La compra familiar promedio de supermercado que se hacía en diciembre, cinco meses después cuesta casi un 50 por ciento más. Ahora, si la comparación es con doce meses atrás, el precio de la misma canasta de mercaderías aumentó más de 400 por ciento. El piso de indigencia en la provincia de Santa Fe llegó a 416 mil pesos en el caso de una familia tipo.
Estas cifras son el trazo grueso del informe habitual que elabora el Centro de Estudios Económicos Scalabrini Ortiz para luego conformar el Índice de Precios Supermercados en base a 9 mil precios de productos online relevados en Rosario.
El trabajo se divulgó ayer, en vísperas del índice de inflación nacional que hoy revelará el Indec, y con la expectativa del oficialismo de que haya bajado a un dígito en abril. Por lo pronto, el sondeo local confirmó esa tendencia y marcó que el mes pasado esta rama del Índice de Precios la Consumidor –el supermercado– se movió 4,48%. La cifra, en contexto, parece un logro económico; pero al empardarlo con la acumulación en el primer cuatrimestre del año resulta que estos precios subieron 48,25%. Casi ningún gremio consiguió una paritaria que empate ese ritmo inflacionario.
La variación interanual del IPS en Santa Fe en abril marcó una diferencia de 407,17% promedio. Y de un mes para otro, una familia rosarina necesitó 19.800 pesos más que en marzo para comprar la misma cantidad de alimentos.
De esa medición se desprende que una persona adulta en Rosario necesita hoy casi 135.000 pesos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas; y que una familia promedio necesita por lo menos $416.434 para no caer en la indigencia.
Para la economista del Ceso Celina Calore, la evolución del Índice Supermercado no es el único factor apremiante en la coyuntura. Alertó sobre el desempleo, factor que vuelve a tallar en el panorama de la región. "La apertura importadora en línea blanca ya está pegando fuerte en el nivel de empleo en el cordón industrial de Rosario", dijo. Y como en un juego de pinzas, otros sectores tienen sus propias pesadillas, como las tarifas de servicios que hacen mella en el comercio y lo hace incurrir en morosidad. "Son anclas que usa el gobierno para desacelerar la inflación, pero todas tienen un límite", advirtió.