Los clubes están dando una interesante batalla que remite a los tiempos del Virreinato del Río de la Plata. Igual que el fugitivo Sobremonte o el expulsado Cisneros, el nuevo virrey del fútbol argentino proviene de España. Se llama Javier Tebas y pasó por Buenos Aires para pregonar las bondades de las sociedades anónimas en el fútbol. La fórmula mercantil que se vende como lo nuevo para entregar patrimonios más que centenarios al mercado. Instituciones deportivas con historia que, carroñeros de adentro y de afuera, esperan convertir en marcas, franquicias o sellos de goma con casa matriz en Europa, Estados Unidos o ciertas monarquías del golfo Pérsico.
El gobierno de Javier Milei ya dio vía libre. La comparsa que dirige la entrega es conducida por dos viejos conocidos: Mauricio Macri y Daniel Scioli, el expresidente y el actual secretario de Turismo, Ambiente y Deportes. Este último, propulsor de la candidatura del ultraderechista que ocupa la Casa Rosada al premio Nobel de Economía. Una más del motonauta que perdió el rumbo de su lancha en la búsqueda perpetua por un cargo. No importa quién esté en el poder ejecutivo, lo mismo le da.
Al modelo asociativo que eligieron millones de socios e hinchas a lo largo del país y de su historia, no le espera nada bueno si se concretara la idea de este dúo dinámico. Pero la resistencia es grande. Y el proyecto virreinal puede derivar en una nueva Revolución antes que en un pacto de Mayo. Ése que pretende firmar una liga de gobernadores afines al monarca que gusta pasear por España en compañía de su hermana y secretaria.
El abogado Tebas nació en Costa Rica, pero desde muy joven abrazó la causa franquista en la ciudad de Huesca, donde ya se había ganado su lugar en el fútbol allá por 1993. Militó en Fuerza Nueva, un grupo nostálgico del generalísimo fundado por el extremista de derecha, ya fallecido, Blas Piñar. En el tour por Buenos Aires de estos días, sus anfitriones del gobierno y los operadores de las SA le pusieron la alfombra roja.
El presidente de la Liga Española agradeció tanta hospitalidad: “Gracias @danielscioli y a todos los asistentes. Un placer haber compartido tiempo hoy con altos representantes del gobierno de Argentina para revisar la situación deportiva actual y estrechar lazos. @JMilei te esperamos en la próxima” posteó en su cuenta de X.
El escenario donde Tebas disertó como gurú de las SA fue un evento llamado Sportel. Se realizó en el hotel Hilton de Puerto Madero y hubo una foto que rubricó el encuentro. El montaje le vino de perillas al gobierno. Ahí estaban Scioli, el asesor presidencial en el descuartizamiento del Estado, Federico Sturzenegger, la diputada libertaria Juliana Santillán – arquitecta de un proyecto legislativo para las SAD – y el agente de partidos FIFA, Guillermo Tofoni, enfrentado en un viejo pleito judicial con la AFA. Son los mismos que propalan como un mantra el discurso de Milei. Que los clubes argentinos podrían recibir inversiones cercanas a los 2.500 o 3.000 millones de dólares si aceptan abrirse a los capitalistas del exterior.
Estas mentes tan esclarecidas no conciben cómo dirigentes amateurs, cuyo núcleo de poder está en los clubes del Ascenso, tuvieron el tupé de rechazar en el estatuto de la propia AFA, la incorporación de capitales privados. Las vías para torcer su voluntad se han multiplicado. No es la primera vez que sucede.
Por ley, por DNU, por la presión sobre la asociación que preside Claudio "Chiqui" Tapia y hasta por una votación en su comité ejecutivo que terminó 38 a 1 el 20 de julio de 1998. Ese día Julio Grondona humilló a Macri cuando llevó en soledad la iniciativa de las SA al comité ejecutivo. “Perdimo’ Mauricio”, le dijo el dirigente fallecido en 2014 al expresidente de Boca. La frase la repite con gracia el periodista Ernesto Cherquis Bialo, testigo directo de aquel diálogo.
