Huayra y Yachay, dos pumas hermanos que estaban enjaulados en el ex zoológico de la localidad bonaerense de Colón, fueron trasladados esta semana en un santuario animal. La noticia, anunciada por Fernando Pieroni, el presidente de la Fundación Planeta Vivo, fue celebrada en las redes sociales.
Se trataban de los últimos sobrevivientes de un zoológico que fue clausurado en noviembre del 2013 por denuncias de maltrato animal. Lamentablemente, Munay, una tercera puma que estaba enjaulada, falleció el sábado 13 de abril, horas después de que se aprobara el traslado.
Desde este lunes, los felinos, de 15 años cada uno, vivirán de ahora en más en "Tekove Mymba", el primer santuario animal de la República Argentina y el único santuario multiespecie de Latinoamérica, que queda en la provincia de Entre Ríos.
De esta manera, el de Colón se convirtió en el primer zoo de Argentina que quedó con todas sus jaulas vacías. "Este proyecto no solo representa un logro en términos de bienestar animal, sino también un recordatorio de la importancia de trabajar juntos en la protección de nuestro medio ambiente y todas sus especies", indicó el titular de la organización de rescate, rehabilitación y liberación de animales silvestres y domésticos.
Asimismo, Pieroni remarcó a Gente que el santuario "cuenta con todas las medidas de seguridad para que los pumias no puedan salir, porque estos animales no se pueden liberar porque no sabrían sobrevivir en la naturaleza". Asimismo, explicó que "por eso, en estos casos, no se habla de libertad sino de dignidad. Es darle dignidad a los animales que viven en pequeñas jaulas llevándolos a recintos gigantes naturales controlados por los humanos en los que puedan vivir tranquilos y bien alejados del ruido y de las ciudades".
La activista Melisa Burzio, quien desde hace más de una década lucha junto a la organización Cerremos el Zoo por el bienestar de los animales, indicó a Infobae que Huayra y Yachay habían sido encontrados cuando eran cachorros por un productor agropecuario en una tapera abandonada de la localidad de Rojas, y los había entregado al zoológico de Colón, en la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, vivieron toda su vida en cautiverio.
La localidad de Colón, a 279 km de la Ciudad de Buenos Aires, inauguró su zoológico en 1950. Las jaulas e instalaciones para los más de 250 especies de animales que albergaba desde entonces eran chicas, precarias, y prácticamente inhabitables. Luego de una serie de denuncias, se logró su clausura en 2013. Sin embargo, el traslado de sus habitantes a reservas ecológicas fue demorada durante años por trámites burocráticos y la presión de distintos sectores.
“¡Aún no caemos de lo que pasó! No solamente porque logramos finalmente y después de tanto terminar con este tema, sino porque con la salida de los pumas se terminó la historia del zoológico de Colón... Es un traslado doblemente gratificante porque se logró concretarlo y ahora están en un lugar maravilloso sino, sobre todo, porque le dio el cierre oficial al zoológico”, indicó Burzio.
Sin embargo, también admitió que los videos de la liberación de los dos pumas de sus cajas es "tremendamente emotivo" pero le produjeron algo de tristeza, porque le es "imposible no imaginar a Munay ahí”.
Así todo, la activista se refirió al contexto de peligro que corre la especie felina en la provincia de Santa Cruz, por mencionar un ejemplo, que desde abril habilitó la caza deportiva de animales salvajes a pedido de productores agropecuarios. "Es increíble la cantidad de personas felices por la liberación de estos pumitas mientras que en el sur del país se abrió la caza de la especie y tantas otras personas los están matando", criticó.