/12. “Tenemos un gobierno que lo único que sabe hacer es avasallar los derechos de los trabajadores”, añadió.

El titular del Sindicato de Obras Sanitarias señaló que no se vislumbra un plan para fortalecer el empleo en la Argentina, en medio de una “ola de despidos” que está impactando en distintos sectores. Y apuntó contra las declaraciones de algunos funcionarios del gobierno que intentaron minimizar la medida de fuerza: “Es una metodología mediocre por parte de cualquier político minimizar un paro de esta magnitud. Se tienen que dar cuenta que la medida fue contundente y que todos los trabajadores le están diciendo que no a este modelo de gobierno que ataca a quienes laburan y sostienen el país”.

Por su parte, Sixto Irrazabal, referente de la delegación rosarina de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), consideró que el paro fue “muy importante” y evaluó que el gobierno “llegó a un límite” con las medidas que fue adoptando. “Hay intransigencia por parte del gobierno. Nosotros queremos dialogar, pero no tenemos con quien. Queremos ser parte de un nuevo cambio de nuestro país, donde haya trabajo. Y lo que vemos es que cada vez hay más compañeros en la calle y eso no es una buena señal para nadie”, manifestó a Rosario/12.

 

En ese sentido recordó que la construcción es de los rubros más golpeados por la crisis, con unos 100 mil despidos contabilizados a marzo, casi un 30% de los trabajadores que forman parte del sector. “Se paralizó todo lo que es obra pública y eso daña no solo las obras por hacer, sino lo que ya está hecho, porque se deja de hacer mantenimiento, se deja de seguir produciendo y esto se rompe cada vez más”, expresó y agregó: “Nosotros hicimos dos paros generales porque ellos paralizaron el país. Seguimos en lucha y buscamos dialogar para poder ayudar. Queremos que nuestro pueblo trabaje, nuestros hijos estudien y que seamos felices”.