Es difícil discutir que uno de los rasgos característicos del conurbano bonaerense es su imprevisibilidad. Quien lo conoce sabe que se trata de un territorio ideal para que lo aleatorio de la vida se desarrolle a sus anchas. Personajes de dibujos animados visten camisetas del club de barrio, castillos de arquitectura inglesa quedan sin revocar, las construcciones mezclan estilos y encuentran sus propios caminos. Pero sobre todo, es un territorio donde lo que ya existe se resignifica. Donde las réplicas no son, solamente copias, sino que podrían responder al término "shanzai", neologismo chino que el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han utiliza para definir aquello que es una réplica fake, pero cuya "riqueza imaginativa es en muchas ocasiones superior a la del original”. 

Por eso, quizás Ituzaingó fue el lugar ideal para que florezca Rubén Díaz, que casi no utiliza para definirse el término "artista" sino "fantasiólogo". Como un verdadero hacedor, no es tan conocido por su nombre como por sus obras: probablemente alguien que patee el conurbano haya visto alguna de las más de 20 réplicas de emblemáticos monumentos y edificaciones, como el Arco del Triunfo, la Torre de Pisa, el Obelisco, o el Coliseo Romano, entre otros. Desde su taller en el oeste, Díaz construye obras que encuentran su delirio no por sus formas, sino por su contexto de exposición. 

Este jueves, el fantasiólogo de 70 años inaugurará una nueva obra, que lleva por título "¿Cuál es la torre al revés?", un conjunto de dos Torres Eiffel. Una de ellas, réplica de otra, también de su autoría, que se encuentra en Santa Rosa (Ituzaingó), "único original del mundo junto con la de París". La otra parte de la obra, otra torre, invertida, suspendida en el aire dos metros "para que la gente pueda tenerlo con el dedo en el aire, y demostrar que no hay derecho ni revés", afirma Díaz. Según el artista, la inversión de la torre no es aleatoria sino que tiene su simbolismo. "Desde el Cono Sur siempre estamos mirando hacia el norte o Europa, todos los monumentos los miramos desde abajo", afirma. El artista propone con este gesto dar vuelta la torre acomodándola a nuestro punto de vista. 

El fantasiólogo craneando su nueva creación.

Al preguntarle por los materiales con los que están construidas las torres, Díaz responde con soltura que se trata de "varias toneladas de amor cimentadas sobre sólidos sueños e inspirada en la emoción, la pasión y la magia". "Esta obra nace de una sana locura democrática y constitucional donde el único límite está donde empiezan los derechos de los demás, en pos de la utopía que me llevó a preguntarme "¿Y por qué no?"", sostiene el artista, de envidiable imaginación. 

Como no podía ser de otra manera, las simpáticas rarezas continúan. A su vez, esta nueva creación será en homenaje a Héctor "Chulo" Rivoira, futbolista y uno de los históricos entrenadores del ascenso del fútbol argentino, nacido en Ituzaingó. "Decidimos poner el nombre de Chulo Rivoira a la torre invertida, ya que priorizamos las personas por sobre los talentos. Surgió de forma espontánea su nombre y pensamos que no hay mejor candidato por su trayectoria, su historia y por el amor que todo el mundo tiene por esta gran persona. También, porque nunca un enemigo y me hizo ganar cuatro campeonatos", afirma Diaz sobre la labor del técnico de Ituzaingó, fallecido en 2019.

Según el mismo Díaz, el respeto por el "Chulo" es de larga data. El artista y arquitecto jugó en las inferiores de Ituzaingó, aunque nunca de manera profesional. En la liga del oeste conoció a Rivoira. "Sin darse cuenta, el chulo era diferente, no tiene que juntar currículum, ni hacer memoria de sus logros, no son necesarios. "Chulo" trasciende al éxito y a su vez siempre lo demostró siendo uno más. Sus grandes logros deportivos son un mero dato estadístico, porque el verdadero homenaje es al "Señor Rivoira" con todas las letras", afirma. 

Al contrario del Chulo, los logros artísticos de Díaz son más que anecdóticos. Además de ser el creador de más obras que las réplicas, como la Taberna de Moe, el Monumento al Celular, el Pasaje Hollywood, la Casa Mínima, su capacidad artística lo invade: hasta intervino su propio vehículo y lo convirtió en una "casa móvil". El año pasado concretó el proyecto de dar la vuelta al mundo en 21 días, pasando y pintando en puntos como Etiopía, Oman, Bangladesh, Birmania, Malasia y Singapur. Es su segunda vuelta al mundo, por lo que ya está gestionando su inclusión en el libro Guinness de los records.

Con respecto al futuro, Diaz anhela construir (siempre en su barrio, al igual que el resto de sus obras) un Aeropuerto de Ituzaingó y Muralla China, y reemplazar el cañón de guerra que hoy tiene la plaza de Ituzaingó por su Obelisco. 

Pero por ahora, con el aval del Municipio de Ituzaingó, Díaz convoca a vecinos y visitantes del distrito a participar de la inauguración de esta nueva obra, que se realizará este jueves a las 20 horas, en Av. Int. Carlos Ratti 2400, entre Belén y Aguaribay. La entrada es libre y gratuita, y son bienvenidos todos aquellos que aún continúan apostando por encontrar la fantasía en lo mundano.