Tebas vino al país como presidente de la Liga española, pero no se cuenta demasiado el lado B de su historia. Es socio con otro letrado, natural de Huesca él, que se llama Miguel Chocarro Altamira, especialista en quiebras y concursos en España. Se trata de quien redactó el proyecto de ley para las SAD junto con Fernando De Andreis -secretario general de la Presidencia en el gobierno de Macri (2015-2019)- y que no prosperó como otros tantos intentos.
Antiguo consultor de Marcelo Tinelli cuando compró el club Badajoz, votante orgulloso de la ultraderecha de Vox, Tebas no ha podido superar el declive de la Liga que encabeza tras las idas de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Las cifras de fichajes, audiencias televisivas e inversiones en general desde 2022 en la Premier League -año en que siete de los diez clubes que más gastaron fueron ingleses-, superaron con holgura a la Liga española. Por eso, en su propio país, tiene demasiados detractores y suele padecer enfrentamientos con los clubes más grandes, Real Madrid y Barcelona.
Los dos son sociedades civiles sin fines de lucro. En el estatuto del primero dice con claridad: “La Entidad carece de ánimo de lucro, puesto que todo su patrimonio y posibles beneficios están encaminados y dirigidos, única y exclusivamente, a la consecución del objeto indicado”. Este es “el fomento del fútbol, en sus distintas categorías y edades y, de forma general, la práctica de todos los deportes que determinen sus Órganos Rectores”.
Tebas vive hoy enfrascado contra lo que él llama “piratería audiovisual” y en defensa de la “industria del entretenimiento”. La fiebre por las SA que transmite se parece bastante a la fiebre del oro en California, a mediados del siglo XIX. Scioli, su anfitrión local, en el afán de generar un clima para inversiones riesgosas y de dudosa procedencia, se mandó una macana por hablar de más. Felicitó a los socios del Club Centro de Fomento José Hernández de La Plata porque votaron la posibilidad de aceptar ser una SAD. Pero no reparó en un detalle. Esa institución no está afiliada a la AFA de manera directa o indirecta. Su tesorero Pablo Toviggino trató al secretario de Deportes de “burro”. La escalada continuará y es de final incierto.
La alegría del secretario de Deportes de Milei por la resolución de un humilde club platense fue un papelón menor si se lo compara con el apoyo público que le brindó al grupo de EE.UU, 777 Partners, que fue acusado en Brasil por “fraude económico”. Hace poco más de un mes, Página/12 publicó la historia de este fondo. https://www.pagina12.com.ar/728947-el-plan-libertario-para-poner-los-clubes-en-venta.
La justicia de Río de Janeiro acaba de fallar en contra de los inversores que tuvieron que devolverle el control del Vasco da Gama a sus dirigentes.777 Partners manejaba el 70% del club carioca desde septiembre de 2022. Nicolás Maya, un economista colombiano que vive en Miami, se había reunido el 7 de febrero último con Scioli y la diputada Santillán en el hotel Alvear. Representa al grupo que controla clubes en tres continentes. En Buenos Aires había prometido unos 400 millones de dólares para invertir. Pero la crisis en Vasco podría hacer desbarrancar la estructura que sostiene la empresa estadounidense en otros clubes que maneja como el belga Standard Lieja, el español Sevilla, el alemán Hertha Berlín, el italiano Genoa y el australiano Melbourne Victory. Una escudería de sociedades anónimas que pretende sumar a su álbum una figurita más, made in Argentina.
Tebas, antes de despedirse tras su intervención en el Hilton y sacarse fotos con Scioli y Sturzenegger, dejó una frase para endulzar los oídos del elenco libertario: “Qué mala suerte ha tenido el fútbol argentino con sus dirigentes, no digo en los clubes sino en la AFA”. El virrey todavía vive en la época de la conquista y las carabelas. Tampoco sabe de dónde proceden los directivos que rechazan las SA. Son esos clubes que no quieren terminar como pato de la boda para beneficio de profesionales del guante blanco.