Decenas de miles de iraníes se reunieron este martes en la ciudad de Tabriz, donde se concentraron miles de personas para participar en la marcha fúnebre para dar el último adiós al presidente Ebrahim Raisi, quien murió junto a ocho personas en un trágico accidente. Escenas conmovedoras que se replicaron en todo el país muestran la magnitud del evento.
La procesión funeraria, se erigió como un tributo conmovedor a un líder nacional. En la ceremonia, el ministro de Interior, Ahmad Vahidi, destacó el espíritu de resiliencia del pueblo iraní. "El pueblo iraní ha demostrado que transforma cada calamidad en una escalera para elevar a la nación a nuevas glorias", afirmó, en un discurso que reflejaba la unidad y la determinación del país en tiempos difíciles.
La multitud, ondeando banderas iraníes y llevando retratos de Raisi y las demás víctimas, llenó las calles de Tabriz en un gesto de solidaridad y duelo compartido.
Los féretros, envueltos en la bandera nacional, fueron transportados en un camión, simbolizando la partida de aquellos que dedicaron su vida al servicio de la nación.
El accidente, ocurrido durante el regreso del presidente Raisi de un evento oficial, conmocionó a todo Irán. El decreto de cinco días de luto nacional por parte del líder supremo, Alí Jamenei, subraya la magnitud de la pérdida y la importancia del legado dejado por el mandatario fallecido.
Los funerales, que incluyen una peregrinación a la ciudad santa de Qom y una procesión en Teherán, serán un punto de encuentro tanto para el pueblo iraní como para autoridades extranjeras, que se reunirán para dar el último adiós al presidente.
El último adiós al presidente Raisi continuará con el traslado de sus restos a su provincia natal, Mashhad, donde será sepultado.