Industriales santafesinos expusieron esta semana en el plenario de comisiones de la Cámara de Senadores de la Nación sus argumentos contra el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), el sistema de incentivos fiscales, cambiarios y jurídicos por 30 años que propone Milei para beneficiar el arribo de empresas extranjeras. Una de las voces que representó a los dirigentes de la región fue la de Román Guajardo, presidente de la Unión Industrial Región Rosario (Unirr), quien advirtió a los legisladores sobre los riesgos de avanzar con una política de este tipo y aseguró que “si al Polo Tecnológico Rosario le dieran esos beneficios por 30 años seríamos potencia mundial”.

Luego de participar junto al presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Javier Martin, y a industriales de todo el país en el plenario de la Cámara Alta, Guajardo brindó una nota al programa de Leo Ricciardino en Radio Sí 98.9 en la que dio detalles de su exposición y expresó su preocupación ante la posibilidad de que el proyecto del RIGI obtenga sanción definitiva del Senado. En primer lugar, el dirigente industrial evaluó la situación actual del sector: “Lo que venimos viendo a partir de datos objetivos y no de opiniones subjetivas es que, lo que en el verano empezaba como un algo posible, de suspensiones y despidos, hoy vemos que se está materializando. Vemos que la tendencia a la baja en el nivel de actividad industrial continúa, sigue con la tendencia negativa y no creemos que haya tocado piso. La mayoría de los industriales de Santa Fe y de nuestra región ven muy complejo el horizonte de este 2024”.

En relación a su exposición en el Senado, el presidente de Unirr explicó que le tocó aclarar a los senadores que el RIGI “complica el futuro de la industria nacional porque dejaríamos pasar oportunidades”. En ese sentido, agregó: “Nosotros no estamos en desacuerdo con la radicación o la realización de grandes inversiones en el país, ya sean de capitales nacionales o de capitales extranjeros, pero creemos que hay que exigirle también algo a cambio”. Además, destacó que no existen experiencias de este tipo en los países de la región: “Ni siquiera Chile, que en muchos casos debe haberse usado como un ejemplo de desarrollo, ha entregado tanto a cambio de nada y nosotros la verdad que le estamos dando condiciones fiscales, baja de impuestos arancelarios y aduaneros, la posibilidad de comprar maquinaria usada en el extranjero, entre otros puntos que configuran un perjuicio notable para nuestra industria”.

Al mismo tiempo, dejó en claro que lo que se le está pidiendo al gobierno nacional es que “frene una posible destrucción o una competencia desleal que nos lleve al extractivismo puro” y que, en definitiva, “se haga lo que están haciendo los países del mundo que muchas veces el actual gobierno usa como ejemplo, como Estados Unidos que está poniéndole aranceles a los autos importados eléctricos o hacer lo que hace China que está subsidiando y apoyando las exportaciones de productos ya que como tienen una sobreproducción, salen a volcar su excedente a fronteras para afuera”.

Al ser consultado sobre la propuesta alternativa que llevaron al Congreso, el presidente de la Unión Industrial Región Rosario destacó la intención de poder vincular esas grandes inversiones con el desarrollo de las pymes nacionales:Además del monto de la inversión, se deben revisar cuestiones cualitativas, como por ejemplo el impacto ambiental y el intercambio tecnológico que haya después”. Al mismo tiempo, mencionó que otro de los planteos que llevaron al plenario de comisiones del Senado es “que durante la vigencia del registro se les permita tener beneficios solamente al inicio, en la etapa de inversión y que no dure 30 años que es muchísimo tiempo”. Además, cuestionó que los litigios que se presentan se resuelvan en una Corte Internacional: “¿Cómo vamos ceder nuestros tribunales para discutir cualquier controversia que se presente? No hace falta darles tanto a cambio de tampoco y la verdad que con mucho menos van a aparecer igual las inversiones”, criticó Guajardo.

Durante un momento de la entrevista, Guajardo se refirió a una idiosincrasia industrial que se está perdiendo en las grandes ciudades: “Yo soy rosarino pero vivo en Roldán hace 10. Aquí tengo mi fábrica y el concepto de industrial está mucho más claro, porque nos ven y nos conocen, somos parte de la sociedad, integramos los clubes, los bomberos voluntarios, somos parte de las cooperadoras de las escuelas y la mayoría tiene un pariente que trabaja en una fábrica por lo que es un concepto mucho más palpable. Por ahí en las grandes urbes se ha perdido un poco y no se dan cuenta de todos los beneficios que genera la industria. Rosario empezó a expulsar las industrias y más allá de que estaba cambiando su perfil, el tema está en cómo hacemos para contener toda esa mano de obra”, evaluó el dirigente de 39 años.

Vinculando ese análisis con el debate en torno al RIGI, el referente industrial lamentó que el país siga en la misma discusión de hace 130 años. “No hay una historia industrial, hay un comportamiento industrial y hay una cultura industrial que no se puede borrar de un plumazo porque muchos industriales podrían vender sus empresas, no tener más problemas con los sueldos y dedicarse a jugar al golf y a invertir en capital financiero pero no lo hacen porque son industriales y lo que saben hacer es fabricar productos industriales”, aseguró Guajardo. También dejó en claro que no les interesa hacer política partidaria sino que “nosotros hacemos política industrial y siempre trabajamos en pos del crecimiento industrial porque entendemos que es la mejor manera en la que se puede desarrollar nuestro país”.

 

En la misma línea, distinguió que a diferencia de otro tipo de empresarios, los industriales tienen un sentir nacional distinto: “Nos costó mucho como país y la gente a veces simplifica las cosas y dice que la industria nacional es vetusta y vieja. A mí me ha tocado conocer muchas pymes de todo el país, de distintos sectores y diferentes tamaños y la realidad es que del portón de la fábrica para adentro son todas altamente productivas y tienen los mismos fierros que las fábricas que se dedican a lo mismo en otras partes del mundo. Lo que pasa es que a veces tenemos poco acceso al crédito comparándolo con Brasil y cuestiones estructurales que también hay que hay que atender como los precios de las materias primas porque hay mercados concentrados y te cobran la materia prima el triple que en países vecinos. Ahí es donde tenemos que realmente trabajar y debemos dar la discusión”.