“El 13 de mayo es una fecha para la reflexión crítica. Esto se debe a que es muy evidente el hecho de que el fin del trabajo esclavo no significó ciudadanía para los exesclavizados y las personas negras. En los primeros años y décadas después de 1888, esta fecha se reconocía, especialmente en la comunidad negra, como una fecha relevante, pero la realidad se impuso de manera absoluta: libertad sin dignidad, libertad con racismo”. Así lo señala la historiadora Wania Sant’Anna, consultora de Diversidad e Inclusión de Daniel Abogados.
A pesar de que el 13 de mayo esté marcado por la firma de la Ley n.º 3.353, conocida como la Ley Áurea, hecho que coloca a la Princesa Isabel como la supuesta salvadora de los negros esclavizados, la fecha no es celebrada por el movimiento negro brasileño, por diversos motivos, que incluyen el contexto histórico en el que se dio la firma de la ley.
La socióloga y profesora Najara Costa, activista y ex candidata a la Alcaldía Municipal de Taboão da Serra por el PSOL, explica que la abolición de 1888 fue inconclusa, pues no atendió a las necesidades del pueblo negro. Cuestiones como la educación, la vivienda, el trabajo y la salud no se debatieron de manera que los negros y exesclavizados pudieran acceder a ellas, según ella.
“Es importante destacar que, incluso con el 13 de mayo de 1888, no hubo políticas para que la población negra ocupará los espacios institucionales, al contrario, se consolidó en Brasil un proyecto de blanqueamiento de la nación, incluso con la llegada de inmigrantes europeos para trabajar en las industrias”, señala la socióloga.
Según la Historia, la abolición no fue una acción benévola de la princesa y del Senado, sino derivada del modelo económico basado en el trabajo esclavo, que necesitaba ser sustituido por el trabajo libre. El fin de la esclavitud en Brasil fue impulsado por diversos factores, entre ellos, una importante participación popular. Cada vez más esclavizados, negros libres y blancos se unieron a los ideales abolicionistas, sobre todo en la década de 1880.
Pre y post-abolición
Las principales tácticas que precedieron el 13 de mayo fueron reuniones en diferentes asociaciones abolicionistas, así como la realización de eventos artísticos para recaudar apoyo al movimiento negro. Según el doctor en Historia, Willian Lucindo, es necesario también destacar las rebeliones y fugas de personas esclavizadas y la actuación de los abolicionistas negros para que el camino hacia la fecha de abolición pudiera ser recorrido. Las organizaciones quilombolas, de acuerdo con el especialista, también fueron hitos de suma importancia para el decreto que puso fin a la esclavitud.
“Aún podemos mirar la legislación abolicionista, pero no como meros hitos legales del proceso. Es preciso observar las acciones y reacciones de las poblaciones negras. Lucimar Felisberto dos Santos señaló que, tras la promulgación de la conocida ‘Ley del Vientre Libre’, el 28 de septiembre de 1871, aumentó el número de casos de mujeres esclavizadas participando en fugas con sus hijos porque entendían que podían perderlos cuando cumplieran ocho años de edad”, reflexiona el doctor.
Willian Lucindo también destaca que es necesario considerar lo que sucedió a partir del 13 de mayo. Según el doctor en Historia, los días subsecuentes tuvieron verdaderas olas de conmoción bastante complejas.
“Por un lado, muchos abolicionistas negros y blancos buscaron crear instituciones orientadas a la integración de los ‘libertos’ – como acabaron denominando a todas las personas negras en esa época, en la sociedad basada en el trabajo libre – mediante escuelas, asociaciones de ayuda mutua”, explica.
“Por otro lado, algunos antiguos esclavistas pedían que el gobierno obligará a los ‘libertos’ a ocupar algún oficio, y otros pedían que se reforzará la política de inmigración. Las personas negras, en general, demostraron que entendían la libertad como igualdad con las personas blancas, era más que el derecho a trabajar a cambio de un salario”, evalúa Willian.
Él destaca además que, en general, las instituciones gubernamentales buscaron controlar a las poblaciones negras y garantizar que se mantuvieran en los puestos de trabajo del período de la esclavitud, mientras que las poblaciones negras procuraron distanciarse lo máximo posible de las situaciones y lugares que recordaban el cautiverio.
“También fue en los días subsecuentes que se fortaleció la idea de que las personas negras eran más propensas a la vagancia, al crimen y, en el caso específico de las mujeres negras, a la prostitución”, señala.
La historiadora Wania Sant’Anna complementa y afirma que es muy importante comprender el papel del Estado en la implementación de políticas a partir del 14 de mayo de 1888 y cómo esto efectivamente benefició a las personas blancas y funcionó como uno de los pilares en la efectivización de las teorías racistas contra la población negra y recién liberada.
“Los negros, hombres y mujeres, fueron descartados e inhabitados después del 13 de mayo y lo que tenemos de desigualdad étnico-racial en el Brasil de hoy tiene raíces en decisiones como estas de la política de inmigración europea. Y, en este caso, aún orientada con el objetivo de blanquear el país”, resalta.
