El ajedrez argentino tiene a una nueva atracción. El gran impacto lo dio el año pasado, cuando logró el título de campeona mundial juvenil Sub 20, con apenas 17 años. La joven Candela Francisco busca seguir agrandando su historial dentro de la actividad, y le apunta ahora a ser reconocida entre los hombres.
-¿El título de campeona juvenil era una meta para vos o apareció de sorpresa?
-Era una meta. Mi sueño siempre fue ser campeona mundial. Este fue el cuarto Mundial que jugué y se me dio. Yo jugaba siempre en mi categoría, y en el que más cerca estuve había quedado séptima. Estuve liderando todo el torneo, y justo perdí una partida clave, me desmotivé un poco y no se me terminó de dar en esa oportunidad. Pero seguí estudiando para lograr mi objetivo, y el año pasado en México se pudo dar en una categoría superior a la mía, porque yo tengo 17 años. Mis rivales tenían cierta ventaja por eso, pero yo me tuve toda la fe y me preparé muy bien para afrontar el torneo. Se pudo definir en la última partida, porque fue muy reñido, y pude alcanzar ese sueño que tanto anhelaba.
-¿Y cuál sería tu próxima aspiración?
-Es ganar los títulos absolutos, que son el GM (Gran Maestro) y el MI (Maestro Internacional). En absolutos serían de hombres, pero una mujer también puede ganarlos. Y también ser campeona mundial de mujeres, pero de todas las edades esta vez.
-Por fuera del ajedrez, ¿qué te proponés?
-Me imagino formando una familia y tener mi propia casa, esos serían los dos pilares básicos. También me gustaría estudiar una carrera.
-¿Para desarrollar el ajedrez se necesita de la psicología?
-Sé que muchos deportistas y ajedrecistas lo usan, pero yo tengo una relación con Dios, y él me da paz necesaria en cada partida para ir a jugar con tranquilidad y dar lo mejor de mí. Y por supuesto, con el estudio necesario para poder desarrollarme.
-¿Qué significa Dios para vos?
-Bueno, él es la guía que una tiene para transitar la vida, y estando cerca de él las cosas se viven de otra manera y con otra perspectiva.
-¿Creés en el destino de Dios?
-Creo que él tiene que ver en todo lo que nos va pasando.
-¿La concentración la trabajás de manera específica?
-Eso se da inconscientemente. Cuando a uno le gusta lo que hace, y tiene pasión por lo que hace, aparece sola. A mí me atrapa el juego y estoy concentrada en lo que estoy haciendo. Pero no lo trabajo con nadie en particular. Lo que se suele trabajar es el tema de la resistencia, porque a veces son muchas horas jugando y uno tiene que estar con la mente activa.
-¿Una derrota o una mala partida te puede provocar angustia?
-Totalmente. En esos casos hay que saberlo manejar, pero la experiencia más que nada es la que te lleva a salir de esos momentos. Muchas veces, en las derrotas, te ponés a llorar, o te vas muy enojado, y los únicos que se enteran son tu familia y tus amigos. Pero a medida que va pasando el tiempo, y sabes porqué jugás o para qué empezaste, después te dejás de preocupar. En el juego lo peor que te puede pasar es perder, pero luego te das cuenta que no pasa nada si ocurre.
-¿El nivel del ajedrez en Argentina en dónde lo ubicás?
-Te diría que estamos en un nivel medio-alto. Se lanzó mucha gente a jugar al ajedrez de muy buen rendimiento y con un ranking elevado, y antes cuando se hablaba de un ranking ELO -método matemático, basado en cálculo estadístico, para calcular la habilidad relativa de los jugadores- promedio de 1.700 era algo bajo, y un Maestro le ganaba con facilidad. Y ahora no ocurre, un Maestro tiene que luchar mucho para vencer a uno de ellos. Me pone muy contenta que haya mucha gente que se integre a este deporte.
-¿Creés que podés vivir de esta actividad?
-Es complicado pero se puede. Depende de las ganas y la garra que uno le ponga, y tiene mucho que ver encontrar a las personas correctas en el momento exacto, ya que hay uno que va a valorar más toda tu carrera y tu potencial, y va a pagar por eso.
-¿Entre las carreras que te gustan está la comunicación?
-Sí, también está la abogacía. La verdad, soy muy entusiasta, y podría estudiar más de una carrera. El tema es enfocar cada cosa a la vez, para no hacerlas de manera mediocre, sino con excelencia. Uno puede tener la capacidad desarrollada para adquirir conocimientos, pero si no te interesan no te van a entrar por ningún lado.
Francisco cuenta con el respaldo de Emova, la empresa concesionaria de la Red de Subtes de Buenos Aires, que la acompaña para que pueda participar en los torneos internacionales. Mientras, ella se encarga de darle impulso a una carrera que no tiene límite.