Con la inauguración del busto de Carlos Saúl Menem en la casa Rosada, se formalizó una redistribución en el hall de entrada en la sede del Poder Ejecutivo Nacional. La imagen del dos veces presidente está rodeada por bustos de mandatarios del siglo XIX en un lugar preferencial, mientras que fueron relegados los de Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner.
En un claro mensaje sobre el sistema de valores que defiende, Javier Milei ponderó a Menem como el mejor presidente argentino de la historia. El busto se emplazó a exactos 35 años de su primer triunfo electoral, que abrió la era de la Argentina del uno a uno, de la corrupción a granel, de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, del tráfico de armas, de la voladura de Río Tercero, de la sumisión total al Consenso de Washington.
El busto de Menem fue colocado junto al de Bartolomé Mitre, presidente entre 1862 y 1868, y quien embarcó a la Argentina en la Guerra de la Triple Alianza, que devastó a Paraguay, además de perseguir a los caudillos del interior. Padre de la historiografía argentina, Mitre se encargó de quedar bien parado en el relato oficial que él fundo. "Vaya que sí tiene relación poner al que inició con fuerza ese proceso y a alguien que trató de sacar de la barbarie por la que vivió durante gran parte del Siglo XX la Argentina y ponerla de pie nuevamente, como fue Carlos Menem”, dijo Milei en relación a la supuesta simetría entre Mitre y Menem.
Milei ponderó al sucesor de Mitre, Domingo Faustino Sarmiento: “Tenía el coraje que tenía que tener para hacer las cosas que hizo y ser uno de los grandes presidentes de la historia argentina, ser un precursor en la idea del capital humano como factor de crecimiento y que dicho sea de paso, también le decían el loco”. Conviene precisar, pese a la comparación, que Sarmiento fundó la literatura argentina con Facundo, no tuvo denuncias de plagios ni publicó libros con datos biográficos falsos en cuanto a sus estudios.
Otro busto de presidente elogiado por Milei que quedó cerca del de Menem es el de Carlos Pellegrini. “Cuando Pellegrini asumió hizo lo que tenía que hacer, sin importar las consecuencias políticas de ello, hizo lo que tenía que hacer. Cuando Pellegrini termina esos dos años, donde pone en caja la economía argentina, deja las bases para que se reinicie el proceso de crecimiento”, afirmó el presidente de extrema derecha.
Pellegrini asumió como vicepresidente de Miguel Juárez Celman en 1886 y debió completar su mandato entre 1890 y 892, tras la renuncia del mandatario por la Revolución del Parque. La asonada, de la que nacería la Unión Cívica Radical, se produjo en un momento de grave crisis financiera, producto de la ley de bancos garantidos, y con denuncias de corrupción. Pellegrini creó el Banco Nación, al que Milei quisiera privatizar.
Siguió Milei sobre Pellegrini: “La historia lo recuerda como el piloto de tormentas. No en vano, cuando se lanza la Convertibilidad, el 1º de abril de 1991, el billete que elige el doctor Domingo Felipe Cavallo para ese billete era, justamente Carlos Pellegrini, el piloto de tormentas. Y la publicidad decía: ‘Argentina vuelve a tener peso’, y vaya que lo logró”.
En otro lugar destacado quedó quien quizás haya sido la figura principal de la Generación del 80: Julio Argentino Roca. “Roca, si no fuera por ‘el Carlos’, hubiera sido el mejor presidente de la historia", llegó a decir Milei. Citando "un trabajo maravilloso que se llama Passing the buck de Gerardo Della Paolera, Bozzoli e Irigoin", Milei estimó que "el primer gobierno de Menem es el mejor gobierno de la historia argentina, mientras que el segundo gobierno de Menem, tan criticado, ocupa el tercer lugar, o sea que está malo no fue como dicen”.
Con Roca (presidente entre 1880 y 1886 y entre 1898 y 1904) se logró la federalización de Buenos Aires, la Ley 1420 de Educación Común, el fin de los conflictos limítrofes con Chile y se produjo la gran oleada inmigratoria, que derivó en el Informe Bialet Massé sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora. Pero también llevó adelante de la matanza masiva de pueblos originarios en la Conquista del Desierto y reprimió con la Ley de Residencia.
Un busto más rodea a Menem: Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928), que no mereció comentarios del actual jefe de Estado.