Un pueblo ubicado en la provincia de Buenos Aires es uno de los ocho elegidos del país para competir por ser uno de los mejores del mundo. Se trata de Saldungaray, un pueblo de poco más de dos mil habitantes, ubicada en el partido de Tornquist. Compite dentro de la convocatoria 2024 de ONU Turismo llamada "Best Tourism Villages" (mejores pueblos turísticos), donde se reconoce a aquellos espacios turísticos que se encuentran en entornos rurales.
Fue la Subsecretaría de Turismo de la Nación quien se hizo cargo de la elección de los pueblos que se encuentran en competencia. La iniciativa busca los mejores paisajes o destinos turísticos reconocidos y, además, distinguir a aquellos que transmitan sus valores locales auténticos a través del turismo.
El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, expresó en un comunicado oficial: "Las candidaturas de estos pueblos argentinos son parte de un trabajo integral que venimos haciendo desde la Secretaría junto a las provincias y el sector privado para impulsar la actividad turística en todo el país, porque consideramos que el turismo es clave en la recuperación de la economía nacional".
Los pueblos que representan a Argentina en la competencia además de Saldungaray son Copahue (Neuquén), Barrancas (Jujuy), Campo Ramón (Misiones), Villa Tulumba (Córdoba), Los Chacayes (Mendoza), Urdinarrain (Entre Ríos) y Gaiman (Chubut).
A solo 9 kilómetros de Sierra de la Ventana, Saldungaray es un pueblo pequeño y pintoresco que significa para muchos lugareños una gran oportunidad para conocer paisajes hermosos, tradiciones y costumbres campestres.
Es parte de una comarca turística consolidada en el sudoeste provincial, y su principal atractivo está vinculado al entorno natural del sistema serrano de Ventania, a 100 kilómetros de Bahía Blanca, en el valle del Río Sauce Grande.
Su nombre proviene del fundador del pueblo, Don Pedro Saldungaray, quien compró los terrenos sobre los que se emplaza el Fortín Pavón, lugar de importancia durante la Campaña del Desierto. Con el paso de los años, el arquitecto Francisco Salamone realizó obras emblemáticas sumándose a los atractivos históricos del pueblo: destacándose su cementerio y matadero municipal. Hoy, consisten uno de sus atractivos turísticos principales.
Pero recientemente la actividad productiva del pueblo también atrae turistas. Se trata del etnoturismo, actividad que cada vez crece más en la localidad. La zona se caracteriza por los vientos oceánicos y continentales que favorecen el desarrollo de las cepas malbec, pinot noir, cabernet franc, tempranillo, cabernet sauvignon, tannat, merlot, sauvignon blanc y chardonnay, por lo que sus bodegas y viñedos son un gran atractivo para conocer.