Hernán “Lichi” Romero, catalogado como jefe de una banda narco de zona norte, y su hermano Luciano comenzaron a ser juzgados ayer autores de un secuestro mafioso seguido de tentativa de homicidio cometido en abril de 2020 a un hombre ligado a Los Monos. La primera jornada del debate generó graves reclamos debido a que como los acusados están catalogados como presos de alto perfil presenciaron el debate por videoconferencia y por problemas técnicos no escucharon los alegatos de apertura como tampoco la exposición de los testigos. Por ello, los abogados Franco Galazzo y Marcos Cella, en representación de Lichi Romero, hicieron una reserva constitucional y adelantaron que pedirán la nulidad. El Tribunal, integrado por las magistradas Silvia Castelli, Valeria Pedrana y el juez Nicolás Vico Gimena, hizo lugar a la presentación y deberán resolver la solicitud de las defensas para que este miércoles los acusados estén presentes junto a sus abogados en el Centro de Justicia Penal.

“Lo que pasó en esta primera jornada de juicio oral está quebrantando el derecho constitucional a la defensa por una deficiencia del sistema y por las decisiones dictatoriales que está tomando el gobernador y el ministro de Seguridad que interfieren en el derecho que posee cualquier persona”, señaló Galazzo.

 

El fiscal del caso es Patricio Saldutti y explicó en su alegato de apertura que el martes que el 4 de abril de 2020 Lichi Romero fue quien siguió todo el secuestro por una videollamada de Whatsapp desde su lugar de detención en la Unidad Penitenciaria 6, de avenida Francia al 4800.

 

En tanto para la hipótesis fiscal, los autores materiales fueron cuatro: su hermano Luciano, Gastón Núñez (ya condenado a 19 años y medio en 2022) junto a dos menores de edad que están a cargo del Juzgado de Menores.

Así, el cuarteto estaba dentro de un Peugeot 206 esperando la salida de la víctima, identificada como José “Joselito” C., de su casa en Polledo al 3800, en Zona Cero. Apenas se asomó a la vereda para ir a tirar la basura, los secuestradores lo inmovilizaron con un tiro en la pierna izquierda y lo metieron a la fuerza en el auto.

Lo llevaron hasta una tapera de Matheu al 3400, casi esquina Luzarriaga de zona norte. Lo retuvieron y le exigieron el título de su casa, de su auto y una suma de dinero. Lo golpearon con los puños y en la cabeza con la culata de las armas, siguió el fiscal.

Fueron unas dos horas de tormentos, tiempo en que los agresores mantuvieron distintas comunicaciones que para la Fiscalía, fueron con Lichi Romero. Joselito aguantó hasta que lo volvieron a cargar en el 206.

En tanto, Gastón Núñez se subió a una Ford F 100 y condujo hasta una estación de servicios en avenida Circunvalación y Baigorria, donde cargó un bidón con nafta y se dirigió hacia la ruta 34, donde se unió al otro coche.