"Es un claro indicador de que no hemos hecho bien las cosas", dijo María Eugenia Schmuck que a partir del 10 de diciembre será la única concejala radical en Rosario, una situación inédita desde la recuperación de la democracia. Al no llegar a la reelección Daniela León ni Martín Rosúa y con la finalización de mandato de Sebastián Chale; se da este escenario inédito para la UCR rosarina. Si bien hay otros candidatos de origen radical como Carlos Comi o el mismo Pablo Javkin, hace años que pertenecen a la Coalición Cívica y se fueron del radicalismo. El otro referente radical que deja el Palacio Vasallo después de 20 años es Jorge Boasso, que en las pasadas elecciones se postuló como candidato a diputado nacional y no le alcanzó para llegar a una de las nueva bancas que estaba en disputa.

Para la concejala "es necesario revisar el rol del radicalismo en la ciudad porque si bien un sector importante permanecemos dentro del Frente Progresista, es claro que no tuvimos el protagonismo que buscábamos y que tampoco gravitamos por afuera", señaló en diálogo con radio SI 98.9. Es más, fue su candidatura a concejala en 2015 junto con Pablo Javkin la que después ayudó al ajustado triunfo de Mónica Fein como intendenta por sobre Anita Martínez del PRO. Esa alianza le dió los votos que necesitaba y posibilitó que Javkin se incorporara al Ejecutivo local luego de dejar su banca de diputado nacional. Ahora lideró la lista del Frente como candidato a concejal en un proyecto que -a pesar de los resultados electorales- no termina de descartar la competencia en 2019.

Encima, la estructura de Cambiemos en Rosario no absorbió radicales. El bloque de nueve concejales que quedará conformado a partir del 10 de diciembre tiene a un peronista como Carlos Cardozo y el resto son representantes que vienen del PRO. Es que no tuvieron demasiada necesidad de alianzas en ese sentido y por eso no se produjo ningún entendimiento con León o Rosúa, como se pensaba para integrar las listas. Estos dos radicales ya habían roto lanzas con el Frente Progresista así que no les quedó otra que buscar su reingreso al Palacio Vasallo por afuera. No fue posible, ni siquiera para Rosúa que hizo el intento de revivir una histórica lista radical y se presentó como UCR puro para estas elecciones.

Otro es el panorama a nivel provincial donde muchos radicales aún integran el gabinete del gobernador Lifschitz y donde hubo sectores interesados en mantener hasta último momento el doble estandar de aliados al socialismo en la provincia y con el PRO a nivel nacional. Después de tantos años de sociedad política, recién ahora el socialismo buscará ampliar el Frente y empieza a mirar a algunos sectores del peronismo. Esto restaría espacios para la UCR pero también presenta varias dificultades para una síntesis electoral con el PJ de cara al futuro.

Con todo, entre alianza y alianza, el radicalismo santafesino se fue desgranando y el rosarino más aún. Después del pico máximo alcanzado en los `80 con la intendencia de Horacio Usandizaga, los radicales no pararon nunca de perder hegemonía frente al socialismo en la ciudad y frente al peronismo en la provincia.