Luciano Ruggieri es uno de los más destacados bateristas del jazz argentino. Convocado reiteradamente por algunos de los nombres más importantes de esa escena --en una lista que incluye a Walter Malosetti, Rodrigo Domínguez, Ernesto Jodos, Pepi Taveira, Adrián Iaies, John Stowell, al belga Jean Francoise Prins o al español Javier Moreno Sánchez, entre tantos otros--, Ruggieri construyó además un camino personal que acaba de traducirse en Salmo, el bellísimo disco editado por BlueArt Records y donde vuelca toda su delicadeza y expresividad. Una obra diversa, que logra homogeneidad a partir del tratamiento logrado por el quinteto que completan Lucas Polichiso (órgano, teclado y acordeón), Franco Di Renzo (contrabajo), Sebastián López y Federico Riva (guitarras), que le dan vuelo a obras como "Stand by me" de Charles Tindley, "Why me Lord" de Kris Kirstoferson, "Sene ke law fo" del africano Madou Kone o tradicionales como "Amazin grace", "We shall overcome" y "Salmo".

Esas obras, junto a las que completan Salmo y algunas novedades del repertorio de Ruggieri, formarán parte de la presentación oficial del disco, anunciada para esta noche a las 21 en la Terraza de la Cúpula de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085). Y será un concierto atravesado, claro, por el jazz, según distingue el baterista en diálogo con Rosario/12: "Por más que los temas son muy diversos tienen la sonoridad en común que, como suelo decir, es desde el jazz. El sonido, la instrumentación y la ejecución son desde el jazz, que es donde nos movemos".

- Salmo no se propone como un disco pensado para demostrar virtuosismo. Suele ocurrir que en ocasiones la exaltación del talento pone a la música en segundo plano...

- Tal cual, es cierto. En mi caso, lo que intento es que la música prevalezca sobre los individuos. Que el grupo esté al servicio de la música y que esa música pueda llegar al oyente sin tantas trabas intelectuales. No por eso que sea una música comercial, o caer en cosas en las que uno no cree. Siendo sincero conmigo mismo, tratar de hacer la música que siento, hacerla de la mejor manera posible, y teniendo en cuenta que alguien la va a estar escuchando. No hago un disco para que digan lo bien que toco, para que vean mi destreza, no es una cuestión egocentrista sino algo que hago por la música y para brindarlo a quien quiera acercarse.

- En la selección de los temas, instrumentales, aparece un concepto que está vinculado también con el título del disco, que resulta muy espiritual, o incluso religioso. ¿La selección estuvo relacionada con ese concepto?

- Sí. No intenta ser una cuestión puramente religiosa, sino como bien vos decías, más bien espiritual. Trasciende los distintos sectarismos religiosos. Para mí Dios está en todos y va más allá de las religiones. Después cada uno le va poniendo sus dogmas, sus creencias. La música gospel, que abarca la mayor parte del repertorio del disco, es música devocional, de gratitud o alabanza (que es lo que significa también "salmo") y para mí mueve una energía positiva. Para mí la música es algo espiritual, tiene un gran poder, genera diferentes sensaciones según como esté hecha y planteada. Mi idea es generar algo positivo y que haga sentir un poquito mejor al que lo está escuchando. Con eso me alcanza.