Junto al escudo, la bandera y el himno, la escarapela es uno de los símbolos patrios creados para representar el espíritu nacional. Por ello, se creó un día especial para celebrarla: 18 de mayo.
Los argentinos y argentinas usamos la escarapela en las fechas vinculadas a su creación —el 18 de febrero—, durante toda la Semana de Mayo —desde el 18 al 25— y en días festivos nacionales, como el Día de la Bandera (20 de junio) y el Día de la Independencia (9 de julio).
Cuándo y para qué se creó la escarapela
El origen de la escarapela y la elección de sus colores, celeste y blanco, tiene múltiples versiones. Lo cierto es que el único dato que consta en la documentación histórica es la solicitud que el General Manuel Belgrano hizo al Triunvirato el 13 de febrero de 1812 para que se estableciera el uso de una escarapela nacional.
El objetivo era uniformar al Ejército Revolucionario y, al mismo tiempo, diferenciarlo de los enemigos.
El 18 de febrero de 1812, el Triunvirato decretó el reconocimiento y uso del emblema con los colores blanco y azul celeste como insignia patria. De esta manera, quedó abolida la antigua escarapela roja.
Día de la Escarapela: por qué se celebra el 18 de mayo
Pese a que en sus inicios se creó con fines militares, su uso se extendió a la población civil y se popularizó.
Así, fue que en 1935 el Consejo Nacional de Educación dispuso que cada 18 de mayo se conmemore el Día de la Escarapela Nacional. En 1951 la fecha fue incluida en el calendario escolar.
De qué lado se usa la escarapela
El símbolo patrio se luce en el pecho, del lado del corazón, en sus múltiples formas: puede ser un lazo, una cucarda, una cinta o incluso -los más modernos- un prendedor con forma de la bandera o del mapa de la Argentina. Eso sí, más allá de su formato y su material, siempre mantiene los colores celeste y blanco.