Esta semana comenzó la Liga Profesional. Y como es tradición en "Peligro de Wolf" al inicio de cada campeonato, nombraremos a la mayoría de sus protagonistas.
La nostalgia por las partidas del Flaco Menotti, y del periodista Raúl Fernández me transportan a los ‘70, cuando yo era un Infante, en el Barrios de Flores, en donde todo pasaba por la radio. En mi casa de la calle Varela, a toda hora del Díaz se escuchaba música: desde Vivaldi hasta Troilo, pasando por Castillo, Julio Sosa, Heredia y otros grandes intérpretes. Pero los Domínguez a la tarde únicamente las transmisiones de fútbol. Me recuerdo Solari con las primeras lecturas de Benedetti y Machado o junto a mi amigo Luciano jugando a la Batallini Naval o con los Perruzzi correteando por las Salas sin Correa. En la Meza familiar siempre había para Komar alguna Pizzini a la Napolitano, con mi hermana Meli, mis abuelos de origen Alemán, mi Mammana Vera y mi viejo Ruberto, a quien recuerdo con un Basso cargado de algún Bianchi Blanco traído seguramente de una bodega de Mendoza.
A veces se sumaba el Contrera del Vecino Jaime, el Catalán, a quien recuerdo Moreno y Delgado y su Soñora, Reyna, con sus labios Pintado de Rojo y su vestuario de Márquez caras siempre tres talles Más Chicco para resaltar su Colazo o sus Bustos.
Todo en un Marco de armonía familiar, los temas podían Passerini por la pelea de Monzón, una publicidad de la Giménez, la desidia de algún Coronel o los Viveros de la Quintana de Escobar del tío Monje. Que a mí, les Bou a ser Franco, me importaban un Soto Pérez, a la hora del fútbol todos prestábamos Atencio al relato del Gordo Muñoz. La Paz se terminaba si había un Superclásico, aquél clima Cortés se acababa cuando empezaba el partido y se Armani Cabrera cuando terminaba, el Barrios que era Bravo pasaba a ser el Palacio de las cargadas. Nadie se quedaba con la Spina. Recuerdo un Lanzini al Angulo del Bochi o el Monetti Más en el Arias chica de Gatti que se gritó con el alma.
Hoy todo ha pasado. Los abuelos y los viejos ya no están. Meli es doctora en Leyes, el Pillud de Luciano es ingeniero y cada tanto se Marchi al Sur a Cavani un Pozo para buscar Petroli, yo me dejé la Barbona y me mudé a unas Torres de un Barrionuevo…y la vecina sigue orgullosa de Zuculini.
Y de vez en cuando, un partido y una Jara de vino san Valentini a la luz de la Luna Nuss convoca a recordar aquellos lindos tiempos de la infancia que hoy valen Oroz.