"¿Es lo mismo Milei que Meloni?, ¿Trump que Bolsonaro?", se pregunta el subirector de CELAG Argentina Guillermo Oglietti. Para responderse, analiza las posturas de siete líderes conservadores (Milei, Bolsonaro, Uribe, Noboa, Bukele, Trump y Meloni), respecto a un listado de políticas económicas que permiten identificar sus preferencias en función de las políticas o la retórica que al respecto sostiene cada uno. "La primera conclusión es que la etiqueta “derecha” describe poco y nada. Hay muchas diferencias y solo una coincidencia", asegura.
"El menú de alternativas de políticas económicas es amplio y los líderes conservadores se mimetizan con las preferencias ciudadanas y descartan, cuando conviene, las ideológicas", concluye Oglietti y ejemplifica, "es así, incluso para el nuevo profeta de la Libertad, Javier Milei, quien renunció al principio del anarcocapitalismo cuando comenzó a regular los precios de las empresas de medicina prepaga a tan solo 3 meses de haberlo liberalizado apenas inició su mandato".
Entre las principales conclusiones, Oglietti resalta que las derechas más jóvenes, como la de Milei y la ecuatoriana, son más radicales que las derechas con más historia, como la de los países desarrollados y el uribismo. "Bukele no es una excepción a esta conclusión, porque Bukele es tan biconceptual como sus electores", asegura el trabajo de la CELAG.
De derecha
*Ajuste del gasto: es el caballito de batalla sobre el que galopa toda la derecha global, aunque con muchas diferencias sobre cómo lograr esta reducción. Milei, Bolsonaro, Lasso/Noboa y Meloni apuntan a la reducción gasto social, mientras que ni Trump, ni Bukele, ni el uribismo, consideran que los esfuerzos de ajuste deben depositarse sobre el gasto social. Solo Milei y la derecha ecuatoriana se concentran en recortar los subsidios a las tarifas u otras actividades económicas. Por el contrario, no es un problema para el uribismo, ni para Trump, Meloni, Bolsonaro y Bukele. La inversión pública, son parte activa de las políticas de Meloni, Trump y Bukele, mientras que, por el contrario, las derechas sudamericanas menosprecian este instrumento y coinciden en el objetivo de reducir la inversión pública, a pesar de los déficits de infraestructura que padece el cono sur.
* Proteccionismo: donde las derechas latinoamericanas más se diferencian respecto de sus pares europeos es en el comercio internacional. La derecha Latinoamericana adscribe, sin matices, a las versiones más globalizadoras del comercio internacional.
*Soberanía monetaria: solo Milei tiene la ocurrencia de abandonar la moneda nacional. Meloni sostuvo una retórica contra el euro cuando era candidata pero no ha movido fichas desde que alcanzó el gobierno. Bukele no parece conforme con la dolarización a la que considera una debilidad y, dado que carece de moneda propia, al menos apunta a la competencia de monedas, en especial, apostando por el Bitcoin.
* Obsesión con el déficit fiscal: Ni Trump, Bukele, Bolsonaro, ni Noboa o Meloni hacen de la retórica anti déficit una cuestión de Estado ni una prioridad. La posición de Milei es definitivamente más extrema incluso que la del uribismo ya que este nunca sacrificaría sus objetivos primordiales para lograr el superávit fiscal.
* Flexibilización laboral: Solo Trump y Bukele no hacen declaraciones contundentes a favor de la flexibilización del mercado de trabajo, en parte, porque éste ya está lo suficientemente desregulado gracias a una legislación proempleador o por la existencia, de hecho, de un mercado de trabajo mayoritariamente informal y en consecuencia, desregulado. El resto de líderes conservadores, incluyendo a Meloni, se muestran a favor de políticas que quiten protección o derechos a los trabajadores.
*Financiarización de la economía: Otra gran diferencia entre los líderes conservadores latinoamericanos con Trump y Meloni (quien incluso aplicó un impuesto a las ganancias extraordinarias de la banca similar a Bolivia), es que estos últimos hacen hincapié en la producción y menos en la financiarización de la economía. Los líderes conservadores latinoamericanos, sin distinción, parecen más concentrados en facilitar los negocios financieros que en la producción y el empleo. La preferencia por la financiarización en lugar de la producción es otro atributo de que debe tener cualquier colonia que se precie de serlo.
*Privatizaciones: otro de los aspectos donde hay grandes coincidencias es con respecto a las privatizaciones, todos, a excepción de Bukele, están a favor de ellas. No hay lugar reservado para el Estado en la economía, ni siquiera, en los sectores estratégicos, como la banca, la infraestructura y la energía.