En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, se hizo eco del mensaje de alerta del Consejo Argentino de Cardiólogos Intervencionistas, quienes aseguraron que peligra en el país el servicio que permite colocar stent. “Es una metáfora más de la falta de corazón de quienes, en lugar de enviar alimentos a los comedores, los allanan a las cinco de la mañana para ver qué es de sus vidas”, dijo en la 750.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Debo empezar diciendo gracias de corazón a los amigos de ACAF, la Asamblea de Ciudadanos Argentinos en Francia, y a todos los amigos que fueron a la presentación del libro "La casta de la crueldad" anoche en L'Eternel Solidaire.

Gracias al científico José Eduardo Wesfreid, de la Academia Nacional de Ciencias, a Sophie Thonon, al arquitecto Leo Criscillio y a las decenas de personas que llenaron la preciosa sala. Inolvidable para mí. Tocaron mi corazón.

Digo corazón y ahí me detengo. El Consejo Argentino de Cardiólogos Intervencionistas advirtió que peligra el servicio que permite colocar stents o efectuar angioplastias, asegurando que toda la actividad puede verse paralizada.

Hay que recordar: el stent lo inventó el médico argentino Julio Palmaz en 1988. Es la malla metálica que permite mantener abiertas las arterias coronarias después de destaparlas.

El uso es reconocido y utilizado en el mundo entero. Millones de veces. Cuando en Argentina puede suceder que no se pueda practicar por los costos de los insumos y los bajos salarios de los profesionales que no pueden más.

La Casta de la Crueldad, la que abandona todo lo que sea un costo porque hay que pagarle al Fondo, aún si se muera la gente. Es una metáfora más de la falta de corazón de quienes, en lugar de enviar alimentos a los comedores, los allanan a las cinco de la mañana para ver qué es de sus vidas.

Por eso va eso de un tanto, "araca, corazón", no le hagas caso. O de un bolero, "tu corazón es el infierno donde yo perdí mi vida y mi ilusión".

Tango o bolero, es lo que nos queda cuando uno ve lo que está sucediendo en la vida de los cardiólogos en Argentina. Cantar y rezar con un Gobierno que tiene las arterias y los oídos muy tapados.