En un juicio abreviado, la María Alejandra Cataldi, del Tribunal Oral Federal N° 2 de Salta, condenó a cinco personas acusadas de integrar una organización narcocriminal que fueron detenidas el 10 de agosto de 2023 cuando transportaban 29 kilos de cocaína ocultos en el tanque de combustible de una camioneta. 

Las penas recayeron sobre Raúl Javier Brítez, Eduardo Tevés, Lorenzo Tufix Crai y Lino Andrés Hurtado, quienes fueron considerados coautores del delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes. El quinto detenido, Marcelo Ricalde, fue condenado por el mismo delito pero como partícipe secundario.

Según el acuerdo de juicio abreviado, Brítez y Tevez recibieron 6 años de prisión; Hurtado, 6 años y 4 meses; Tufix Crai, 4 años y 6 meses, y Ricaldi, 4 años y dos meses de prisión. La pena de este último abarcó el hecho de esta causa y uno anterior de encubrimiento de contrabando.

Además, tal como lo requirió el fiscal federal Marcos Romero, a cargo de la fiscalía de Tartagal, la jueza ordenó el decomiso de la camioneta Toyota Hilux que era utilizada para el tráfico, de dos automóviles -un Chevrolet Corsa y otro modelo Tracker-, y tres teléfonos celulares.

Al presentar el acuerdo de juicio abreviado, la fiscalía relató que la detención de los cinco hombres fue resultado de una investigación iniciada en febrero de 2023, abierta a partir de una información tomada de un caso similar, también registrado en Tartagal, en cuyo marco tres personas fueron condenadas por transportar 18 kilos de cocaína, también en el tanque de combustible de una camioneta. Una de estas personas está un hermano de Raúl Brítez.

El fiscal expuso que el transporte se hacía en una camioneta, con conductores que se turnaban bajo la modalidad de posta para cubrir el tramo entre Salvador Mazza (por donde entraba al país la droga) y Aguaray; seguían por caminos alternativos del gran Chaco, y por rutas provinciales de la provincia de Formosa, donde desembocaban tras eludir los controles fijos ubicados sobre la ruta nacional 34.

A raíz de intervenciones telefónicas y otras tareas de campo de la Gendarmería Nacional, el 10 de agosto se estableció que los ahora condenados habían activado una operación de tráfico. Alrededor de las 16 de ese día Tufix Crai llegó a la localidad formoseña de Ingenio Juárez en una camioneta Toyota, que fue sometida al control de rutina y en ese contexto reveló que Brítez le había entregado el rodado.

En esa requisa un perro detectó la droga en el tanque de combustible, donde se encontraron 31 paquetes de cocaína, equivalentes a 29 kilos y 895 gramos de cocaína, con una capacidad de producción de 226.661 dosis.

Según lo expuesto, para entonces la fiscalía ya conocía la dinámica de la organización y la identidad de los acusados. La fiscalía expuso que Tufix Crai y Brítez habían salido desde Tartagal en el Chevrolet Corsa, mientras que Ricalde y Tevez iban en la camioneta, ya cargada con la droga, por caminos alternativos de Santa Victoria Este, pueblo ubicado en el límite tripartito que comparten Argentina, Bolivia y Paraguay.

La fiscalía añadió que el grupo se había reunido en un parador de comidas del lado de la provincia de Formosa, a partir del que Tufix Crai pasó a conducir la camioneta, mientras Brítez, Ricalde y Tevez emprendieron el regreso a la provincia de Salta por la ruta nacional 81. Durante el viaje, fueron detenidos en un control de policial denominado Línea Barilari, a la altura del kilómetro 1685, que delimita Salta y Formosa.

Hurtado fue detenido al día siguiente, a raíz de un pedido de allanamiento requerido por la fiscalía sobre la base de evidencias que daban cuenta de su relación con los otros imputados.

En efecto, la fiscalía resaltó las intervenciones a comunicaciones telefónicas entre Hurtado y Brítez, de las cuales surgía que tenía “cierta ascendencia en el grupo y tomaba decisiones respecto de la dinámica” del transporte frustrado.

Hurtado también proveyó vehículos, uno de ellos el Chevrolet Tracker, para el traslado de la droga, y tuvo injerencia en la selección de las rutas de traslado desde su lugar de residencia, en Salvador Mazza. La fiscalía sostuvo que Hurtado era quien conseguía la droga en la zona de frontera. “Era un eslabón importante en la logística y tenía un rol en el transporte, que era de hacerse la sustancia para ingresarla y transportarla al sur. Por ello su conducta es de coautoría agravada por la cantidad de personas intervinientes, en el transporte de estupefacientes”, destacó el fiscal.

Romero mencionó otras pruebas, entre ellas las conversaciones entre los implicados, en su mayoría con lenguaje encriptado, tales como “estamos esperando los animales”, “estamos esperando los repuestos, estamos” y “tenemos que viajar Santa Victoria Este”.