"En el siglo XXI, la fake news es el formato que encontró la derecha internacional para enfrentar y demonizar al campo nacional y popular", resaltó el periodista y escritor Gustavo Campana en el stand del Grupo Octubre en el marco de la Feria del Libro 2024. Bajo el título Medios de comunicación y fake news, Campana y Cynthia García, conductores de AM 750, reflexionaron sobre la relación entre los nuevos formatos de comunicación y el poder económico internacional. Y cómo eso incide en la realidad cotidiana y en los procesos políticos y sociales. “Nos convoca este tiempo de vértigo comunicacional. Es un vértigo de algoritmos en donde las redes sociales parecen ser las nuevas ágoras, las plazas públicas, el lugar donde se discute la realidad", enmarcó García.
Según la periodista, es “imposible frenar la velocidad de la información” que circula por las redes sociales, como TikTok o Instagram. “Lo que podemos hacer, en todo caso, es intentar intervenir en el caos planificado que pretenden generar estas redes”, sostuvo. “Hay una generación de jóvenes que crecieron al calor de la tensión dispersa que generan las redes sociales y las nuevas tecnologías. Si no vamos a poder detener estas tecnologías, hay que pensar cómo conquistarlas. Porque el fluir de la extrema derecha se mueve muy cómodamente en esas plazas públicas y ahí es cuando entra en juego la fake news y la mentira.”
“Lo que generan es un caos planificado y una híper realidad aumentada. La lógica perversa de las fake news contiene retazos de verdad descontextualizada sin historizar. Y eso no permite analizar y de a poco vamos perdiendo el criterio”, analizó García. "Todos somos sobrevivientes de la primera fake news de la Argentina: la historia mitrista. Y eso trajo implicado la despolitización de los próceres y los procesos históricos”, aportó Campana al comienzo de la charla en el Pabellón Azul de la Feria, frente a un auditorio lleno de curiosos y oyentes de la radio.
García, quien también es docente, contó que sus alumnos y alumnas de la carrera Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata realizaron el año pasado una encuesta a estudiantes secundarios de 16 y 17 años que votaron a Milei. "Queríamos saber cómo les llegaba a ellos la información. Habrán encuestado a 200 adolescentes y todos los algoritmos de votantes de Milei los llevaban a la concentración mediática. Ninguno de esos votantes de Milei había tenido la oportunidad de cotejar esa información con otras fuentes", analizó. “Entonces, el problema no son las redes sociales, sino los medios de comunicación concentrados, que son grupos políticos sin control democrático. El problema no son en sí las herramientas, el problema es la política planificada de caos dentro de esas herramientas”.
En este contexto, Campana sostuvo que el ciudadano perdió la práctica de chequear la información y cotejar con fuentes fidedignas. "Es necesario bajar la intensidad y la locura de la mentira que circula en una realidad ficcional", introdujo. "Nosotros somos herederos de lo que decía Rodolfo Walsh: 'La verdad se milita, la verdad de la moral'. Hemos crecido con dos conceptos periodísticos que le han hecho mucho mal a nuestro oficio. El primero es el de las ‘dos campanas'. Y eso es un absurdo. Eso se hizo carne de la mano de otra palabra: objetividad. No existe, porque somos sujetos, no objetos. Lo que tenemos es honestidad intelectual. Porque la verdad es un dato inalterable y giramos alrededor de eso con nuestra opinión".
¿Cómo se hace frente a esta situación comunicacional? ¿Cómo se enfrenta a la tiranía del algoritmo monopolizado por los medios de comunicación concentrados? “Sin comunidad organizada no podemos responder a ese caos planificado”, resaltó García. “Este momento de miseria planificada que vivimos los argentinos y las argentinas va de la mano de un caos comunicacional planificado. La intención de una fake news no es solo diseminar una falsa noticia o transmitir la mentira. Es mucho peor: es generar el desaliento colectivo y convertirnos en zombies”.
“La batalla cultural que están dando (la derecha y los libertarios) es comunicacional, porque a todo paradigma económico le corresponde un paradigma político y mediático”, enfatizó García. “El menemismo para poder avanzar con las privatizaciones primero tuvo que privatizar los canales de comunicación. Hoy también para poder aprobar la ley bases y despedir gente tuvieron que cerrar y desfinanciar los medios públicos como Telam. Instalaron que los medios públicos no importan y que sus trabajadores son ñoquis”.
¿Entonces, cómo comunicamos de manera contrahegemónica este caos planificado? “Como dice Lula Da Silva: hay que hablar todos los días de la paz. Nosotros como comunicadores tenemos la responsabilidad de generar ganas de vivir, pensar la paz y que un mundo mejor es posible. No estamos solos, estamos en comunidad organizada y vamos a lograr que el pueblo se emancipe y consiga las condiciones de vida que se merece”.