“No puedo hacer como el Presidente de la Nación y no darles de comer a los vecinos de Moreno”, dice Mariel Fernández mientras transita su segundo mandato al frente del municipio del oeste del Gran Buenos Aires. Hace unos pocos días que el distrito se convirtió en tema de conversación a partir de un spot realizado por el equipo de comunicación de la Municipalidad para, precisamente, concientizar sobre la realidad de las redes. Un llamado a hacer foco en los problemas de salud mental que vive la juventud y que buscará llevar a la Legislatura.

Cuenta Fernández que la pandemia fue una luz roja sobre el tránsito que hicieron los jóvenes respecto al aislamiento. “Habíamos puesto un teléfono de emergencias desde Salud pensando que, en su mayoría, lo usarían adultos mayores, pero terminaron llamando muchos pibes que estaban en crisis, con ataques de ansiedad o intentos de suicidios”, recuerda.

Aquel mojón identificado en la pandemia derivó en un audiovisual de poco más de un minuto que muestra como una niña va deslizando y observando videos en una aplicación de su teléfono. Durante el proceso, los protagonistas de los videos se comunican con la joven y le explican que “no todo es lo que parece” en las redes y que el volumen de seguidores de un usuario no siempre es real.

Como dirigenta del Movimiento Evita, Fernández advierte sobre la importancia de los movimientos sociales y la necesidad de que el Estado articule con las organizaciones para mejorar y fortalecer su presencia en los barrios.

Respecto al uso de redes sociales, la intendenta adelanta que llevará la temática a su próxima reunión con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

—¿Irá con una propuesta legislativa?

—En principio es una iniciativa de la Municipalidad de Moreno, pero está la posibilidad de hablarlo con el gobernador. En unos días nos juntamos.

—¿Por qué es necesario debatir sobre este tema?

—Nosotros usamos mucho la comunicación y vemos que hay una fuerte influencia de las redes en los jóvenes que están inmersos en una nueva era de la virtualidad. Siempre hablamos con el equipo de comunicación acerca de lo que son los filtros para las fotos, o lo que significa que los jóvenes se conozcan por las redes. Pero es una realidad virtual contra la realidad real.

—¿Cómo surgió la idea de hacer un video?

—Al frente del equipo de comunicación del municipio esta Vicente Linares que es director de cine. Ya habíamos hecho otros videos. Apenas asumí, no había políticas de género. Hicimos campaña de tres videos durante la pandemia porque pensábamos en cómo atender a mujeres con situaciones de encierro con sus victimarios y con la contradicción de no poder salir por la enfermedad. Bajamos la tasa de femicidios en un 90 por ciento. Hay que tener en claro que son políticas integrales porque no funciona una sola cosa.

—¿Qué detectaron que los llevó a pensar en estas campañas con los jóvenes?

—Siempre estamos preocupados por la situación de la juventud porque es una de las poblaciones más vulnerables y hay que estar acompañando, más aún en problemas que son de salud mental. Vimos, tanto en pandemia como después, cómo los pibes sufrían ataques de ansiedad y llamaban por intentos de suicidio. Durante la pandemia y posterior a su finalización, siempre pensamos políticas municipales para la salida del encierro. Pensamos en actividades para darles felicidad a los pibes, como el Festival Urbano. La idea fue fomentar espacios de encuentro y acciones para abordar estos problemas.

—¿Cuáles?

—Entre otras políticas, en articulación con el Hospital Provincial de Moreno armamos una guardia psiquiátrica. Es un servicio de guardia muy usado, porque ante este tipo de crisis puede haber hasta tres o cuatro días de internación hasta lograr la estabilidad previo al tratamiento ambulatorio. Como decía, se trata de políticas integrales, y por eso desarrollamos programas como Casa Pueblo y Casa Joven.

—¿De qué se tratan los programas?

—Nosotros creamos la Subsecretaria Casa Pueblo que se ocupa de los problemas de consumo en la comunidad. Se busca un tratamiento comunitario, acompañando a la familia y, para ello, articulamos con hogares, la Iglesia y otras instituciones la implementación. Yo provengo de los movimientos populares, por eso ampliamos la presencia de la Municipalidad por fuera de los edificios municipales. Por eso también creamos el Programa Casa Joven, con una casa en cada una de las siete localidades del municipio, y ofrecemos lo mismo que ofrece la Municipalidad en organizaciones comunitarias. En esos espacios podés encontrarte con rondas de salud mental para jóvenes o un espacio terapéutico. Por eso también son los videos, para visibilizar que son problemas que suceden.

—¿Es posible que las familias evadan estos problemas?

—En las familias a veces son tantos los problemas que no lo pueden ver y los pibes se los guardan. Acá se ofrece política pública para ayudar a detectarlos y la Municipalidad acompaña. Hay que entender que los pibes y las pibas se enfrentan a, por ejemplo, propuestas hegemónicas de belleza, mientras que los chicos no tienen la chance de educarse y para las familias no hay posibilidades de trabajo. Hay que entender que, por más que la educación sea pública, muchas veces tampoco acceden porque las familias no pueden solventar los gastos mínimos.

—¿A qué le adjudica que los jóvenes se vean tan afectados por las redes sociales?

