El mejor slackliner del mundo, tres veces campeón mundial, logró un nuevo récord: cruzó la cascada de Valaste, en Estonia, sobre una cuerda a 50 metros de altura y a una velocidad de hasta 22km/h en medio de una selva helada e invernal.
El recorrido marcó un desafío sin precedentes que será recordado como un nuevo récord en la historia de este deporte extremo.
Jaan Roose atravesó la cascada congelada más alta de Estonia sobre una cinta a 50 metros de altura, a una velocidad de hasta 22km/h en medio de un paisaje cubierto de nieve.
La cuerda estaba colocada en un ángulo pronunciado de 13 grados, una pendiente empinada que dificultaba aún más el equilibrio y la estabilidad al deslizarse sobre ella.
Para combatir el frío, Roose se colocó cinco capas de medias y calzado, una precaución necesaria ya que previsionó que cada deslizamiento desgastaría una capa.
Roose explicó que “no es solo caminar lentamente sobre una cuerda, sino deslizarse, donde la fuerza de fricción también juega un papel”. “Debo desplazarme bien, porque si me quedo atascado, caigo y me deslizo contra el poste", agregó.
El último desafío de Roose se suma dentro de una serie de logros que incluyen el récord mundial de slackline en Qatar, donde atravesó una cinta de 150 metros de largo, suspendida entre dos torres en la ciudad de Lusail, en Doha. El otro gran logro fue atravesar la distancia más larga y más alta de África, entre dos formaciones rocosas que cuentan con 151 m y 195 m de alto cada una.