De equipo sensación a desaparecer en apenas un año. El tobogán que sufrió el club francés Metropolitans 92, el antiguo equipo del fenómeno de San Antonio Spurs Victor Wembanyama, resulta difícil de explicar. A menos de 12 meses que el joven astro francés fuera elegido número 1 del draft de la NBA, su exequipo desaparecerá como club profesional debido a sus problemas financieros. Atrás quedó el auge que generaba el conjunto de Wemby, que la temporada anterior llegó a tener televisación en vivo de todos sus partidos para la aplicación oficial de la NBA.
El martes pasado la Liga Nacional de básquetbol francés informó que la sociedad propietaria del Metropolitans 92 le había comunicado que no iba a continuar participando en la competición, ya que no había podido vender sus acciones. "Varios intentos de cambio de propiedad no fructificaron. Suspenden la actividad profesional pero quieren mantener el centro de formación", según indicó el presidente de la liga francesa, Philippe Ausseur, al diario L'Equipe.
Y la estocada final llegó este jueves, cuando el ayuntamiento de Boulogne-Billancourt, propietario principal del Metropolitans 92, comunicó que había decidido poner fin a su apoyo económico y que no inscribirá al equipo en el torneo de la Segunda División. "De acuerdo con los socios, se decidió no solicitar a la LNB la inscripción en el campeonato francés Pro B para la próxima temporada", anunció el ayuntamiento, según publicó el sitio especializado BeBasket. Las razones son puramente económicas.
"Boulogne-Billancourt toma una decisión responsable para salvaguardar el futuro, promoviendo un enfoque del deporte más respetuoso con el medio ambiente, centrado en el asociacionismo y las actividades de ocio", informa el comunicado difundido por el ayuntamiento, que además mencionó las dificultades financieras que atraviesa.
"Como todos los municipios de Francia, Boulogne-Billancourt se enfrenta a unos gastos de funcionamiento crecientes, a una disminución constante de las subvenciones y a un aumento regular de las tasas gubernamentales", afirmó el alcalde del municipio, Pierre-Christophe Baguet. "Desgraciadamente, nos vimos obligados a tomar estas dolorosas decisiones. En los últimos años hicimos todo lo posible por mantener el apoyo financiero a nuestro equipo profesional de básquetbol. Pero ahora tenemos que tomar decisiones para el futuro", justificó el alcalde.
El anuncio puso fin a una temporada catastrófica para el 'Mets 92', que tras la marcha de Wemby a la NBA descendió a la liga Pro B, la segunda categoría, un año después de haber sido subcampeón. Los problemas económicos del club, que no se recuperó de la marcha de su principal estrella a la NBA, no permitieron que la entidad sobreviva tras su repentina fama internacional de la pasada temporada, cuando se ya vislumbraba que el fenómeno francés iba a ser elegido en el primer lugar del draft.
La eclosión de Wembanyama, considerado un auténtico unicornio por sus condiciones atléticas y basquetbolistas únicas, llevó al 'Mets 92' a la final de la liga francesa, que perdió frente al Monaco, y su estrella fue nombrada mejor jugador del torneo. Para que sus fanáticos lo fueran descubriendo, la NBA televisó todos los partidos del conjunto francés desde su plataforma exclusiva, una muestra del furor que se generaba alrededor del equipo. Poco después, Wemby se marchó a los San Antonio Spurs de la NBA, en la que hace una semana fue elegido por unanimidad como el mejor novato del año.
Otro jugador del equipo de Boulogne-Billancourt, localidad vecina a París, Bilal Coulibaly, también marchó a final de la pasada temporada a la NBA, en concreto a los Washington Wizards, tras ser elegido en el séptimo lugar del draft.
Pero aquella temporada dorada, se cayó como un castillo de naipes. La terrible gestión económica del club los llevó a una campaña de pesadilla, en la que sufrieron una fuga de jugadores por falta de pago en plena campaña. Con sólo cuatro victorias en 34 partidos consumaron su descenso a la segunda división, aunque ahora ni siquiera serán inscriptos en el torneo de ascenso. Esta decisión supone la destrucción de una entidad emblemática del básquetbol francés, nacida de la fusión entre el PSG Racing, campeón de Francia en 1997, y el Levallois, campeón de la Copa de Francia en 2013. Pero sobre todo, marca la desaparición del club formador del mayor fenómeno que recibió la NBA al menos en lo que va del siglo.