Damián (Nicolás Furtado) es un pibe de barrio de clase media, nacido y criado en Villa Devoto, hijo de mamá maestra y de papá farmacéutico, con un grupo de amigos con el que juega al fútbol, a la Play y se junta a comer semanalmente. Se está recomponiendo de un golpe amoroso: su novia -con la que planificaba casarse y tener una familia con una casa con fondo- lo acaba de dejar. En la fiesta de casamiento de uno de sus mejores amigos, el estado emocional de Damián parece recomponerse: se cruza fogosa y amorosamente con Carolina (Delfina Cháves), una chica de apariencia simple y directa. Claro que la proyección de pareja tradicional de Damián pronto chocará con el estilo de vida de ella: Carolina practica el poliamor. La manera en que esa relación se pueda desarrollar (o no) es el eje de Felices los 6, la miniserie que Max subió a su plataforma y en la que se pone el ojo sobre las diferentes formas de amar existentes.
Si hay tantas maneras de amar y practicar el sexo como vínculos existen, ¿por qué aún los grandes medios siguen pensando los vínculos amorosos casi siempre en estructuras tradicionales? Esa pregunta fue, tal vez, el germen con el que comenzó a desarrollarse Felices los 6, una comedia romántica que trasciende los típicos límites de ese género para expandirlos hacia otros universos que forman parte de la vida cotidiana. En clave de comedia, pero sin eludir cuestionar las propias maneras de pensar el amor, la serie dirigida por Diego Kaplan (Dos más dos, Desearás…) se anima a indagar en los vínculos no tradicionales, estimulando la reflexión sobre el amor romántico, los mandatos sociales y familiares, y los prejuicios.
Una de las cosas interesantes de la ficción de Max Original producido por Kapow es que el guión atraviesa esas dos concepciones de amar con una mirada contemplativa, sin intentar imponer una sobre otra y poniendo en primer plano los prejuicios, las bromas, los miedos y las falsas creencias que cada personaje tiene sobre lo diferente. Las fantasías y las confusiones sobre las distintas maneras de amar no son desde el esquema tradicional hacia el poliamoroso, sino que también se da en sentido inverso. Unos y otros se enfrentan a lo nuevo cargado de dudas y preconceptos que con el devenir de la historia les harán replantear sus propias creencias.
“La serie pone un tema tabú sobre la mesa y se hace cargo”, afirma Delfina Cháves en la entrevista con Página/12. “Qué prejuicios tenemos, qué pensamos sobre esto, cómo creemos que el otro se vincula, qué hacen estos cinco pibes que practican el poliamor en esa casa… Se hace cargo de todo eso. No hay una bajada de línea sobre cómo debemos pensar. Está contada desde un punto de vista monogámico, de un pibe que nunca lo educaron de una forma distinta de vivir el amor, con la imagen de la casa, la pareja, los hijos y los perros… ¿Qué pasa cuando se cruza con una persona que vive la libertad de esta forma y estos dos mundos chocan?”, se pregunta la actriz al momento de definir Felices los 6.
La naturalidad del abordaje sobre los vínculos amorosos -incluyendo personajes esterotipados y chistes ad hoc- le imprime a la ficción una cotidianidad que hace que la historia fluya sin forzarla, promoviendo la identificación y la interpelación de quienes vean cada uno de los ocho episodios de la serie en la que participan Malena Sanchez, Federico Salles, Luciano Mellera, Elisa Carricajo, Laura Cymer, Mónica Antonopulos, Andrea Rincón, Romina Ricci, Juan Sorini, Paly Duval y Belu Lucius. No hay solemnidad ni tampoco burla en Felices los 6. Apenas una historia con más posibilidades que certezas.
“La comedia muchas veces sirve para enseñarnos algo, porque puede alivianar los temas complejas y ofrecer otra óptica", agrega Nicolás Furtado. "El mensaje va a llevar a la gente y va a interpelar a los espectadores, va a hacer que se cuestione, que reflexione… No se qué puede pasar, pero seguro va a disparar charlas o debates entre televidentes, parejas o grupos de amigos. El humor te permite disfrutar y entender. Espiar este mundo por una cerradura que mucha gente desconoce. Es algo que existe, pero que se cierra a esa gente que tiene es forma de amar o relacionarse.”
Si el amor y el sexo siguen siendo temas tabú para hablarlos profundamente en la sociedad, Felices los 6 cuenta una historia que expone lo que piensan cada uno de los personajes sobre la manera de amar del otro pero también lo que hacen y fantasean alrededor de ambos tópicos. No escatima escenas de sexo -eróticas y hot light- a la hora de narrar la problemática que eclipsa a Damián y Caro pero cuyas esquirlas se desparraman a sus -antagónicos- grupos de amigos. ¿Cómo fue filmar las escenas de sexo para los actores?
Nicolás Furtado: -Fue más difícil por el desafío de ser una comedia. Obviamente, poner el cuerpo es complejo, pero se ensaya y sale mucho más fácil de lo que uno puede pensar. Se dio en un entorno muy cuidado, con gente capacitada, para que todo fluya y nos sintamos cómodos. En ese sentido, el gran desafío fue hacer comedia alrededor de la temática, porque hay un ritmo, un mood, que no hay que perder. Hubo que subirse al tren e ir a fondo, convencidos de lo que estábamos haciendo, de la mano de Diego Kaplan, que nos condujo muy bien.
Delfina Cháves: -Las escenas tienen un motivo por las cuales están presentes en la serie. Tienen, además, una forma de ser contadas y un por qué. Porque en esas escenas también se describe el modo en que el personaje se relaciona con los otros, y con cada uno lo hace de una manera distinta. No se trata de escenas que aparecen porque sí, sino que suman y cuentan la historia. Hubo mucho ensayo detrás, mucha comunicación con el equipo, con el elenco, de preguntarnos qué nos hacía sentir cómodos, qué no sumaba para el personaje… Eso fue fundamental para sentirme segura, en mi caso. La comedia es un género complejo. Es entrar en un tono, en un ritmo, que para mí era completamente nuevo. Estás contando una historia, con personas que les pasan cosas, con un tema super complejo y reflexivo, con mucho amor. Hacer comedia alrededor de todo eso fue muy desafiante.