Un dato, y la aceptación de su propio desconocimiento, llevaron a Fabián Bazán a darle forma a Chegasé, el libro que, con edición de Homo Sapiens, aborda "la desconocida relación de Ernesto Guevara con Rosario y de la ciudad con el Che". El dato, aportado por Reynaldo Sietecase, brindó el punto de partida: el vínculo de Guevara con su urbe natal fue  más extenso que el de su puro nacimiento y su condición de hincha confeso de Rosario Central. Y fue una mujer la responsable de ello. "Sietecase me dijo que si quería investigar, eso podía dar lugar para una nota. Finalmente la nota se convirtió en un libro de trescientas páginas", sintetiza Bazán, que lanzado a la investigación pronto se encontró con dos personas clave.

El primero fue Santiago Baraldi, sobrino nieto de Clemencia Baraldi, la rosarina con la que el Che sostuvo una relación durante cuatro años. El segundo fue Champa Galiotti, "el que más sabe del Che en Rosario". "Cuando hablé con el Champa me di cuenta que era un ignorante absoluto de todo lo que respecta al Che y me puse a estudiar. Cuando empecé a estudiar vi unos treinta o cuarenta libros y unos veinte documentales, y me encontré con que la ciudad de Rosario aparece nombrada en dos renglones, a lo sumo media página, y en los documentales aparece mencionada en su nacimiento, a veces con la fecha del 14 de junio y otras el 14 de mayo".

Y no es menor la mención a esa imprecisión histórica, que terminaría convirtiéndose en una de las claves de Chegasé (título que, lógicamente, combina al apodo más famoso con el gasó rosarigasino) donde Bazán afrontó, por un lado, una tarea no menor: la de poner en común y contrastar la información reunida en algunas de las biografías más importantes sobre Guevara. Y, por el otro, avanzar en su propia investigación, lo que derivó en algunos nuevos descubrimientos.

Pasado mañana, todo ese periplo será narrado por Bazán en el Celche (Avenida Belgrano 950), en un encuentro que se anuncia a las 19 y que contará además con la presencia de Juan Martín Guevara, que presentará a su vez Mi hermano el Che, libro que escribió junto a Arnelle Vincent.

Como en toda obra de investigación histórica de valía, el recorrido de Bazán habla, claro, de Ernesto Guevara, pero es también un retrato de una Rosario que se convierte en protagonista en la segunda mitad del libro. Mientras que en la primera mitad el autor se dedica a reconstruir la presencia del Che en la ciudad (y sus relaciones), la segunda parte "no es tan chismosa". "Ahí veo cómo lo analizaron los diarios, que primero lo subieron a un pedestal casi a la altura de San Martín, después destrozándolo, después ignorándolo y más tarde recuperándolo para la ciudad a través de poetas, escritores y músicos. Hasta que finalmente se llega a los festejos de los 80 años del nacimiento, que es la apropiación de la ciudad a la figura del Che", explica Bazán.

Y remarca: "En esto toma mucha relevancia La Capital porque es el portavoz y espejo de la clase media. Y la verdad no hay intención de ataque al diario, porque después de que durante 15 años ningunea al Che, a partir de sus páginas, notas de Gary Vila Ortiz, de Reynaldo Sietecase, del Negro Ielpi, van rescatando al Che. Por supuesto que marca climas de época. Durante toda la década del 70 el Che no aparecía ni en las efemérides. El clima de época domina toda la situación, como la domina hoy. Cuando llega la revolución cubana, todos los diarios del país lo equiparan con la Revolución Libertadora".

 

 

‑ El libro pone en común, y contrasta, distintas biografías, favoreciendo así a la posibilidad de que el lector llegue a su propia reflexión.

‑ Sí, cuando empecé a ver las biografías me di cuenta que cada autor tomaba la teoría que más le gustaba, no explicaba las demás y seguía con esa como si fuera la verdad revelada. Entonces, en cada biografía encontrabas una verdad diferente, por lo cual no es tan revelada esa verdad. En mi caso, por ejemplo, estoy convencido que nació el 14 de mayo, aunque en su partida dice el 14 de junio. Los cubanos siguen diciendo 14 de junio, su historiografía no se cambia por nada. Después Juan Martín (su hermano menor, que el martes también va a estar presentando su libro) reconoce que las fechas no dan, pero dice "déjense de joder, nació el día que dice la partida". Después hay casos como el de un autor francés muy conocido que plantea que los padres del Che venían en barco desde Misiones, cuando pasaron por Rosario Celia tuvo dolores de parto, bajaron, subieron al taxi, lo tuvieron y el mismo taxista, que sirvió de testigo, los llevó a que se tomaran el mismo barco... Pero al mismo tiempo existe un documental del padre del Che, dirigido por Fernando Birri, que es ignorado por todos los biógrafos, que no está citado en ningún lado. Ahí el padre del Che habla seis minutos sobre el nacimiento en Rosario, diciendo que llegaron con mucha anticipación, que vinieron porque él tenía que hablar con Julio Martin, la autoridad máxima en yerba mate del país, porque Guevara tenía un yerbatal en Misiones. Y cuenta que se quedaron dos o tres meses más en Rosario. Ese documental ya existía cuando se escribían las biografías, y es un documental de Fernando Birri. Otro biógrafo dice que Rosario, al ser una ciudad del tercer mundo, no tenía calefacción. Después, gracias a una entrevista que hace muchos años Carolina Monje y Cecilia Vallina le hicieron a Clemencia Baraldi para la revista Vasto Mundo (que tiene un material extraordinario pero no se consigue más, y nadie jamás la citó) pude darme cuenta que había bastante más material sobre Rosario y el Che. Pasé muchas horas en las bibliotecas y así hice la primera mitad del libro, que es esta parte 'chismosa', donde intento definir cuándo nació, dónde nació, de sus encuentros con Clemencia Baraldi, con la sobrina de Alberto Granado (que todavía vive, y con la que se sacó una foto en el Parque Independencia). Y de casualidad me encontraron a mí la nieta e hija del taxista brasilero que figura como testigo en la partida del Che. Lo que hice entonces fue emprolijar un poco, poner cada cosa en su lugar, sin tomar partido. La verdad es que, después de terminar el libro, me di cuenta de dos cosas. Espero que no suena a jactancia pero, por un lado, es el libro más completo sobre el nacimiento del Che (porque es el único que se ocupa del tema). Y, segundo, lo que intenté es humanizar un poco a la estatua. Hablando con Juan Martín, él me dice que lo los dos estamos buscando es éso, humanizar a la estatua.