Más allá del 13 de mayo
Históricamente, otros momentos fueron decisivos para el fortalecimiento del pueblo negro y, a diferencia del 13 de mayo – en el que hasta hoy una mujer blanca es la protagonista – hubo representatividad negra y brasileña. Para Amailton Magno Azevedo, profesor del Departamento de Historia de la PUC-SP, el movimiento negro no reconoce el 13 de mayo porque ha elegido otras fechas que mejor expresan la lucha contra el racismo y la valorización de la negritud.
“Tenemos el 20 de noviembre de 1971, fecha conquistada por el movimiento negro gaucho. El 20 de noviembre recuerda la importancia y relevancia del papel de Zumbi dos Palmares, líder del quilombo de los Palmares y asesinado por el sistema esclavista, exactamente el 20 de noviembre de 1694. Esta fecha alteró el marco histórico de la conciencia y liberación negra, hasta entonces centrado en el 13 de mayo de 1888”, evalúa el investigador.
En 1798, por ejemplo, ocurrió la Conjura Bahiana, una revuelta negra y popular. También conocida como la Revuelta de los Alfaiates o Revuelta de los Búzios, el levantamiento tomó las calles de Salvador (BA) y fue una de las mayores manifestaciones del tiempo en que el país vivía bajo una monarquía. La lucha era por una sociedad más democrática, republicana y con condiciones que permitieran la equidad racial en Brasil. La independencia de Haití, la primera república negra del mundo, y la Revolución Francesa influyeron en la organización de la revuelta.
Ya en 1835, ocurrió en Brasil la Revuelta de los Malês. Contra la esclavitud y por la libertad religiosa, negros originarios de varios países, pero en su mayoría musulmanes, protagonizaron un importante levantamiento por la libertad. La revuelta tuvo una liderazgo femenino importante para el país: Luísa Mahin, que luchó por la libertad de su pueblo hasta ser encarcelada. Su hijo, Luís Gama, siguió los pasos de su madre y es considerado uno de los mayores abolicionistas de Brasil.
“La Revuelta de los Malês, en 1835, sigue siendo un hito histórico en la lucha por la libertad, porque nos ofrece la oportunidad de entender la complejidad de la comunidad negra esclavizada, como el papel de las Hermandades Negras en la compra de las cartas de libertad”, subraya Wania Sant’Anna.
Entre 1838 y 1841 ocurrió la Balaiada, un levantamiento en el que el pueblo negro se unió a los vaqueros y campesinos en Maranhão contra las pésimas condiciones de vida que llevaban. El movimiento, también conocido como Guerra de los Bem-te-vis, tenía como objetivo combatir la pobreza y la miseria que dominaban la provincia. Fue la revuelta popular más larga y numerosa ocurrida en la región.
En el período posterior a la abolición, en 1910, ocurrió la Revuelta de la Chibata. Liderada por João Cândido, también conocido como el “Almirante Negro”, el levantamiento fue organizado por marineros negros contra los castigos físicos, los bajos salarios y las pésimas condiciones de trabajo de la época. A pesar de que la esclavitud fue abolida en 1888, prácticas esclavistas continuaban violentando a los negros, como los castigos con el látigo.
La Huelga de los Queixadas, que tuvo lugar entre 1962 y 1969, también tuvo protagonismo negro. Contra las pésimas condiciones de trabajo, el movimiento, también conocido como la Huelga de Perus, fue la primera gran huelga sindical brasileña. El levantamiento comenzó en una fábrica de cementos en el barrio de Perus, en la ciudad de São Paulo. La huelga duró siete años, en plena dictadura militar.
“Tenemos muchos actos individuales y colectivos que merecen ser recordados, reconstruidos e informados a la sociedad brasileña como parte de la historia de las personas negras, africanas y sus descendientes en Brasil”, subraya la historiadora Wania Sant’Anna.
¿Cómo resignificar el 13 de mayo?
Para Amailton Magno, es posible resignificar el 13 de mayo, considerando las nuevas investigaciones históricas sobre el tema. Explica que la historiografía destaca que la abolición no debe entenderse únicamente como un acto personal de una representante de la monarquía, sino como resultado de la participación activa de abolicionistas negros, como André Rebouças y José do Patrocínio, así como de las personas esclavizadas que organizaron sus revueltas contra el sistema esclavista.
“Aunque conservadores como José de Alencar defendieran la continuidad de la esclavitud, la agenda abolicionista y negra salió victoriosa. Desde este prisma, el 13 de mayo fue también una obra y una conquista negra”, subraya el profesor.
La profesora y socióloga Najara Costa refuerza que es imprescindible recordar el 13 de mayo como una fecha de lucha, orientada a presionar al Estado y a la política. Ella considera que observar la cuestión racial para analizar los espacios sociales es necesario, así como problematizar estos asuntos, con el fin de implementar políticas para que las instituciones asuman el compromiso contra la desigualdad.
“Por lo tanto, el 13 de mayo sirve como una fecha para recordar la violencia de la esclavitud, pero también esta violencia moderna, que permite que las desigualdades aún persistan”, concluye.
Publicado originalmente en: almapreta.com.br
*Alma Preta es una agencia de noticias y comunicación especializada en temas étnico-raciales en Brasil.