—Creo que la sociedad cambió. Se hizo más individualista y no solo por la pandemia, sino que la pandemia aceleró procesos que veíamos de antes, como trabajar virtualmente. Hoy con una pantalla no hace falta militar una organización. Podés militar por el ambiente desde las redes. Eso genera más individualismo. Bueno, no es casualidad el Presidente que tenemos. Hay más violencia en redes, menos solidaridad, mayor enojo con el Estado y las personas son más violentas y, a la vez, están más solas. Transitás los problemas en soledad y eso es lo que enferma. Nosotros comprobamos, particularmente en los pibes, que si tienen ámbito donde encontrarse eso se revierte.

—¿Cómo lo comprobaron?

—Muchos no lo saben, pero en Moreno tenemos 300 hectáreas de bosque. Es el parque Los Robles, donde vamos llevando de campamento a grupos de pibes. Fuimos trayendo pibes de las Casa Jóvenes. Me acuerdo cuando fueron del barrio Satélite, un barrio muy marginal del norte de Moreno. Pensamos que iba a haber algún problema entre ellos o no le den bola a los profesores y coordinadores, pero cuando los visité vi que se portaron súper bien. Hacían muchas preguntas y muchas de política. Me sorprendí gratamente. Son pibes que con la situación de crisis actual si tienen hermanitos que van a empezar la primaria les dicen que ellos no van a ir a la secundaria por falta de recursos.

—Se está trabajando sobre proyectos de ley para regular el acceso al juego online y que los menores no puedan apostar ante los casos de ludopatía infantil. ¿Está de acuerdo?

—Sí, totalmente. Justamente me llamó la atención un comentario en la publicación del spot sobre redes sociales. Decía algo así como “esto les pasa a jóvenes y también a grandes”. Resulta que era el perfil de un casino que te proponía clickear y entrar. Pensaba en cómo se aprovechan para captar pibes en una publicación sobre pibes. Lo borre y bloquee.

—¿Considera que estas regulaciones van en contra la libertad que propone el Gobierno nacional?

—Claramente proponen una libertad para los ricos. El Presidente felicita a los empresarios que evaden impuestos y hace viajes internacionales para encontrarse con amigos que no tienen nada que ver con conseguir inversiones para la Argentina. Hoy le agrega que dinamita relaciones internacionales. Hablando de salud mental, yo creo que tiene serios problemas de salud mental con una fuerte posición ideológica. No sé cuánto se aguanta esto. ¿Qué pasa cuando la clase media se gaste los dólares y sus ahorros? Hoy ves las filas de gente en las casas de cambio. Este es un modelo que deja afuera a toda la población salvo a la concentración económica y a quienes quieren aprovechar nuestros recursos naturales.

—¿A qué se refiere?

—A la Ley Bases. Hay que frenarla así como al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que es un régimen que sólo favorece la importación. Nunca hubo un momento tan gráfico de la destrucción de la industria nacional desde las publicidades de las sillas de fabricación nacional que se rompían que se emitían en durante la dictadura. Nosotros en cuatro años logramos el desarrollo de las PyMES más grande de la provincia, porque en Moreno se radicaron 250 empresas. Esta etapa pensábamos que iba a ser para despegar y aprovechar lo que hicimos, pero hoy me encuentro con la necesidad de cubrir los agujeros que deja el Gobierno nacional porque no envía alimentos a los comedores y te deja todas las obras paradas.

—¿Qué obras tiene frenadas en Moreno?

—Por suerte no son grandes, porque una obra hidráulica importante no arrancó, sino hoy sería un problema grave. Pero desde el municipio estuvimos terminando la calle Moctezuma que une la Ruta N° 25 con la Autopista del Oeste, la calle Rubén Darío que conecta la Autopista del Oeste con el Parque Los Robles, y otras que no llegamos a completar como y sólo pudimos habilitar un carril a la espera de poder completarlas. Ojalá que el Gobierno nacional reaccione y podamos terminar las obras empezadas como se comprometieron. Estamos tratando de terminar un parque de siete hectáreas y el polideportivo Diego Armando Maradona en Cuartel V.

—¿Cuánto margen tiene la Municipalidad para hacer frente a esas responsabilidades?

—Yo no le voy a soltar la mano a los vecinos. Pero como tenemos una relación súper honesta con los vecinos, sé que no podré sostener esto mucho más. Ahí les diré que no hay más. Este es un Estado nacional que se borra, al que los vecinos de Moreno le pagan el IVA y a nosotros no nos viene nada de esos recursos. Nos dicen que si los vecinos quieren un puente, que junten la plata y se lo hagan. Yo no puedo hacer como el Presidente de la Nación y no darle de comer a los vecinos, pero sabemos que eso es finito. La situación se va deteriorando más y el Presidente vive una realidad virtual. El domingo estuvo siete horas metido en tuitear. No quiere a la gente y vive una realidad virtual. Es grave tener una persona así como presidente.

—¿Cuánto cree que la sociedad puede tolerar esta situación?

 

—Yo transité mi juventud en los años noventa. Cuando yo iba a la escuela, todo lo popular era ser delincuente y todo lo que padecías era culpa tuya. Eso quieren hacer hoy todo el tiempo. Me llama la atención lo de las denuncias a los comedores que supuestamente no funcionan. ¿Cómo el Estado puede ser tan cruel que no te manda alimentos y habla de que comedores que no funcionan? ¿No ven cómo están funcionando los comedores sin que se entreguen alimentos? Estos modelos siempre encuentran la manera de echarle la culpa a los pobres. Hoy tenemos un Presidente con un desprecio por su pueblo y después se desvive por felicitar a ricos que evaden impuestos. Es increíble. Es el Estado de la crueldad, pero nosotros no somos un país que tolera situaciones de extrema de pobreza. El 2001 fue un límite.