Una pulsera Swarovsky; un reloj de pulsera Galaxy Watch; una botella de Brandy Ararat añejado treinta años; y una consola Nintendo Switch. Esos son algunos de los 248 regalos que recibió Javier Milei desde que es Presidente de la Nación. La nómina se completa con algunas excentricidades, que van desde peluches y a un mazo de cartas "energético" hasta dos gorras con la Cruz Orlada, un símbolo que publicitan los seguidores de un "adivino" -notesé las comillas- argentino.

El listado al que accedió Página/12 es actualizado por la Oficina Anticorrupción bajo la normativa 1179/2016 inscripta en la Ley de Ética Pública. En general, los funcionarios públicos deben rechazar regalos, obsequios o donaciones bajo un simple ejercicio: el empleado deberá preguntarse si le harían ese regalo aunque no trabajara en la Administración Pública. Solamente pueden aceptarlos si son de cortesía o por costumbre diplomática (entregados en eventos, visitas o actos). Eso sí, de los que puede recibir, aquellos cuyo valor ascienda a cuatro módulos -algo así como 108 mil pesos-, deben quedar en el patrimonio del Estado y no del Presidente, aunque en los hechos reales no sea siempre así.

Dime qué te regalan y te diré qué presidente eres

Carlos Menem aceleraba a más de 200 kilómetros por hora con la Ferrari 348 TB que el desinteresadísimo empresario Massimo Del Lago le regaló cuando buscaba quedarse con la concesión de una autopista. Cristina Kirchner contó que uno de los regalos más impactantes que le hicieron fue cuando, siendo presidenta, el Estado ruso le obsequió la histórica carta que escribió José de San Martín a Bernardo O'Higgins. Macri solía sonreír más con las casacas de fútbol de otros países que con cualquier otro presente que distintos mandatarios le entregaban cada vez que se subía a un avión para una gira internacional.

Si los regalos hablan, justamente, más del homenajado que del que regala, y es cierta también aquella premisa de dime qué te obsequian y te diré qué presidente eres, no caben dudas que a la gestión de Milei se la asocia con una particular esfera: la religión. Es que de los 248 presentes, la mayoría hacen referencia al universo eclesiástico, en especial a lo referido al judaísmo.

Se materializan en libros, placas y hasta cuadros. Por caso, el cinco de febrero de este año, el movimiento ortodoxo Jabad Lubavitch le entregó a Milei un retrato del templo "Tzemaj Tzedek". Semanas más tarde, el Presidente hizo un viaje relámpago a Miami para recibir una condecoración de la misma agrupación, que lo nombraba como "embajador de la luz". Es apenas un detalle pero puesto en el contexto de que Milei todavía no viajó a ninguna provincia -salvo Corrientes-, pero sí tuvo dos encuentros en EE.UU. con representantes de Jabad Lubavitch en sus visitas particulares.

Entre su escala de prioridades, por su parte, Milei no quiso ahorrar tiempo en la postulación de su rabino Shimon Axel Wahnish como embajador de Argentina en Israel. Con su pliego viene la intención de mudar la sede diplomática argentina: que de Tel Aviv pase a Jerusalén, en una decisión que podría marcar a fuego la geopolítica de Argentina, ya que aviva el conflicto palestino-israelí. El Senado aceptó la postulación y el flamante diplomático decidió devolver gentilezas al Presidente, al obsequiarle una placa como recuerdo de su primer viaje a "Tierra Santa".

En total, el mandatario recibió 34 libros religiosos, un candelabro de Jánuca, una réplica de la ciudad de Jerusalén, una moneda Shequel (de la primera revolución judía) y una cadena con la estrella del David. Por fuera del judaísmo, también le llegaron un par de rosarios, estampitas de Mamá Antula -Milei viajó a Roma cuando fue la canonización de la santiagueña- y un portaretrato suyo junto al Papa Francisco. Y la embajada de Palestina le hizo llegar un libro y una cruz de Jerusalem.

Y si la religión fue la primera temática a la hora de pensar un regalo para Milei, el otro asunto predominante que eligieron quienes buscaron agasajarlo fue la economía: un total de 28 libros desembarcaron en la Quinta de Olivos, de los cuales la mayoría vino por la generosidad Jesús Huerta de Soto, el "gurú anarcocapitalista" que tanto admira Milei. Entre los títulos parece repetirse siempre las mismas keywords: libertad, libertario y mercado. Sobre la producción industrial o el empleo, poco y nada.

Nadie le regaló al Presidente ningún escrito de John Maynard Keynes. Mucho menos de Karl Marx.

