En abril, la inflación de los trabajadores fue 9,2 por ciento mensual, con lo cual se desaceleró en 1,2 puntos porcentuales respecto de los niveles de marzo. La medición realizada por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet) refleja el impacto de la estabilidad del tipo de cambio, los menores costos financieros para las empresas y la caída del consumo. Algunos son poco virtuosos y otros menos sostenibles.

La inflación interanual llegó a 307,8 por ciento y la suba acumulada en el primer cuatrimestre del año fue de 71,2 por ciento, según esta casa de estudios. Los precios de servicios como gas, agua y telecomunicaciones impulsaron la dinámica general.

La estabilidad cambiaria que logró el Gobierno es puesta en duda por varios analistas, ya que no se sostiene si se elimina el cepo, que fue una promesa de campaña de Milei. Y algunos hablan también de la presión que estaría enfrentando el oficialismo de parte de los exportadores de soja para liquidar con esta paridad.

La Umet ponderó el efecto de una menor tasa de interés real sobre los costos de las empresas y la caída del consumo, que desalienta futuras remarcaciones. De este modo, el Gobierno de Javier Milei puede mostrar que la inflación se desacelera, partiendo del cimbronazo de diciembre. En cuatro meses, los precios subieron 71,2 por ciento interanual y versus igual período del año anterior se cuadruplicaron.

Rubros

Los aumentos de abril estuvieron liderados por las tarifas de gas y agua, que exhibieron importantes subas en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Así, la categoría Vivienda presentó un aumento del 21 por ciento en el mes. Le siguieron las tarifas del servicio de telefonía, internet y televisión por cable, que traccionaron al grupo de Comunicación un 9,7 por ciento mensual, según la Umet.

Levemente por debajo de la inflación general se ubicaron las demás categorías relevadas por esta casa de estudios, por ejemplo Salud (8,7 por ciento) y Recreación y cultura (8,5 por ciento). Los precios del Equipamiento y mantenimiento del hogar se incrementaron 7,5 por ciento y los vinculados con el Transporte (entre los que se encuentran el costo del combustible y el pasaje del transporte público) subieron 6,7 por ciento.

Educación

Debido a que abril fue un mes atravesado por el conflicto entre el Gobierno y las universidades, en la segunda mitad del informe de la Umet se analiza el vínculo entre educación y condiciones laborales de la población en Argentina. Ese estudio muestra que las condiciones laborales y de ingresos de las personas con estudios secundarios y/o terciarios completos mejoran ampliamente su posición relativa frente a quienes tienen menor educación, de modo que esta se constituye como un activo para la vida en sociedad y es en cierta forma garante de un trasvasamiento social.

Los datos procesados por Umet muestran que quienes tienen estudios terciarios completos cobran un 50 por ciento más que el promedio de la economía. Y si esos ingresos se comparan con los segmentos educativos más bajos –-es decir quienes no completaron el primario-- el monto de ingresos casi se triplica, y contra quienes terminaron únicamente el primario se duplican.

Las mejores condiciones laborales de quienes más estudiaron también se plasman con claridad cuando se observa la tasa de informalidad de los asalariados por nivel educativo: la informalidad laboral es de apenas el 14 por ciento en este grupo, mientras asciende al 67 por ciento entre quienes no terminaron la primaria.

Existe, además, una fuerte correlación entre el nivel educativo de las personas y la calificación del puesto laboral que ocupan. El 64 por ciento de los ocupados con estudios terciarios completos se emplean en puestos de alta calificación –profesionales o técnicos-, cifra que baja al 4 por ciento entre quienes no terminaron la secundaria, de acuerdo a las estadísticas de la EPH. Pero la Umet advierte que un 36 por ciento de quienes terminaron altos estudios no consiguen un trabajo acorde a su calificación.