Portales de noticias y canales de televisión se regodeaban ayer con la imagen del momento de la detención de Amado Boudou adentro de su casa. Ante evidente espectáculo para el escarnio público el Gobierno intentó despegarse de la filtración de esa filmación. Pero desde el juzgado de Ariel Lijo especificaron que no hubo orden de filmar nada, que tampoco requirieron la entrega de ese registro ni lo suministraron a ningún medio y que todo habría respondido a una directiva del Ministerio de Seguridad a la Prefectura que llevó a cabo el procedimiento. No es una medida habitual, y menos que se publicite.
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