Diplomacia y artículos de lujo

¿Qué le ofrendó Estados Unidos a Javier Milei? ¿Y China? El listado que publicó la Oficina Anticorrupción exhibe que, pese a todos los gestos geopolíticos y su devoción por "capitolandia", el gobierno de Biden -vía su embajador, Marc Stanley- no le hizo llegar al Presidente algún regalo o gesto diplomático. La República Popular China, en tanto, fue bastante austera: regaló solo un almanaque del 2024 y una caja de té. Está claro que en el pensamiento más racional de Javier Milei, lo que más desearía son fondos frescos del FMI o, al menos, que los "comunistas chinos" hagan un roll over del swap de monedas. Pero, a quién le puede amargar un dulce.

Quien sí hizo una inversión a la hora de pensar un regalo fue Saeed Abdulla Alqemzi, hombre de la diplomacia de los Emiratos Árabes Unidos. El 23 de enero le hizo llegar a las manos de Karina Milei una pulsera Swarovsky. (Des)afortunadamente el clan que maneja el Ejecutivo nacional no podrá quedarse con la joya ya que el presente supera el límite impuesto por la ley de Ética Pública. Lo mismo ocurre con el reloj de pulsera Galaxy Watch que el viceministro de Corea del Sur le entregó al Presidente cinco días después de haber asumido en la Casa Rosada.

Pero Milei si podría disfrutar algunos regalos que hayan pasado el límite impuesto por ley. Se trata de aquellos obsequios comestibles o bien, bebidas, que si bien cuestan más de cuatro módulos (108 mil pesos)  por su fecha de vencimiento quedan para el funcionario que los recibe y no van para las arcas del Estado. Así que, llegado el caso, a la tarde el mandatario podría mojar un pan en los tres aceites de oliva que le regaló el Rey de España o, pos cena, tomarse una copita de Brandy Ararat de 30 años de antigüedad, cortesía de la embajada de Armenia.

De peluches a talismanes

El lista de regalos también tiene otras perlitas. Es que a la Quinta de Olivos arribaron presentes extraños..por llamarlo de algún modo. Un caso particular es el mazo de cartas "energético" que le regalaron, quizás con la intención de poder cambiar de mano (o irse al mazo). Si en algún momento tiene pesadillas, el Presidente podría colgar un atrapasueños que le obsequió un tal Juan José Fernández.

El costado gamer podría estar ocupado con la consola Nintendo que otro ciudadano (Rogelio Burciaga) le entregó en forma de ¿agradecimiento? También podría ocupar su tiempo de ocio leyendo libros, del centenar que arribó a Olivos está, por ejemplo, el escrito que le regaló Daniel Arturo Tognetti. Se titula "Los animales piensan".

A la residencia presidencial también arribaron camisetas de la Selección Argentina, peluches con forma de león, cuadros que retratan al Presidente y hasta el particular presente de Marcela Podestá Costa. La mujer confía que dos gorras con la Cruz Orlada le transfieran la sabiduría a Milei de su tío abuelo, Solari Parravicini, quienes algunos bienintencionados lo hacen llamar el "Nostradamus" argentino.

¿Y el resto del Gabinete?

De acuerdo al listado publicado por la OA, unos pocos ministros tuvieron la fortuna de recibir regalos. Sobresale Patricia Bullrich, al quedarse con 62 regalos: en Nochebuena recibió dos cajas (una de Cristian Ritondo y otra de la embajada de Estados Unidos). Consiguió algunos presentes también de la generala del Comando Sur, Laura Richardson, y del ejército israelí, y contó también con la generosidad del Gobierno de Entre Ríos -que conduce Rogelio Frigerio- que por cortesía prepararon cuatro envíos: al Ministerio de Seguridad llegaron presentes de la propia Gobernación, de la policía enterriana, de la Municipalidad de la ciudad capital, de la Policía y de la cartera local de Justicia y Seguridad.

Diana Mondino fue la tercera funcionaria con más presentes, en especial, por su caracter de canciller. En total fueron 32 obsequios, la mayoría de embajadores y diplomáticos. A Guillermo Francos le llegaron 20 presentes, mientras que Sandra Pettovello y Nicolás Posse apenas un obsequio cada uno.

El listado se completa con un funcionario que se suele manejar en las sombras. Se trata de Carlos Alberto Manfroni, jefe de Gabinete del ministerio que administra Bulrich y cuya terminales llegan hasta Victoria Villarruel, la representante del Ejecutivo que está en el centro de los flashes por la inminente votación de la Ley Ómnibus en el Senado. Ahí hay otro tipo de regalos.