Una feria de carpas azules y rojas ayer fue momentáneamente parte del paisaje del jardín de la Casa sobre el Arroyo o Casa del Puente, uno de los patrimonios histórico-monumentales más importantes de la ciudad de Mar del Plata. Son las carpas de los más de 50 emprendedores que prometía y cumplió la "Feria Emprende Fusión", una iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Local, Inversiones e Integración Público Privada de la Municipalidad de General Pueyrredón. Foodtrucks y música en vivo también estuvieron presentes como se anunció, ante la atenta mirada de asistentes al evento, pero también de curiosos y voluntarios fanáticos de la casa que se acercaron a cuidar la casa de los posibles daños que podría causar el evento. Previamente, su rol de cuidadores anónimos había tenido destellos en forma de quejas en las redes sociales esta semana, no solo de la boca de vecinos y fanáticos de la arquitectura, sino de varias instituciones marplatenses. A pesar de los pronunciamientos de un lado y del otro, el evento tuvo lugar de todos modos. La casa, expectante, a merced del tira y afloje.
La polémica
Tras décadas de abandono y descuido, desde que en 2023 se supo de la restauración y reinauguración del inmueble diseñado por Amancio Williams y Delfina Gálvez la noticia causó expectativa y orgullo en locales y turistas. La fiebre arquitectónica se vió reflejada en los números de inscripción a las visitas guiadas: apenas se anunciaron, se agotaron de ese momento a tres meses. En ese momento, la conservación del patrimonio parecía ser un compromiso del Municipio. Sin embargo, esta semana la noticia del festival que tuvo lugar ayer comenzó a sembrar dudas sobre ese mismo compromiso. Fue una nota de Nino Ramella, expresidente del Ente de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredón, la que levantó la tortuga. Acusando calificando de "atolondrada" la decisión del festival, y sentenciando que hay peligro en "no saber lo que se tutela", Ramella destacaba sobre todo la profunda contradicción que existía entre cuidar el espacio mediante visitas guiadas restringidas, que solo ocurrían con turno y permitían solo 15 a 20 personas, a la organización de un festival que pudiese dañar el espacio.
Lo siguieron en el reclamo Claudio y Pablo Williams, hijos de los arquitectos, que se expresaron en sus redes sociales sobre la iniciativa. “Música electrónica para los pájaros y camiones con choripanes para la multitud en un Monumento Histórico Nacional. Imperdible. Solo en Argentina”,comentó en X Pablo Williams. Su hermano había escrito en Facebook: “Deplorable por donde se lo mire”.
A causa del revuelo, el Secretario de Cultura del Municipio, Francisco Taverna, se pronunció contra los reclamos también por X, defendiendo la iniciativa con ejemplos de "lo que pasa en el mundo con lugares de más de 2000 años de historia", adjuntando imágenes de episodios donde importantes djs profesionales se presentaron en lugares históricos alrededor del mundo, como las pirámides de Giza o la Gran Muralla china.
El daño
Así como los descendientes de los arquitectos, varios marplatenses y amantes de la casa utilizaron las redes sociales para declararse en contra del evento, así como lo hicieron varias instituciones interesadas en la seguridad del inmueble. La Comisión Nacional de Monumentos, el Colegio de Arquitectos, la Red Argentina del Paisaje, entre otros, enviaron cartas al Intendente Montenegro, o se pronunciaron individualmente de forma oficial, con conocimiento de causa.
Las razones de los expertos de oponerse a la iniciativa están justificadas en la misma intención arquitectónica de la casa desde sus orígenes, que nada se corresponde a los argumentos del titular de la Secretaria de Cultura, que parece solo tener noción del cemento. A diferencia de otros inmuebles cuyos parques son un accesorio de la casa, en el caso de la Casa sobre el Arroyo, como su nombre lo indica, el parque es tanto o más importante que la construcción. Se trata de un parque que es al mismo tiempo reserva forestal, que tiene un asentamiento de aves y contiene el último tramo del arroyo fundacional de la ciudad de Mar del Plata. Por lo tanto, las instituciones expertas expresaron su preocupación frente a que las construcciones momentáneas interfieran con el ecosistema del parque, gran atracción de la casa a su vez, ya que allí se realizan avistaje de aves únicas en el mundo.
En las últimas horas, antes de la realización del evento, desde Acción Marplatense se sumaron a las voces críticas a través del Concejo Deliberante de la ciudad. Se inició un expediente en el que no solo piden informes sobre el festival al área que conduce Fernando Muro sino también buscan que el legislativo exprese su “profundo rechazo” al desarrollo de la iniciativa en esa locación.
Eva Ayala es la concejala que impulsa el proyecto, que remarcó que la casa fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional (por el Decreto 262/97) y Patrimonio Cultural, Histórico, Arquitectónico y Ambiental de la Provincia de Buenos Aires (mediante la Ley 13.599). Además, recordó que justamente, el predio de Quintana al 3900 en sí mismo cuenta con una declaración de Reserva Forestal, a través de la Ordenanza 13.410.
“Sus jardines tienen un valor biológico integral al punto que gran cantidad de aves han migrado de la periferia al centro de la ciudad justamente por su existencia, entre ellas garzas chiflonas. Ese parque representa fielmente a la pampa original ya que tiene también ejemplares autóctonos muy valiosos, como las orquídeas pampeanas”, declaró la concejala al diario marplatense Que digital respecto a las características del ecosistema.
Según la última información, además del ya anunciado regreso de las visitas guiadas en abril, que serán sin inscripción previa, todavía resta construir una oficina, un depósito y baños públicos, que impidieron un funcionamiento pleno desde su reapertura. Estas faltas hacen que las cuestiones administrativas se realicen en un módulo y los baños que se utilicen sean baños químicos. Para su apertura plena y definitiva, el Municipio habría intentado una tercera licitación en noviembre, antes de la asunción de Javier Milei, que significó el corte de todo financiamiento a la obra pública.
A pesar del revuelo, el parque de la Casa sobre el arroyo sintió sobre sí el peso de los foodtracks, los emprendedores, y la música. El efecto a largo plazo no se sabe. Pero todo indica que, al igual que de tantos años de abandono, se recuperará, quizás intencional, o quizás milagrosamente. Lo que no es ninguna casualidad es que le devuelve la mirada atenta y voluntaria a aquellos que se preocupan y la cuidan, sin pretender nada a cambio.