Artes de hacer es un libro bitácora de saberes rosarinos. Amasar el pan, bordar a lo mexicano, moldear el barro, cultivar la tierra, fabricar un libro, transformar la madera y reinventar la alquimia son los distintos capítulos en los que se despliegan estos universos particulares hechos a mano en la ciudad. Cada uno es una invitación a hacer cosas y también a habitar el espacio-tiempo que se abre a partir de ese hacer.

La autora, Sofía López King, licenciada en Comunicación Social de la UNR, cuenta que quiso poner en valor las artes manuales que en esta época de producción en serie y redes sociales, no son tan reconocidas. La publicación apunta a sacarlas de la intimidad del taller, mostrar los rituales, las técnicas, los materiales y compartir anécdotas de los que se dedican a ellas. Para eso apeló no sólo a textos sino también a fotos que revelan cada detalle del proceso creativo.

Lo que hace que un producto artesanal sea especial y lo diferencia de cualquier otro es que “se deja el alma en cada trabajo manual”, dice la periodista y recuerda el concepto de Lujan Cambariere en “El alma de los objetos”. En este sentido considera que el libro que hizo también es una parte suya que entrega a la persona que lo quiera recibir.

López King cuenta que la idea nació en 2019 en una materia electiva de la Licenciatura llamada “Taller de lectura y escritura” que dicta Andrea Calamari y Clara López Verrilli. El objetivo al terminar la cursada consistía en producir un libro propio. En ese espacio académico se desmitifican algunas cuestiones en torno al libro, por ejemplo que debe ser largo, lleno de texto o en blanco y negro.

Los alumnos podían hacer un libro collage, con fotos o un fanzine. Ahí surgió la idea de hacer algo sobre oficios manuales que estén desarrollándose en la ciudad. En esa elección entró en juego el concepto de Michael de Certeau en “La invención de lo cotidiano. Artes de hacer”, un autor que atravesó toda la carrera de Sofía en la Universidad Pública.

“Estas artes de hacer son esas cosas más pequeñas o nimias que parecen no tener importancia y la idea era ponerlas en valor, sacarlas de la intimidad del taller para mostrarlas”, explica. Es así como se fue conectando con distintas personas de Rosario que hacían artes manuales. Una la fue llevando a la otra, como por casualidad, las entrevistó y tomó muchas fotos.

Primero llegó a Nicolás Manzi y la encuadernación artesanal, después habló con Javier Gamarino que venía de una familia de panaderos y tenía la tradición del oficio. Complementó esa entrevista con Marcelo Núñez, un panadero actualmente en actividad. Luego se encontró con Ailen Martín y su bordado mejicano, con la ceramista Fabiana Sacnun en su taller alfarero y con Florencia Neffen quien le mostró cómo cultivar la tierra en la huerta comunitaria que coordina.

Más tarde fue el momento de Carlos Ducler y su joyería artesanal en madera quien afirma ser un “enlazador de mundos” con sus creaciones. En el final, “Reinventar la alquimia” resume todos los haceres de la mano de Manuela Teidons quien crea cosméticos a partir de las plantas por lo que analiza sus propiedades y las combina. Cada una de estas personas y sus haceres conforman un capítulo cuyo título es un verbo que se asocia al movimiento.

De esta manera el libro muestra “el hacer en movimiento” con textos y fotos, algo que destaca Chiqui González en el prólogo: “Más que un libro para ser mirado, se convierte en una forma de mirar. Un objeto-libro que busca enamorar al lector de principio a fin: las texturas del papel hablan, las fotografías presentan escenas metafóricas y poéticas: no ilustran, emocionan. Los textos no explican, nos ponen en movimiento. La autora ha recurrido a las escrituras en múltiples lenguajes para hacer un libro polisémico, plural que se pliega y despliega con nuestra imaginación. Un libro de construcción verbal, poética y política”.

En el proceso de hacer este libro la autora se dio cuenta que ella también tenía su propio “arte de hacer” dado que tuvo que combinar muchas aristas: hacer las entrevistas, sacar fotos, compaginar la información, enmaquetar toda la producción, tomar decisiones en cuanto al diseño, la tipografía. “Cada una de las instancias que lleva la elaboración del libro, con la imprenta, las pruebas para ver cómo salen los colores, la decisión de que sea cocido para que se abra mejor, todo fue un gran aprendizaje”, señaló.

Algo que le sumó desde su hacer fue incluir en el libro la escritura manuscrita. “Me hizo pensar mucho y poder habitar el tiempo artesanal que veía en los entrevistados y después pude vivir en carne propia”, reflexiona. Escribir en manuscrito le llevó bastante tiempo y dedicación: “Uno se absorbe mientras lo hace entonces me vi reflejada en lo que ya había recopilado”.

Este proyecto se convirtió en la tesis de grado de López King, a partir de la sugerencia de su docente. Fue mutando desde la idea original en cuanto a la estética y el diseño así como la inclusión de la escritura manuscirta y las ilustraciones de tapa. “El proceso creativo no es lineal sino con muchos altibajos”, resalta.

Hubo un momento que dejó reposar el proyecto, se dedicó a otras cosas y lo volvió a retomar. Cree que esos descansos también son necesarios para poder mirarlo de otra manera. Al final, se terminó recibiendo de Licenciada en Comunicación Social con tres de estos capítulos terminados.

El año pasado ganó el premio fomento a las industrias creativas del Ministerio de Cultura y Educación de la Provincia de Santa Fe que le ayudó para poder concretar la impresión del libro. “Es una gran satisfacción después de tanto tiempo verlo materializado”, dice y destaca que este proceso la condujo a muchas personas que le abrieron las puertas de su taller, le compartieron su tiempo, sus saberes desinteresadamente y dejaron sus huellas. “Iba a hacer una entrevista y me hacían un regalo, alguna de sus creaciones, algo que no me esperaba”, confiesa.

Luego de mirar las páginas sola durante tanto tiempo en su pantalla, ahora la expectativa está puesta en “cómo será su viaje cuando la gente lo lea y cómo repercutirá”. Afirma que este libro es “a medida de cada persona”, que lo puede empezar por donde quiera, darlo vuelta, manipularlo y ver también qué ideas le dispara para empezar “un propio arte de hacer”.

Más información sobre el libro en instagram: @artes.dehacer. Se puede adquirir en UNR Editora, Librería de la Editorial Municipal y en el taller @belle.espaciocreativo