Organizaciones del colectivo LGBTIQ de Perú se manifestaron frente al Ministerio de Salud peruano, ubicado en el centro de Lima, para exigir que se derogue el decreto que incorporó a la transexualidad, el travestismo y la identidad de género como enfermedades mentales.

Desde el gobierno explicaron que la normativa tenía como objetivo actualizar y ampliar el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), una lista de los beneficios mínimos que tienen que cumplir todas las prestadoras de salud, ya sean públicas o privadas. 

Para esto, el 10 de mayo, el gobierno peruano utilizó una antigua clasificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), conocida como CIE-10, que describe la transexualidad como un "trastorno mental", un término que la propia OMS eliminó en 2022 de su manual revisado de diagnósticos vigente desde ese año.

Enseguida la utilización de esa antigua nomenclatura encendió el rechazo de toda la comunidad LGBTIQ y defensora de los derechos humanos de Perú que alzó su voz para criticar la medida.

Manifestantes se movilizaron hasta la sede de Salud para exigir la derogatoria de la norma que incentiva la discriminación y la violencia contra las personas trans. La manifestación coincide con el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

“No somos enfermas mentales”

"Estamos pidiendo derogar este decreto transfóbico, violento y que va contra nuestras identidades como personas trans en el Perú", pidió Gianna Camacho, vocera de la Coordinación Nacional LGBTIQ.

"No somos enfermas mentales, ni tenemos ningún trastorno mental", replicó la dirigente.

Desde Human Rights Watch (HRW) llamaron la atención sobre los efectos de "este decreto sesgado y poco científico". "Patologizar de manera oficial a las personas LGBT puede socavar gravemente los esfuerzos por mejorar la protección de los derechos basados en la orientación sexual y la identidad de género", advirtieron desde la organización.

Perú no reconoce el matrimonio ni la unión civil entre homosexuales, ni permite que las personas trans incluyan en sus documentos su identidad de género.

La respuesta del gobierno

Desde el ministerio de Salud dijeron que no consideran como enfermedades la "diversidad de género y sexual". "Expresamos nuestro respeto a las identidades de género, así como nuestro rechazo a la estigmatización de la diversidad sexual", señalaron.

Explicaron que al actualizar el PEAS el gobierno utilizó la clasificación de la OMS que sigue vigente en Perú a la espera de que "se inicie la implementación progresiva" del nuevo manual de enfermedades, "tal como ocurre en otros países".

La respuesta no alcanzó para los movimientos que defienden la diversidad sexual, que continuaron reclamando la derogación del decreto. "Diciendo que soy enfermo me están patologizando, es el riesgo más grande porque abre las puertas para validar las terapias de conversión", señaló el médico y activista Percy Mayta.

Dichas prácticas, que organismos de Naciones Unidas equiparan con torturas, no están penalizadas en Perú. También HRW cree que el decreto "podría dar legitimidad" a las mal llamadas terapias de conversión y "agravar los problemas de salud mental a los que se enfrentan las comunidades LGBT en el país".